Un estudio de la CNI (Confederación Nacional de la Industria) señala que el hidrógeno sostenible es una de las soluciones más prometedoras para el futuro de la energía y representa una gran oportunidad para que la industria brasileña se descarbonice, es decir, reduzca drásticamente la emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. A juicio de la confederación, el nuevo mecanismo es una forma de que la industria mantenga su relevancia de cara a la transición energética y ayude al país a cumplir con las metas y compromisos pactados en los acuerdos climáticos.
Estimaciones del Consejo del Hidrógeno muestran que, considerando sólo los grandes proyectos del sector, anunciados a partir de 2021, las inversiones alcanzarán los US$ 500 mil millones hasta 2030. El mapeo forma parte del estudio Hidrógeno Sostenible: Perspectivas para la Industria Brasileña, realizado por la Confederación Nacional de Industrias (CNI). El material será divulgado en el encuentro “Estrategias de la Industria para una Economía Baja en Carbono”, que se realiza los días 16 y 17 de agosto, en São Paulo.
Además de las ventajas económicas para el país, el hidrógeno sostenible también es extremadamente viable para Brasil en términos de producción. “Tenemos todas las condiciones para ser protagonistas del proceso de descarbonización de la economía en el mundo a través de tecnologías limpias como el hidrógeno verde”, dice el presidente de la CNI, Robson Braga de Andrade.
La encuesta realizada por el CNI identifica dos modalidades de producción sostenible de hidrógeno apto para su uso en el sector industrial: el hidrógeno verde, producido a partir de fuentes renovables, como la solar y la eólica sin emisión de gases de efecto invernadero, y el hidrógeno azul, obtenido a partir del gas natural y con emisiones reducidas a través de tecnología de captura y almacenamiento de carbono.
“La consolidación de Brasil como productor de hidrógeno tiene potencial para generar empleos, atraer nuevas tecnologías e inversiones y desarrollar modelos de negocios, además de insertar al país en una posición relevante en la cadena global de valor, lo que puede alterar positivamente la balanza comercial del país. país”, destaca Robson.
La confederación destaca que el desarrollo de este tipo de soluciones en el país depende de medidas estructurales, entre ellas la elaboración de una política industrial que incentive la producción de equipos y la prestación de servicios, con incentivos fiscales para la descarbonización de sectores, contribuyendo a una desarrollo económico sostenible.
Entre los sectores que más se beneficiarían de la utilización inmediata de la producción sostenible de hidrógeno, CNI destaca los sectores industriales de refino y fertilizantes, ya que son grandes consumidores de esta materia prima. En el caso de ramas como la siderúrgica, metalúrgica, cementera y cerámica, la adopción del hidrógeno sustentable sería de corto y mediano plazo.
Además de aparecer como una oportunidad para descarbonizar la industria nacional, el hidrógeno verde también podría exportarse, especialmente a Europa. Entre los socios potenciales de Brasil en este negocio se encuentra Alemania, que ha realizado acuerdos con varios países para la compra de hidrógeno sostenible para uso final y la modernización de su sistema de producción. A cambio, el país vendería o transferiría tecnología de producción alemana.
Para incentivar la estructuración y consolidación de este mercado en el país, el CNI propone la creación del Observatorio de la Industria del Hidrógeno Sostenible, una plataforma de difusión de información y análisis sobre tecnologías y políticas públicas dirigidas a la industria nacional.
“El foco está en construir marcos regulatorios que aporten seguridad a las inversiones, incentivando la investigación y desarrollo de tecnologías, adoptando las mejores prácticas internacionales y promoviendo estudios que midan adecuadamente el potencial del segmento”, concluye el presidente de la CNI.