Es el principio del fin de la era de la construcción de mega presas en China.
China Three Gorges Corp. conectó el lunes el primer grupo de generadores en la central hidroeléctrica de Wudongde, en las montañas de la provincia de Yunnan. Unos 170 kilómetros (106 millas) río abajo en el río Jinsha se encuentra Baihetan, la última de su tipo, programado para entrar en funcionamiento el próximo año.
A pleno funcionamiento, los dos sitios producirán más electricidad que todas las centrales eléctricas de Filipinas combinadas. Son las dos mega-represas finales en un auge de la construcción china que se remonta a más de medio siglo, uno que se vio cada vez más envuelto en una controversia sobre el intercambio entre los beneficios de las energías renovables y la prevención de inundaciones y los costes sociales y medioambientales.
Ahora, la industria hidroeléctrica de China está cambiando hacia proyectos más pequeños y almacenamiento bombeado. Los ingenieros se han quedado sin las ubicaciones más fáciles para alimentar conjuntos masivos de turbinas y el costo decreciente de las fuentes de energía rivales, como la solar, significa que no vale la pena pasar a ubicaciones más desafiantes.
«Es tan barato desarrollar energías renovables y energía a carbón, por qué molestarse en inyectar grandes sumas de dinero para desarrollar hidroeléctricas a 2.000 kilómetros de profundidad en la meseta tibetana», dijo Frank Yu, analista de Wood Mackenzie Ltd. «El futuro de la hidroelectricidad va a se bombeará almacenamiento y también va a ser cada vez más pequeño «.
La era de la construcción de represas en China comenzó en la década de 1950, poco después de que el Partido Comunista tomara el poder, pero alcanzó un crescendo en las últimas dos décadas. Después de que Baihetan alcance su capacidad máxima a fines de 2022, China habrá completado cinco de las 10 centrales hidroeléctricas más grandes del mundo en solo 10 años. Las represas de China generaron más electricidad en 2017 que el suministro total de todos los demás países del mundo, además de los EE. UU. Y la India.
Aprovechar los ríos de China, que fluyen desde los picos nevados en el oeste hasta los deltas fértiles en el este, siempre ha sido una de las principales preocupaciones de sus líderes. Hace más de 4.000 años, el emperador conocido como Yu el Grande ganó fama eterna al emplear diques, presas y canales para controlar las inundaciones que asolaron la antigua civilización.
El Partido Comunista utilizó una inundación desastrosa en 1931 para argumentar que el gobierno del Kuomintang fue un fracaso, y cuando Mao Zedong se hizo cargo en 1949, la construcción de presas era una prioridad. Pero la construcción y la ingeniería fueron a menudo deficientes, lo que resultó en más desastres como el colapso de la presa de Banqiao y Shimantan en 1975 que mató a unas 240,000 personas.
A medida que China emergió a la escena mundial a fines de la década de 1990, también lo hizo su industria de construcción de represas. «Desde el cambio de siglo, el país ha más que cuadruplicado su capacidad instalada y representó más de la mitad del crecimiento global de la energía hidroeléctrica», dijo Samuel Law, analista de la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica.
El período moderno de construcción de la mega presa comenzó en serio con el proyecto largamente promocionado para bloquear el río Yangtze en la base de las Tres Gargantas, una serie de estrechos pasadizos entre montañas que bordean el río más largo de China.
El proyecto fue inusualmente controvertido en China. Los defensores promocionaron los beneficios de la energía limpia, la navegación mejorada y la oportunidad de domar uno de los ríos más propensos a las inundaciones del país. Los opositores se centraron en las más de un millón de personas que se verían obligadas a reasentarse desde las estrechas franjas de naranjos fértiles a lo largo de la orilla del río a entornos más hostiles en terrenos más altos, junto con la pérdida de sitios culturales y arqueológicos.
El trabajo comenzó en 1994 y cuando se encendió el generador final en 2012, se convirtió en la planta hidroeléctrica más grande del mundo, generando 22.5 gigavatios. Otros dos proyectos masivos, el Xiangjiaba de 6,4 gigavatios y el Xiluodu de 13,9 gigavatios, se completaron en 2014 en el río Jinsha, que alimenta el Yangtze. Junto con Wudongde y Baihetan, el tramo de agua de 1.200 kilómetros tendrá cinco de las 10 centrales hidroeléctricas más grandes de la tierra.
Las cosechas están a punto de adelgazar. Las grandes centrales hidroeléctricas requieren grandes flujos de agua que caen en cascada por un fuerte cambio de altitud y China ha aprovechado la mayoría de las mejores perspectivas que son fáciles de alcanzar.
Después de Wudongde y Baihetan, no hay represas de más de 10 gigavatios en construcción o en etapas de planificación o permisos, según Pavan Vyakaranam, analista senior de energía de GlobalData.
