Los planes europeos para abandonar la dependencia del gas y el petróleo rusos y, a largo plazo, de todos los hidrocarburos por la necesidad de hacer la transición energética contra el cambio climático, empiezan a tomar forma en proyectos nacionales.
Después de que la Comisión Europea anunciara el miércoles su plan RePowerEU para impulsar las energías renovables, cuatro gobiernos aprovecharon para hacer público el mayor proyecto de energías renovables del mundo.
Alemania, Bélgica, Dinamarca y Países Bajos prometen instalar, de aquí a 2030, 65 GW de energía eólica offshore y antes de 2050 llegar a los 150 GW.
Ahora mismo suman 15 GW. De llegar a instalar esa capacidad de generación eólica, constituiría por si sola la mitad de toda la energía eólica offshore necesaria en la Unión Europea en 2050. Para hacerse una idea de su magnitud, toda la potencia nuclear francesa tiene instalados 61,4 GW.
Los cuatro jefes de gobierno de los países implicados firmaron una declaración el miércoles en el puerto danés de Esbjerg, donde se montan las plataformas de eólica offshore de multinacionales como Siemens Gamesa o la danesa Vestas.
Una imagen de archivo muestra turbinas de energía eólica de la danesa Vestas en las aguas frente a Gales.
El alemán Olaf Scholz, el belga Alexander De Croo, la danesa Mette Frederiksen y el holandés Mark Rutte comprometieron a sus países a construir lo que llamaron “la mayor central eléctrica verde de Europa”.
En la firma estuvo presente la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, que dijo que “cuanto más interdependientes seamos entre los Estados europeos menos dependientes seremos de Rusia”.
La idea es disparar la instalación de esos aerogeneradores offshore, conectar los parques eólicos en alta mar de los cuatro países y añadirles 20 GW de hidrógeno verde para formar lo que en la práctica sería una sola plataforma eólica offshore.
En total la instalación sumaría una capacidad de generación eléctrica equivalente a 170 centrales nucleares de tamaño medio, más del doble de todos los instalados y en funcionamiento en Europa.
Los cuatro países signatarios consideran que el proyecto sirve para el desafío de asegurar a la vez la neutralidad climática y la seguridad energética.
La pequeña Bélgica y su futura isla artificial, Princesa Elisabeth, prevista para 2028, está en el centro del proyecto. La isla belga, que se llevará un buen pellizco de los fondos europeos post-pandemia, será una especie de gigantesco enchufe artificial en alta mar al que se conectarán todas las plataformas eólicas de los países vecinos. Se espera que en el futuro el Reino Unido participe del proyecto.
Conexiones
Las plataformas de molinos eólicos offshore de los cuatro países deben estar conectadas como muy tarde en 2030.
Para ese año Bélgica deberá aportar 8 GW, Dinamarca 10 GW, Países Bajos 21 GW y Alemania 30 GW.
Si todos cumplen dentro de menos de ocho años tendrán entre los cuatro 69 GW de eólica offshore en funcionamiento, casi como 70 reactores nucleares de tamaño medio.
Bélgica, con apenas 11 millones de habitantes y sólo 65 kilómetros de fachada marítima, es la cuarta potencia eólica europea y es ya la segunda potencia mundial si se tiene en cuenta la capacidad eólica offshore por habitante. Dinamarca también construirá una isla artificial. En la práctica la idea no conlleva sólo “plantar” más molinos en el mar, sino conectarlos en red de tal forma que constituyan una sola “central energética”.