Energía solar en lugar de energía nuclear
A modo de comparación y para facilitar el entendimiento: los millones de vatios que en todo el planeta aportan anualmente las plantas solares hoy en funcionamiento equivalen al suministro eléctrico que proporcionan cinco reactores nucleares. Sin embargo, gracias al boom que vive esta energía, la fabricación de células solares se duplica con cada año que pasa. Acabado 2011, pronostica el renombrado magazín Photon, la capacidad mundial habrá alcanzado los 67.000 megavatios. Entonces, en zonas con alta radiación los paneles fotovoltaicos instalados igualarán la producción de 15 centrales nucleares.
Europa se ha propuesto llevar la voz cantante en el desarrollo de la energía solar, y en ella especialmente Alemania. Más de la mitad de los módulos fotovoltaicos han sido instalados sobre tierras germanas, dice la EPIA. Las ventajas legales hacen que muchos particulares se decidan aquí a colocar paneles en los tejados de sus casas: gracias a las facilidades estatales la inversión inicial se logra amortizar en tan sólo 16 años, y a partir de ese momento todo son ganancias.
La cifra de personas que en Alemania poseen paneles solares ronda ya el millón. A finales de 2011 se calcula que el 3% de la electricidad en este país altamente industrializado procederá de esta fuente de energía.
China lidera la fabricación
Mientras que durante estos últimos años han sido Alemania, España, Italia y la República Checa los encargados en Europa del avance de la energía solar, Francia y Bélgica acortan distancias. Más allá de las fronteras del Viejo Continente son sobre todo Estados Unidos, China y Japón quienes apuestan por esta fuente. En el plazo de tres años producirá Estados Unidos tanta energía solar como Alemania, cree la EPIA, y China y Japón tardarán alrededor de cinco. En lo que a la fabricación de módulos se refiere, sin embargo, es China quien lidera: casi la mitad de las células solares que salen al mercado son made in China.
En el resto del mundo, el interés por la energía fotovoltaica se extiende sólo lentamente. La mayoría de países sigue sin decidirse a dar el paso. Son principalmente la inversión inicial y el coste del proceso para la obtención de electricidad lo que alimenta las reservas. Pero a medida que los precios bajen, esta energía atraerá a más Estados, especialmente a aquellos en los que brilla a menudo el sol.
Precios a la baja
El precio de la energía solar baja: debido a una creciente inversión en innovación y a una cada vez mayor producción en masa éste se ha reducido en los pasados cinco años a la mitad y, según un estudio del alemán Instituto Fraunhofer para Sistemas Energéticos Solares, la tendencia va a mantenerse. En un país con poco sol como Alemania cuesta hoy por hoy la hora de energía fotovoltaica captada desde el tejado de un hogar cualquiera 28 céntimos de euro, la de un parque solar en el luminoso sur de Italia 15 céntimos. En 2015, reza el pronóstico del Fraunhofer, saldrá la hora de electricidad solar del techo común a 20 céntimos y la del parque italiano a 10; en 2020 serán 14 céntimos para el primer caso y seis para el segundo.
Con unos costes a la baja, por un lado, y unas tarifas eléctricas convencionales al alza, por el otro, la energía solar se perfila como potencialmente atractiva para el uso ciudadano: la electricidad de producción propia se vuelve paulatinamente más económica que la que suministran las compañías energéticas. Esto, que ya se observa en algunas regiones de Europa, como por ejemplo en Italia, es una de las causas tras el boom.
Al boom contribuyen además los parques solares. En zonas como muchas horas de sol, estos producen electricidad a menor costo que las centrales tradicionales y se están convirtiendo en una verdadera competencia para el carbón, el petróleo, el gas y el átomo. Ya a mediados de la presente década, calcula el Fraunhofer, serán las instalaciones fotovoltaicas fundamentales para el abastecimiento eléctrico en dichos lugares, lo que va a hacer que la tecnología viva en el futuro próximo un importante impulso.
Centrales de energía termosolar
Mientras que la producción de electricidad a partir de la energía fotovoltaica gana terreno, las centrales termosolares avanzan más despacio. Consorcios alemanes, sin embargo, apuestan por este negocio y han puesto en marcha ambiciosos proyectos en el norte de África. La ventaja de esta tecnología es que el almacenamiento de calor permite que las centrales produzcan también por las noches. No obstante, Greenpeace y el Centro Aeroespacial Alemán calculan que la electricidad extraída por esta vía será todavía durante algún tiempo más cara que la fotovoltaica y, pese a que los informes le pronostican a estas centrales un futuro floreciente, en 2020 no se espera que suministren más de 25.000 megavatios.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Gero Reuter/ Luna Bolívar. Editor: Enrique López Magallón, www.dw-world.de/