Cuando hablamos de África se utilizan muy a menudo tópicos y falsos mitos que podrían condicionar nuestra idea de este enorme continente. Un territorio rico en diversidad y recursos y que parece destinado a conquistar su futuro a través de una auténtica revolución digital, uno de los requisitos fundamentales para acceder a las energías renovables.
Aunque la digitalización no se desarrolla de manera uniforme, su ascenso continúa en todos los estados africanos y en todos los sectores de su economía. Por ejemplo, en Uganda y en Kenia, a mediados de la primera década del siglo XXI, nacieron los primeros pagos por móvil, que hoy están en auge en todo el mundo debido también a la distancia social impuesta por la COVID-19. Por otra parte, recientemente las redes de telefonía móvil se han desarrollado a gran velocidad, con un incremento del 344% entre 2007 y 2016, tres veces más que en el resto del mundo (datos de ITU – International Telecommunication Union). Las previsiones de la GSM Association – Global System for Mobile Communications – dicen también que, en 2025, unos quinientos millones de ciudadanos que viven en el área subsahariana tendrán una conexión a través de smartphones, cuyo empleo cada vez más común no solo está permitiendo superar la brecha de comunicación debida a la escasez de líneas telefónicas fijas del continente, sino también favoreciendo el desarrollo de la telemedicina: baste decir que, tras la pandemia, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, se pusieron en marcha más de 120 nuevas iniciativas tecnológicas sanitarias, básicamente a través de aplicaciones para teléfonos móviles, además de varias plataformas en internet que regulan el acceso a consultas y pruebas diagnósticas.
En la actualidad, en África se experimenta incluso el 5G, concretamente en Kenia y Sudáfrica. Y también se asiste al aumento exponencial de los innovation hubs: en todo el continente, la empresa de investigación basada en datos Briter Bridges, sumó más de 640, concretamente en Nigeria, Egipto, Sudáfrica, Uganda y Kenia. Precisamente entre Uganda y Kenia se extiende la llamada Silicon Savannah donde, de acuerdo con las estadísticas de 2020, el 87,2% de la población utiliza internet.
Además, la innovación digital permite fomentar el acceso a la educación. Siempre en Kenia, la plataforma de formación digital Eneza ya contaba con más de un millón de usuarios en 2016. De acuerdo con el grupo de estudios de mercado Imarc, en 2022 el mercado continental del aprendizaje en línea valdrá 1.400 millones de dólares y la emergencia sanitaria actual podría incluso acelerar ese crecimiento.
Digitalización y transición energética
En resumen, para África la disrupción tecnológica es una herramienta concreta para asegurar resiliencia y crear una economía sostenible para sus habitantes. Y eso vale aún más para el sector energético, donde la digitalización puede desempeñar un papel fundamental para permitir a millones de personas que hoy no pueden acceder a la electricidad que lleguen en seguida a utilizar las energías renovables y, por consiguiente,a un futuro ya descarbonizado, y todo ello a precios cada vez más baratos y sin tener que invertir en infraestructuras económica y logísticamente no sostenibles.
Precisamente a la relación entre innovación digital y energías limpias,RES4Africa Foundation decidió dedicar una serie de webinarios, el primero de los cuales, denominado “Disruptive Technologies for Africa: Riding the Wave of the Digital Revolution”, estará en línea el miércoles 14 de abril (suscríbete gratis aquí) con un debate sobre las nuevas tecnologías capaces de facilitar desde ahora mismo el desarrollo de las energías renovables en el continente africano. Entre los ponentes están invitados Salvatore Bernabei, consejero delegado y director general de Enel Green Powerypresidente de RES4Africa, Nicola Rossi, responsable de Innovación de Enel Green Power, y Giuseppe Serrecchia, responsable del Digital Hub de Enel Green Power.
“Las tecnologías digitales son sumamente importantes para acelerar el proceso de transición energética de África. Estas sientan las bases de un sistema interconectado donde las fuentes de energías renovables alimentan redes inteligentes que, a su vez, posibilitan nuevos usos de la energía al promover nuevos servicios y actividades productivas en el territorio”.
Salvatore Bernabei, consejero delegado y director general de Enel Green Power y presidente de RES4Africa
Pero, ¿de qué manera la digitalización puede ayudar a integrar y difundir a todos los niveles las energías renovables? En primer lugar, la digitalización permite a las redes combinar mejor la demanda y la oferta de energía: la conectividad, combinada con la electrificación y la descentralización, crea un sistema interconectado que transforma y facilita la forma de suministrar y consumir la electricidad. Además, gracias a las nuevas herramientas digitales, es posible reducir de forma significativa el derroche y las pérdidas de energía. Todo ello lleva a procesos más seguros, económicos y eficaces para producir energía limpia. Sin contar con que la tecnología digital también puede sostener la agricultura llevando la sostenibilidad ambiental a las centrales solares.
De estos temas y muchos más se hablará desde el próximo 14 de abril en la serie de webinarios de RES4Africa que continuarán hasta octubre. El segundo evento, el 28 de abril, se dedicará a la transformación digital de la gestión energética y las soluciones para las mini-redes. El tercer webinario, el 17 de mayo, se centrará en la movilidad eléctrica, mientras que en junio se celebrará un encuentro sobre el proyecto de infraestructuras inteligentes y sostenibles. Finalmente, en octubre, tendrá lugar el último webinario sobre la utilización del almacenamiento para mejorar la flexibilidad de las redes.
Entre los objetivos de los webinarios de RES4Africa Foundation se encuentran el incremento de la adopción de soluciones digitales a bajo coste para acelerar la transformación de los sistemas de electricidad sostenible en África; mejorar el conocimiento y las capacidades en el sector de las tecnologías innovadoras para la transición energética; apoyar a los países africanos en la selección de las soluciones que hay que adoptar para aumentar la fiabilidad y la sostenibilidad del servicio eléctrico; mostrar el potencial de la energía renovable para favorecer el acceso a la electricidad, la demanda de energía y también el impacto social y económico.