Todas las partes implicadas coinciden en que el coche eléctrico ha venido para quedarse. La nueva movilidad está destinada a popularizarse, mientras el cambio climático sigue pasando factura y las soluciones pasan por la descarbonización y el desarrollo sostenible. Este es, precisamente, un ámbito donde el automóvil puede contribuir, de modo que fabricantes, distribuidores, instaladores, gestores y administraciones públicas deben estar alineados.
En España, el camino hasta un despliegue consolidado es aún largo. Existe una serie de limitaciones: precios elevados, escasa autonomía y una limitada red de recarga a escala nacional. Todos los agentes implicados están trabajando en la misma dirección, pero es necesario que el apoyo institucional sea total. Para el futuro conductor de un vehículo eléctrico es primordial contar con menos costes, baterías que se carguen más deprisa y duren más, y un surtido de estaciones de carga eléctrica suficiente.
Para hacernos una idea de la situación actual, las ventas de coches eléctricos crecieron un 50% en España el año pasado, hasta alcanzar un total de 12.293 unidades, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Pese a lo llamativo de la subida, estas unidades apenas representan el 0,98% de las 1.258.260 matriculaciones totales que registró España en 2019. La cuota sigue avanzando de forma muy lenta, por lo que hace falta impulsar planes de ayuda efectivos.
Soluciones para la gestión energética
En este contexto, Schneider Electric cuenta con soluciones de extremo a extremo para cubrir toda la cadena de valor de la infraestructura de carga de los vehículos eléctricos. Es un servicio dirigido a los operadores de flotas, fabricantes de automóviles, actores del sector Retail, espacios de oficinas y particulares que desean fomentar la adopción de esta clase de coches, asegurando a sus clientes el acceso a instalaciones y sistemas de carga.
Concretamente, nuestra propuesta incluye servicios de consultoría para ayudar a nuestros clientes a elaborar estrategias, planificar, diseñar, instalar y mantener sistemas inteligentes de carga para el vehículo eléctrico. También administración de energía y microrredes para optimizar el consumo de energía de las unidades de carga, almacenamiento de batería incorporado que optimiza el uso de la red, mantenimiento predictivo IIoT y análisis de datos, entre otros.
El sector público tiene un papel protagonista
Junto a las empresas, la Administración Pública cumple un rol principal en el fomento de la movilidad eléctrica. Las inversiones públicas, en coherencia con los objetivos del Acuerdo de París, deben servir para estimular a las compañías a apostar más por la nueva movilidad. Del mismo modo, debe ser esta conjunción la que sirva al usuario final como motivación para adquirir un vehículo eléctrico. El objetivo actual por la descarbonización y la neutralidad climática tiene como fecha fin el año 2050.
En este sentido, la apuesta por un transporte público de cero emisiones en España es firme tanto por parte de administraciones como de fabricantes. El autobús eléctrico se postula como una de las grandes bazas para reducir las emisiones de efecto invernadero en el país. Cada vez existen más vehículos de este tipo en las ciudades españolas, como es el caso de Madrid, Barcelona, Pamplona, Valladolid y Bilbao. El despliegue es cada vez mayor, aunque continúa lejos en comparación con otros estados europeos.
En la actualidad, Francia, Reino Unido, Polonia, los países nórdicos, Países Bajos y Alemania juntos representan más de la mitad del número total de autobuses eléctricos en Europa. Después de una fase de experimentación, se está lanzando un número creciente de procesos de licitación para este tipo de vehículos. En las principales ciudades comprometidas con la mejora de la calidad del aire, como París y Londres, ya se han puesto en marcha esquemas de reemplazo a gran escala.
El hecho de establecer una red de recarga para vehículos eléctricos en toda España es un elemento importante para acelerar la acogida de la movilidad eléctrica. Esta iniciativa también representa un paso importante para ayudar a la región a alcanzar sus objetivos del cambio climático a través de un menor consumo de combustibles fósiles. La experiencia de Schneider Electric en las áreas de infraestructuras de recarga de flotas, infraestructuras de recarga en autopistas y en destino, consultoría en ciberseguridad, distribución de energía, gestión de energía y sistemas de gestión de activos, ayudará a sentar las bases para la integración de los vehículos eléctricos y las infraestructuras de suministro de energía.
Alexandra Romero, E-Mobility Product Manager en Schneider Electric