Antes, cerca de la central nuclear Fukushima I, en el noreste de Japón, se produjo una fuga de iodo y cesio, de acuerdo los responsables de la seguridad nuclear. Tras terremoto del viernes, dejaron de funcionar los sistemas de refrigeración de los reactores nucleares de esa central, lo que pudo haber provocado la explosión.
La carencia de refrigeración en el reactor puede provocar consecuencias severas en un lapso no mayor a 24 horas e incluso la fusión del núcleo de barras de uranio de la central. Un portavoz de la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (Tepco), empresa dueña de la central, afirmó que tal fenómeno "no tenía lugar" y la compañía estaba intentando "hacer subir el nivel del agua" para enfriar el reactor.
Por el momento se ignora si en la instalación dañada está el reactor. Un funcionario dijo que la empresa que dirige la central nuclear de Daiichi en Fukushima había informado de varios trabajadores posiblemente lesionados. El funcionario Masato Abe, de la prefectura (provincia) de Fukushima, afirmó que se desconocía la causa del derrumbe y del humo, y también declinó decir si había ocurrido una explosión.
Las imágenes transmitidas por la televisión japonesa mostraron que los muros de un inmueble se habían venido abajo y sólo había permanecido de pie una armazón de metal. Varias columnas de humo salían de la central nuclear. La presión ha estado acumulándose en el reactor nuclear y ahora es el doble de lo normal. La Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear de Japón informó a los periodistas el sábado que estaba liberando vapores radiactivos para disminuir la presión, mientras algunos funcionarios afirmaron que medían los niveles de radiación en la zona.
El reactor nuclear averiado ya ha tenido fugas de radiación. Los operadores de la Unidad 1 de la central nuclear de Daiichi en Fukushima detectaron una radiación ocho veces mayor a la normal en las afueras de la instalación y 1.000 veces más que la normal dentro de la sala de control de la Unidad 1.
Poco antes, un funcionario de la comisión nacional de seguridad atómica, Ryohei Shiomi, dijo también que en la central nuclear existe el riesgo de un proceso de fusión. Pero aseguró que en caso de que se presentase, no serían afectadas las personas en un radio de 10 kilómetros (seis millas).
El director de la campaña de energía nuclear de Greenpeace Internacional, Jan Benarek, ha denunciado que, el hecho de que se hayan vertido a la atmósfera gases contaminados del reactor de la central nuclear de Fukushima (Japón) implica que "han fallado claramente" las medidas de protección físicas para aislar la radiactividad.
Los operarios de la central nuclear de Fukushima consiguieron este sábado liberar con éxito presión del reactor número 1 de la planta. Poco antes, las autoridades de seguridad nuclear japonesas comunicaron el hallazgo de cesio radiactivo en las inmediaciones de dicha central nuclear, la cual se ha visto afectada por el terremoto de 8,9 grados registrado el viernes frente a las costas de Japón.
"¿Cuántos avisos más necesita sufrir la gente antes de que entendamos que los reactores nucleares son intrínsecamente peligrosos?", ha cuestionado Beranek. "La industria nuclear nos dice que accidentes como este no pueden pasar con reactores modernos, pero hoy Japón está en medio de una crisis de consecuencias potencialmente devastadoras por culpa de la energía nuclear".
A su entender, aunque la atención debe estar en "minimizar" la liberación de radiación y en mantener a salvo a la población local, este incidente supone una "nueva llamada de atención de los riesgos inherentes" de la energía nuclear, que siempre será "vulnerable a una combinación potencialmente mortal de error humano, fallo de diseño y desastre natural".
Por ello, Greenpeace hace un llamamiento para que se cierren "de forma organizada pero urgente" las centrales nucleares existentes y a no construir nuevos reactores. "Los Gobiernos deberían invertir en energías renovables que, además de ser medioambientalmente sostenibles, son las más baratas y las más seguras", ha concluido Beranek.
Japón tiene un total de 54 centrales nucleares ubicadas en 18 emplazamientos distintos, que suman 47.000 Megavatios (MW) de potencia eléctrica instalada. En 2010, la producción eléctrica de origen nuclear en Japón fue del 29%.
En el noreste de Japón, en la zona cercana al epicentro del seísmo, se han visto afectados por este terremoto los complejos nucleares de Onagawa (con 3 centrales nucleares), Fukushima-Daiichi (6 reactores), Fukushima-Daini (4 reactores) y Tokai (1 reactor). Las más cercanas a éstas son las 7 centrales del complejo nuclear Kashiwazaki-Kariwa, ubicadas en la costa oeste, en el lado opuesto de la isla.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.