Según el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES-Sinac), el Perú tiene solo el 8% en reservas de energía para generación de electricidad en lugar de 20%, que es lo aconsejable, razón por la cual se ha constituido en una fundada preocupación para dicho organismo. Una interrupción cualquiera, ya sea de una máquina del sistema o de una línea de transmisión, se traducirá en la restricción del servicio. Es evidente que no hay otro camino para evitar el colapso. Por ello, estamos obligados a mirar la energía eólica y solar térmica como la alternativa para nuestro abastecimiento futuro.
Durante el año 2008, la generación de electricidad fue de 29.558,71 GW, de los cuales 18.010,23 GW (60,93%) correspondieron a hidráulica y 11.548,48 GW (39,07%), a térmica. Los costos marginales de corto plazo en dicho año ascendieron a US$ 250/MW. La no generación de 1 MWh/año le cuesta al Perú más de US$ 4.000 de pérdida de PBI. Esto confirma que la energía más cara es la que no hay. De continuar esta tendencia, los cortes de luz seguirán y se iniciará el racionamiento.
La demanda de electricidad exige que se pongan, anualmente, en servicio alrededor de 400 MW nuevos en el sistema. La convocatoria a la subasta de 500 MW hidráulicos tendrá un período de maduración entre 4 a 7 años. La convocatoria de grupos diesel para generación eléctrica es una expresión desesperada de la emergencia. Nos encontramos en una crisis.
Las reservas probadas de gas del Perú (12 tcf, trillion cubic feet) son pequeñas en un contexto internacional y cerca del 40% está comprometida con la exportación de LNG Perú. La generación térmica debe aplicarse en el futuro solo para el ciclo combinado, pues la de ciclo simple es muy ineficiente. Lo sano es tener una matriz energética balanceada.
ENERGÍA EÓLICA EN EL PERÚ
Los principales hechos son: ocupamos el último lugar en capacidad instalada de generación eólica en América Latina; tenemos un potencial de más de 20 millones de kilovatios de potencial eólico; el Ministerio de Energías y Minas (MEM) ha invertido cerca de medio millón de dólares en un Atlas eólico (2008); se ha aprobado el Decreto Legislativo 1002 (del 1 de mayo de 2009) con su respectivo reglamento, promotor del uso de las energías renovables; se han aprobado más de 60 concesiones temporales para generación de eólica, en donde se invierten millones de dólares y se estudian algo más de 7 millones de kilovatios; en el Decreto Legislativo 1002 y reglamento, se ha previsto convocar a una subasta para la generación de 500.000 kilovatios eólicos y decidir una prima para asegurar la rentabilidad del 12% prevista en la Ley de Concesiones Eléctricas; y se distribuyó un libro entre los jefes de Estado de la APEC, invitándolos a invertir en energía eólica e hidráulica. Sin embargo, el MEM ha demorado este proceso innecesariamente y recién está dando los primeros pasos para cumplir con la ley.
Los argumentos escuchados de los altos funcionarios del MEM son los siguientes:
• «La energía eólica es muy cara y subirán enormemente las tarifas». No es cierto. El impacto de las tarifas de origen eólico será del orden del 1,5% al 1,8% en las tarifas finales, solo para el caso de contar con el 5% de toda la energía consumida en el Perú de origen eólico.
• «La energía eólica no es predecible y es errática». No es verdad. Los vientos en la costa peruana son más predecibles que la hidrología de los ríos que vienen de los Andes.
• «Tenemos abundantes reservas de gas natural para generación eléctrica». Es una afirmación equivocada, porque nuestros recursos probados son solo de 12 tcf y es un error conceptual grave quemar moléculas para generar electricidad, si existe la posibilidad de agregar valor vía petroquímica.
• «Tenemos un gran potencial hidroeléctrico para la generación eléctrica». Es verdad que tenemos un gran potencial hidroeléctrico.
Lo que hay que decir es dónde y que nuestros Andes –la cadena de montañas tropicales más alta del mundo– son extraordinariamente frágiles al calentamiento global, tal es así que se han derretido en 22% en los últimos 15 años, en un proceso irreversible. Hay un notorio estrés hídrico. El balance del agua dulce en el Perú indica que más del 95% de esta se encuentra en la cuenca atlántica, en donde se pueden construir las grandes megacentrales hidroeléctricas de 1.000 MW, 1.500 MW y hasta 2.000 MW, como lo han anunciado los brasileños en la zona de Madre de Dios, con graves daños potenciales ambientales, sociales y económicos. Sin embargo, estos proyectos deben ser evaluados cuidadosamente para evitar lo que pasó en la carretera transoceánica, donde se hizo el estudio serio de impacto ambiental cuando ya se habían iniciado los trabajos de la carretera.
• «Las líneas de transmisión no se dan abasto». En efecto, se requieren más líneas de alta tensión (220 KW y 500 KW). Sin embargo, ese argumento no es razón para no instalar más centrales de generación.
Tenemos alentadoras noticias recientes del MEM, el que ha dado señales de aceptación de las realidades y el cumplimiento estricto de la legislación vigente. Esta megatendencia planetaria no puede ser ignorada por nuestras autoridades y el Perú debe planear su futuro energético con la premisa de alcanzar, en una década, el 100% de su generación de electricidad con fuentes renovables y limpias. Esto no solo es posible sino deseable, en un país bendecido por una naturaleza rica y diversa, aunque frágil y sensible a los cambios climáticos. Energía y ambiente van siempre juntos y deben ser planeados con un horizonte de largo plazo.
Lo importante de nuestra generación es sembrar las semillas del bienestar y calidad de vida ahora, para que nuestros descendientes tengan un Perú que sea una verdadera morada del hombre.
———————-
Perú, pese a tener un potencial eólico de 60.000 MW sólo en las regiones costeras, ocupa el último lugar en América Latina en capacidad instalada de energía eólica con sólo 1 MW.
La ley peruana favorece desarrollar la energía eólica, al menos en teoría. La Asociación Peruana de Energías Renovables (APEGER) sostiene que la puesta en marcha de parques eólicos solo tendría un impacto de 1,2% sobre la tarifa eléctrica regulada. A lo largo de la costa peruana existe un potencial eólico no aprovechado de aproximadamente 57.000 MW.
Todo un debate se ha generado en torno al uso de la energía eólica para la generación de electricidad en Perú. Mientras el ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, advirtió que la entrada en operación de centrales eólicas repercutiría en el alza de las tarifas eléctricas, la Asociación Peruana de Energías Renovables (APEGER) considera que el enfoque del sector está equivocado.
No se debe olvidar que el DL 1002, emitido en mayo de 2008, establece la convocatoria a una subasta de 500 megavatios (MW), que permitirá que la energía eólica logre una participación de 5% en la demanda del país, y que se establezca la tarifa y la prima que permitan concluir los estudios de factibilidad de proyectos eólicos. El Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), por encargo del MEM, elabora un estudio sobre la capacidad máxima de energía eólica que pueda instalarse en cada barra del sistema eléctrico.
Alfredo Novoa Peña, presidente de APEGER, sostuvo que el estudio está equivocando el enfoque, pues el objetivo no debe ser averiguar cuánto de energía eólica está preparado para recibir el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, sino qué se debe hacer en el futuro en este sistema para que ingresen sin problema los 500 MW eólicos previstos en la ley. Novoa subrayó que la actual crisis energética hace indispensable un plan de energía para el Perú a largo plazo, lo cual pasa por realizar ampliaciones al sistema interconectado para que admitan parques eólicos.
El Ministerio de Energía otorgó 53 concesiones para desarrollar proyectos eólicos. “Los inversionistas están midiendo dónde están los vientos más energéticos y de nada vale que digan que la central de Puno tiene capacidad para recibir energía eólica cuando en Puno no hay vientos. Vamos a instalar donde haya vientos y es allí donde se deberá reforzar todo el sistema de líneas de transmisión y subestaciones”, subrayó. Agregó que pese a tener un potencial eólico enorme, Perú ocupa el último lugar en América Latina en capacidad instalada de energía eólica con 1 MW. Además, precisó que la puesta en marcha de centrales eólicas tendría un impacto de 1.2% sobre la tarifa eléctrica regulada actual.
Según declaró Alfredo Novoa Peña, presidente de la Asociación Peruana de Energías Renovables (Apeger), existen más de 50 concesiones temporales otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) a empresas de distintos países, entre los que figuran Alemania, Noruega, EE UU y España, entre otros países, con el objetivo de realizar estudios de potencial eólico en el Perú, y que no pueden desarrollar sus inversiones porque están a la espera de dos cosas: que se cumpla con la subasta prevista en el DL 1002 por 500 MW (para ganar una participación dentro del 5% de la demanda nacional de energía eléctrica) y que se establezca la tarifa y la prima que permitan concluir los estudios de factibilidad para tomar decisiones finales de inversión.
Novoa recordó que la legislación establece que por encima de la tarifa regulada se da un extra para compensar la inversión eólica, que es 6 o 7 veces más cara (2.200 dólares por kilovatio) que una inversión térmica en ciclo simple (300 dólares por kilovatio). Explicó que las más de 50 concesiones suman por encima de los 7 millones de kilovatios de energía en estudio que significarán inversiones por 1.000 millones de dólares, que de no tomarse las decisiones oportunamente se perderán. Algo que resultaría ilógico en un país como Perú que requiere en estas épocas de crisis que aumente la inversión privada.
Según Apeger existe la preocupación de que en el Ministerio de Energía y Minas se están elaborando cambios sustantivos a la legislación vigente antes mencionada, cuyas consecuencias serían la frustración de las inversiones previstas en energías limpias. Estos cambios pasarían por bajar la subasta de 500 MW a 200 MW, algo que contrasta con el potencial eólico que tenemos del orden de los 20 millones de kilovatios sin utilizar.
Frente a este panorama, y con el propósito de explicar la situación que preocupa a los inversionistas, Apeger ha tocado las puertas del MEM pero sin resultado. Por ello el 10 de marzo último se optó por enviar una carta al presidente Alan García Pérez, que en uno de los párrafos dice lo siguiente: "Cambiar las reglas de juego a mitad de camino es una inconsistencia de política de Estado y señal equívoca a los inversionistas, devastadora para el Perú y contrario a sus permanentes esfuerzos como Presidente del Perú. Por lo anterior, solicitamos respetuosamente lo siguiente: se respete estrictamente el DL 1002 y Reglamento que su gobierno ha aprobado, se decida la tarifa y prima para energía eólica al más corto plazo para asegurar las inversiones, se agilicen los trámites en el MEM para iniciar las inversiones y obras a la brevedad posible". De acuerdo con Novoa, aún no han tenido respuesta a la misiva.
Perú ocupa el último lugar en potencia eólica instalada en América Latina, mientras que sus vecinos despliegan agresivas campañas para atraer inversiones en este sector. Según Apeger, los recientes apagones que causan profundo malestar entre la población y daños al aparato productivo del Perú, unidos a la extrema fragilidad del suministro eléctrico peruano, expresados en una reserva de generación eléctrica de sólo 8% cuando deberíamos tener un mínimo del 20%, más el estrés hídrico de los Andes, unido a la falta de gas para las plantas térmicas, hacen que la falta de interés y empuje del Ministerio de Energía y Minas en acelerar o eventualmente frenar las inversiones en energía eólica, sean inexplicablemente injustificados. Es más, señala que si no se toman decisiones rápidas, las inversiones madurarán después del 2012 afectando el cambio de la matriz energética de Perú.
Hace unas semanas y para reforzar el decreto emitido por el gobierno el año pasado, el partido aprista presentó un proyecto de ley para facilitar las inversiones en el desarrollo de energía eólica y parques eólicos. En este proyecto se plantean beneficios tributarios para la generación de energía eólica. Así a las generadoras se les reconoce un régimen de depreciación acelerada para efectos del impuesto a la renta. Asimismo, se podrán acoger a la recuperación anticipada del IGV. También se exonera de aranceles a la importación de bienes destinados a la generación eólica.
En Perú la demanda de energía viene creciendo a un promedio anual de 10%, pero en los últimos tres años, la generación de electricidad sólo se incrementó entre 3% y 4 %. Esto motivó cortes en el fluido eléctrico desde el año pasado que perjudicó al sector doméstico e industrial, situación que podría agudizarse este año. La energía hidráulica y la eólica se complementan porque es en época de pocas lluvias cuando hay mejor calidad de viento.