Cuba implementa un ambicioso y millonario plan de desarrollo de fuentes de energías renovables hasta 2030, que permitió el año pasado a la isla ahorrar casi 33.000 toneladas de combustible y la reducción de emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera.
Se espera que para 2024 el país genere el 24 por ciento de su electricidad mediante fuentes renovables a través de la biomasa de la caña de azúcar, paneles solares, parques eólicos y pequeñas centrales hidroeléctricas.
«La energía solar fotovoltaica es la de mayores avance, hay 65 parques construidos a lo largo del país y están en proceso otros 15 que incrementarán a 42 megavatios (MW) la potencia instalada», afirmó recientemente a la televisión nacional Tatiana Amarán, directora general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas de Cuba.
Según Amarán, el costo de producción y mantenimiento de un kilovatio hora (KWh) en un parque fotovoltaico es un 95 por ciento menor respecto a la energía que se genera en una central eléctrica, porque no implica combustible en el proceso de generación.
Precisó que en 2018 Cuba generó 151.980 megavatios hora (MWh), lo que equivale a un ahorro de 32.873 toneladas de combustible.
«Actualmente, la generación solar fotovoltaica aporta el 1,15 por ciento del consumo total del país y se espera que este año se ahorren unas 52.199 toneladas de crudo», añadió.
Por su parte, el director de generación con Fuentes Renovables de la Unión Eléctrica de Cuba, Ovel Concepción, dijo que entre los principales retos del sector están instalar unos 700 MW en parques fotovoltaicos hasta 2030.
«También desplegaremos unos 688 MW en parques eólicos, 56 MW en centrales hidroeléctricas y mantener electrificadas a través de paneles solares la totalidad de las viviendas aisladas que no tienen acceso a ninguna otra fuente de electricidad», aseguró.
Detalló en el programa Mesa Redonda de la televisión nacional que hasta la fecha se han instalado 17.536 sistemas fotovoltaicos que han mejorado la calidad de vida de familias que viven en zonas rurales que antes no contaban con ningún tipo de servicio eléctrico.
En todas las áreas de generación eléctrica con fuentes renovables existen planes a corto y mediano plazos tanto con inversiones nacionales como extranjeras.
«Hoy existen cuatro proyectos en diferentes fases constructivas de parques de energía solar con inversión internacional, los cuales suman una potencia de 200 MW. Uno de ellos es la primera instalación cien por ciento con capital extranjero», señaló.
Otra de las fuentes renovables es la energía eólica que hoy cuenta con cuatro parques construidos de forma experimental con una potencia de 11,5 MW, dijo Concepción.
Se ejecutan actualmente 13 nuevos proyectos con la energía del viento, tres de ellos de inversión estatal, nueve con capital foráneo y uno en preparación, que suman una potencia de 688 MW y representarán un ahorro anual de 540.000 toneladas de combustible.
Concepción destacó la construcción de los parques eólicos «Herradura 1 y 2» en la oriental provincia de Las Tunas que contarán con 54 turbinas generadoras de electricidad de tecnología china.
«En la energía eólica existen tres empresas con capital totalmente extranjero que contribuirían al desarrollo de ésta», precisó.
En cuanto a la hidroenergía, las potencialidades son más discretas debido a la ausencia de grandes ríos y embalses en la isla.
«En la actualidad, hay 147 instalaciones hidroeléctricas con una potencia total de 68 MW. La política hasta 2030 prevé incrementar la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas», añadió.
Además, la biomasa cañera, que se obtiene del bagazo de la caña de azúcar, representará más de la mitad de la generación eléctrica con fuentes renovables en 2024 a partir de la construcción de plantas bioeléctricas que procesarán el producto.
En este sentido, Bárbara Hernández, jefa de generación eléctrica de AZCUBA, el grupo estatal cubano encargado de la producción y exportación de azúcar, apuntó que se están sustituyendo paulatinamente los bloques energéticos de las centrales por la generación de electricidad con la biomasa como combustible.
Hernández indicó en el programa que las futuras bioeléctricas aportarán la electricidad necesaria para el proceso fabril a los ingenios de azúcar, que a su vez aportarán a la planta el bagazo resultante de la molida de la caña.
«Los excedentes eléctricos de este proceso fabril se venden a la Unión Eléctrica para el sistema de energía a nivel nacional. Así también se recupera la inversión en la planta bioeléctrica y se fomenta la biomasa forestal con el objetivo de extender la generación fuera de los meses de la zafra», dijo.
En estos momentos se construye la primera bioeléctrica en la central provincia de Ciego de Avila, a unos 450 kilómetros al este de La Habana, con una inversión mixta entre la isla y empresas de China y Reino Unido.
«Generará una eficiencia de 157 KWh por cada tonelada de caña que muela la central Ciro Redondo, aledaña a la planta, y actualmente se encuentra a un 41 por ciento de ejecución con el objetivo de que comience a funcionar a finales de año», puntualizó Francisco Lleó, director de la empresa Zerus, un holding cubano para la inversión extranjera en el sector azucarera, durante su intervención.
La política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables y el uso eficiente de la energía en Cuba fue aprobada por el gobierno el 21 de junio de 2014.
Desde esa fecha se trabaja intensamente para incrementar la participación de estas energías limpias en la generación eléctrica del país y para 2030 la isla estima producir 7.316 Gigavatios hora al año a partir de fuentes renovables.