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El Gobierno nacional propicia las inversiones a las energías renovables. La licitación en energías renovables dio cuenta de una mayor participación de empresas extranjeras en detrimento de la industria local, a pesar de que las empresas argentinas tienen capacidad instalada para generar renovables. Santa Cruz participa con un proyecto eólico.
Las energías renovables son, a esta altura, las únicas inversiones genuinas de la tan mentada lluvia de inversiones que llegaría al país luego del pago a los Fondos Buitre. En la primera licitación de renovables lanzada por el Gobierno nacional (Plan RENOVAR), se presentaron 123 ofertas de proyectos de energías eólica, biomasa, solar, biogás e hidráulica por un total de 6343 MW como potencia ofertada, cuando la primera ronda sólo abarcaba una potencia de 1000 MW.
Compañías extranjeras– Los proyectos eólicos fueron 49, solares 58, de biomasa 5, de biogás 6 e hidráulicos, 5. El promedio de la oferta de potencia para eólica fue de 70 MW. Del total de iniciativas eólicas, 15 correspondieron a la Patagonia, de las cuales el 50 por ciento llegó desde Santa Cruz (5). Desde la provincia de Buenos Aires se presentaron 16 iniciativas, seguido por el Noroeste (2), Comahue (12), Cuyo (2), Centro (1) y Litoral (1).
Sin embargo, el resultado de la primera ronda de la licitación de renovables dio cuenta de una poca participación de la industria nacional, con tan sólo un 5,9 por ciento de injerencia en la potencia adjudicada recientemente. Según los datos suministrados por el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, quedó en evidencia que del total de potencia instalada adjudicada por el Plan RENOVAR, un 92 por ciento fue para “inversiones” de compañías extranjeras, con una preminencia de empresas chinas, con un 45 por ciento (muchas en asociación con sociedades españolas).
El plan ideado por el Gobierno nacional tampoco garantiza que los equipos a instalar sean fabricados en la Argentina. Del total de empresas adjudicadas, sólo Arauco SAPEM, propiedad del gobierno de La Rioja y Enarsa, ocuparía el rol de productor integral, con la generación de componentes locales. Esta empresa fue inaugurada en 2011, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
En energía eólica, la china Envision capturó 185 MW de los 708 MW adjudicados en la primera ronda, mientras que Sinohydro Corporation obtuvo 100 MW en la segunda ronda. Es decir que del total de 1472 MW de potencia eólica adjudicada, dos empresas chinas se adjudicaron 285 MW, esto es un 19 por ciento.
Después le siguen la española Isolux (demonizada por el Gobierno nacional por la construcción de la megausina térmica en Río Turbio) con 198 MW, la argentina Arauco SAPEM con 195 MW, y Genneia, propiedad del banquero Jorge Brito y los fondos de inversión PointStage Argentum, Fintech Energy y LAIG. Y la empresa provincial de Mendoza, EMESA, con 50 MW.
En cuanto a la energía solar, de los 916 MW adjudicados, 300 MW fueron para la empresa provincial de energía de Jujuy, asociada a las firmas chinas Power China, Shanghai Electric y Talesun, las cuales proveerán la tecnología, los componentes electromecánicos y las obras civiles de infraestructura.
“La industria nacional se encuentra en condiciones de participar en la totalidad de los proyectos y con un alto grado de integración de componentes nacionales que en algunos casos podría alcanzar una base mínima del 60 por ciento y en otros superior al 90 por ciento. Es más, podría hasta construir 200 MW de eólico llave en mano por año”, sostuvo un reciente informe del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC).
Las represas– El auge de las energías “limpias” viene acompañado de una crítica profunda al desarrollo de las energías convencionales como la hidroeléctrica (que también es no contaminante) y la de hidrocarburos. No por nada el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre las represas hidroeléctricas que deberían instalarse sobre el río Santa Cruz está en sintonía con las primeras intenciones del Gobierno nacional de frenar dicho emprendimiento por “cuestiones ambientales”. Es decir, el Gobierno fomenta las inversiones en renovables al mismo tiempo en que cuestiona las otras fuentes energéticas, cuando en realidad debiera pensarse en la confluencia de distintos tipos de generación. Las fuentes eólicas son inconstantes, ya que generan energía en base a los vientos. El tema de fondo es que quizás debiera darse una mayor participación del Estado en los proyectos productivos, algo que no es contemplado por las actuales autoridades.
Por eso es recomendable que este tipo de proyectos renovables estén integrados a la generación hidroeléctrica, por ejemplo. En un trabajo escrito para el INVAP, titulado “¿Por qué todavía no tenemos grandes parques eólicos?” (2009), el ingeniero Hugo Brendstrup argumentó a favor de contar con la combinación de “la electricidad eólica con la hidráulica, que permite administrar el despacho de cargas en forma optimizada en función de la disponibilidad de viento, del recurso hidráulico disponible, de la tarifa y de la demanda horaria”.
Como complemento– La experiencia internacional recomienda que las energías eólicas sean complemento de otras fuentes, más estables. Más allá de los cinco proyectos presentados para la generación eólica y del interés que esto despierta, todavía no hay en la provincia un estudio pormenorizado de los vientos. Esto es fundamental para conocer velocidades, épocas del año en donde son más frecuentes, en qué zonas y horarios, etc. Esta información es vital para la planificación. Cómo se trata de una fuente inestable –a veces hay más viento y otras no tanto- a nivel internacional se recomienda la complementación.
“Hace tiempo, en la década del ‘80 se hizo un trabajo en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), considerando la central hidroeléctrica de El Chocón, para lo cual se estuvieron tomando datos de velocidad de viento en la zona con equipamiento que fue fabricado, instalado y operado por INVAP. Ya en ese momento se veía lo interesante de duplicar el factor de carga de El Chocón (de un 30% aprox.), adicionando el factor de capacidad de un parque eólico que fuera del mismo orden, con la ventaja de tener las líneas de alta tensión ya instaladas. Hoy hay varias otras centrales hidráulicas en el sur que merecen ser estudiadas desde este punto de vista, considerando la excelencia del recurso eólico en sitios muy cercanos a las líneas de transmisión y estaciones transformadoras que llevan esta energía desde las hidroeléctricas hasta los centros de consumo”, sostuvo Brendstrup para su trabajo publicado por el INVAP.
¿Cómo funcionaría tal sistema mixto? El “consorcio hidroeólico” vendería potencia firme al Mercado Eléctrico Mayorista. Cuando hay disponibilidad de viento, el consorcio ahorra parte del “combustible” de las represas, es decir, el agua, un bien escaso. El MEM se limita a comprar electricidad, sin diferenciar su fuente.
Al mismo tiempo hay que señalar que así como YPF se está retirando de la producción de hidrocarburos, este año con un recorte de inversiones del 25 por ciento, sí está invirtiendo en renovables. YPF se endeudará en 200 millones de dólares para destinarlos al Parque Eólico Manantiales Behr.
Proyectos eólicos en Santa Cruz
En la primera ronda de la licitación se presentaron 5 proyectos con una oferta de generación eléctrica por 431,8 MW. La empresa ganadora de la primera etapa fue ENREN I que presentó dos proyectos de 97,2 MW cada uno, uno denominado “Parque Eólico Viento Austral”, que fue el que resultó ganador, y el otro bajo el nombre “Vientos Los Hércules”.
En la región patagónica sólo hubo ofertas de generación eólica por un total de 1.084 MW, de los cuales la provincia participó con casi el 50 por ciento de la oferta. En esta primera etapa, si se tienen en cuenta los distintos tipos de energías renovables –biomasa, eólica, solar, biogás e hidráulico-, las empresas adjudicatarias deberán aportar al interconectado 1109 MW.
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