La Universidad de La Rioja desarrolla un vehículo eléctrico

El automóvil eléctrico ha sido bautizado como ‘Zemic (Zero Emisiones Contaminantes)’ puesto que el motor eléctrico que emplea no genera emisiones nocivas para el medio ambiente ni produce contaminación acústica. Y todo ello con rendimientos superiores a los motores diésel o de gasolina, y permitiendo recuperar energía durante la frenada.

Este vehículo eléctrico cuenta con el chasis de un buggie, tres baterías, motores eléctricos y una serie de módulos fotovoltaicos que alimentarán los sistemas de control. El proyecto cuenta con la colaboración de diversas empresas: Grupo Rioja 2000, Meko Europe, Toyota-Japoauto y Tsolar, perteneciente al grupo Isolux-Corsan.

Tras una fase de definición del proyecto, a partir de marzo de 2010 se trabajó en el rediseño de la estructura del vehículo —un buggie— para dotarlo de mayor estabilidad y para permitirle acoger los elementos clave para su funcionamiento: motores, baterías y transmisiones. Se modelizó y desarrolló la estructura en un programa de diseño asistido por ordenador en tres dimensiones, se estudió el sistema de suspensión más apropiado y se seleccionó la ubicación de las baterías, de los motores y de las transmisiones.

Las nuevas dimensiones y pesos del vehículo son: 2,697 metros de longitud; 1,739 metros de anchura; 1,545 metros de altura; 1,899 metros de batalla (distancia entre los ejes delantero y trasero); 450 kg. de peso total (80 kg. sólo las baterías).

Durante esta primera fase también se ha adecuado la transmisión mecanizando las piezas del eje trasero (que es eje motriz), atendiendo a la relación entre las ruedas y el eje y entre el eje y el motor. Asimismo se diseñaron de nuevo las suspensiones del vehículo.

Finalmente se han acoplado dos motores eléctricos que suman una potencia máxima de 20 CV. Como resumen de estas tres fases puede decirse que el coche eléctrico se mueve de modo seguro, con sus principales elementos conjugados armónicamente, de forma silenciosa y, sobre todo, sin generar emisiones nocivas para el medio ambiente.

Actualmente se trabaja en el diseño y construcción de la carrocería del vehículo con el objetivo puesto en la mejora del comportamiento aerodinámico del prototipo, de forma que consuma menos energía y tenga posibilidad de recorrer mayores distancias. En este sentido, se calcula que el vehículo tendrá una autonomía de 80 kilómetros.

En esta última fase se programarán además los módulos de control electrónico del motor y de la interfaz usuario-coche, que permitirá la personalización, no sólo de la apariencia y colocación de elementos tales como velocímetro, indicadores de potencia, carga de baterías, etc.; sino también del modo de conducción. Por último, se desarrollará el sistema de frenado regenerativo, que hará posible que el frenado del vehículo genere energía para cargar las baterías de forma que pueda aumentar notablemente su autonomía (hasta en un 30%), y del propio sistema de carga de las baterías cuando se conectan a la red eléctrica mediante un enchufe tradicional monofásico de 220 voltios.

El vehículo es la base de tres proyectos de fin de carrera desarrollados por alumnos de la Escuela de Ingeniería de la UR (Roberto Pascual Montalvo, Santiago Suanes Foncea y Pablo Miguel Hernández), que han trabajado en el desarrollo de los aspectos electromecánico, aerodinámico, estructural y de sistemas de captación fotovoltaica del coche.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

www.unirioja.es/