Arranca un programa experimental europeo para definir las mejores soluciones agrícolas y zootécnicas para integrar en las grandes centrales fotovoltaicas, favoreciendo una gestión sostenible del suelo.
Las centrales fotovoltaicas construidas en terrenos rurales no necesariamente tienen porqué quitarle un espacio precioso a la agricultura. De hecho, la eficiencia energética se puede combinar con el uso sostenible del suelo y la protección de la biodiversidad. Precisamente por este motivo, Enel Green Power ha puesto en marcha simultáneamente un ambicioso programa de demostración a gran escala en España, Italia y Grecia con el objetivo de integrar la producción de energía solar con las actividades agrícolas y zootécnicas.
Aprovechando el enfoque ‘Open Innovability’, el cual incentiva a buscar las mejores ideas y recursos no solo dentro de la empresa, EGP involucró partners procedentes del mundo de la investigación y de la industria a startups y organizaciones sin fines de lucro para poder individualizar qué actividades agrícolas y qué tipos de ganadería pueden convivir con los parques solares sin modificar de manera significativa la disposición de las centrales, con el fin de contener los costes y mantener la competitividad. Por ejemplo, utilizando los espacios libres entre las filas de los trackers (los dispositivos que cambian la orientación de los paneles para capturar la luz solar) con plantaciones no muy altas, de manera tal que no le den sombra a los paneles.
El verdadero desafío innovador está en definir un óptimo modelo de gestión integrada de las actividades de operación y mantenimiento de la central fotovoltaica y de las empresas agrícolas, sin alterar el layout de la central, ocupando incluso parte del área bajo los paneles, utilizando siempre cultivos de poca altura y aptos en relación a las condiciones ambientales. La experimentación prevé múltiples tests en simultáneo en los diferentes tipos de parques solares, tanto para las centrales greenfield (construidas en áreas que anteriormente no estaban destinadas a la producción agrícola), como para los sitios Futur-e (es decir, las zonas de centrales a reconvertir).
“El resultado de las experimentaciones producirá una enorme recolección de datos que se aplicará en un Atlas como apoyo en la toma de decisiones, permitiendo la selección, para las nuevas centrales, de la mejor solución agrozoológica y su relativo modelo de business, en función de la tecnología solar, del área climática y del análisis del contexto social, económico y ambiental”, dijo Miriam Di Blasi, responsable Environment and Impacts Mitigation Innovation.
Para la realización del proyecto se pusieron en marcha colaboraciones con universidades e institutos de investigación, industrias, empresas de ingeniería, organizaciones sin fines de lucro y startups. De esta manera, se involucraron competencias específicas pero complementarias, para asegurar un enfoque global en la definición del programa experimental. Además, se evaluaron los factores externos de los sitios seleccionados y se busca promover el uso diversificado del suelo, mejorar los servicios de los ecosistemas y generar valor compartido para las comunidades locales, a través de un enfoque que involucre a todas las partes interesadas.
En la primera fase, la de diseño, se pusieron en marcha simultáneamente 9 estudios en Europa (2 en Grecia, 5 en España, 2 en Italia) para definir las soluciones. En enero de este año, comenzaron las pruebas.
En Grecia, en la central fotovoltaica de Pezouliotika, se probará el uso de hierbas aromáticas, flores y mezclas de plantas que atraigan especies polinizadoras, y se instalarán nidos para mejorar el hábitat de algunas especies de aves. En Kourtesi, en cambio, se experimentará con el uso de hierbas oficinales para la preparación de alimento para los animales, dentro de una óptica de economía circular. Pero también, se está estudiando la posibilidad de integrar granjas de pollos dentro del parque solar.
En España, en las centrales fotovoltaicas de Totana, Valdecaballeros y Las Corchas, se probarán diferentes cultivos entre ellos alcachofas, brócolis, calabacines, berenjenas, forrajeras para animales, guindillas, pitayas (fruto de origen tropical rico en vitamina E), hierbas medicinales y aromáticas, coriandro, lavanda y flores para atraer especies polinizadoras (no solo abejas, también abejorros, mariposas y otros tipos de insectos). En Totana, en particular, se sembraron hierbas y leguminosas que pueden mejorar el hábitat ornitológico.
En Italia, en la central termoeléctrica de Bastardo, a punto de ser desmantelada, se probarán diferentes especies entre forrajeras, cucurbitáceas y mezclas de plantas que atraigan especies polinizadoras. En la central termoeléctrica de Montalto, también en proceso de desmantelamiento, la experimentación se focalizará en la menta, las leguminosas, los espárragos y el azafrán. Además, se está evaluando la posibilidad de integrar colmenas de abejas y criaderos de conejos verdes de raza Leprino, especie típica de la zona de Viterbo.