Suministro de energías renovables: largo camino por recorrer

La expansión de las redes inteligentes y almacenamiento de electricidad son para el Gobierno alemán desafíos apremiantes. No sólo para lograr una transición eficiente hacia un sistema de generación de energía y electricidad limpias, sino también para lograr la meta ambiciosa de reducir en un 80% las emisiones de CO2 hasta el año 2050.

Sin embargo, “el camino hacia el uso eficiente de las energías renovables todavía es largo y requiere de muchas soluciones tecnológicas”, dijo la ministra de Educación, Annette Schavan en rueda de prensa con periodistas internacionales, refiriéndose a las redes inteligentes y a los almacenadores. Para expertos alemanes en el tema es urgente la implementación de estos proyectos de infraestructura, que aún siguen sin concretarse.

Almacenamiento: problema de rendimiento

Debido a que las energías renovables son inestables -no siempre sopla el viento ni tampoco brilla el sol-, el suministro de la electricidad limpia a la red fluctúa constantemente. Es por ello, que las plantas de almacenamiento son esenciales para lograr la eficiencia del sistema energético alemán. “Aunque ya se puede preveer cómo será el comportamiento del viento en dos o tres días, no siempre se genera la misma cantidad de energía. Y para que los operadores puedan garantizar un suministro seguro y estable son necesarios almacenadores”, dijo el Dr. Tom Neumann, director de investigación del Instituto Alemán sobre Energía Eólica (DEWI por sus siglas en alemán) de Wilhemshaven en conversación con Deutsche Welle.

Para solucionar este inconvenente natural, el Gobierno alemán está contemplando varias opciones de almacenamiento de energía, como baterías, bombas de agua e hidrógeno. Sin embargo, todas tienen sus bemoles, sobre todo en cuanto a su rendimiento. “Con el hidrógeno apenas se obtiene el 40% de la energía que se implementó originalmente”, dijo a este medio el Dr. Arnoldus van Wingerde, director del Centro de Competencia de Rotores del Instituto Fraunhofer de Energía Eólica y Tecnología Sistemática de Energía (IWES por sus siglas en alemán) de Bremerhaven.

Con el planteamiento de Wingerde coincide Alexander Folz, coordinador de proyectos del Centro de Investigación Jülich del ministerio de Ambiente alemán. “Existen varios proyectos que producen hidrógeno a partir de fuentes renovables, pero deben ser mejorados. Y sobre todo, debemos investigar e invertir más en soluciones óptimas de almacenamiento de energía que se adecuen a diferentes usos”, dijo Folz a Deutsche Welle.

Según cifras de la Agencia Alemana de Energía, Alemania cuenta actualmente con plantas de almacenamiento con capacidad para 6.400 megavatios, y que pueden expandirse a otros 2.500 mega vatios. No obstante, para cubrir la demanda y la oferta de las energías renovables (biomasa, geotérmica, eólica y solar) a futuro se requerirá de una capacidad de 25.000 mega vatios, es decir diez veces más de lo previsto.

Redes inteligentes, pero también consumidores flexibles

Para Neumann, aunque el almacenamiento de la energía renovable es uno de los mayores retos de los científicos, este desafío se interrelaciona con la expansión de las redes inteligentes. “Se trata de optimizar tanto la curva de producción de las energías limpias como la de su consumo”, dijo el investigador del DEWI a Deutsche Welle.

De acuerdo con datos de Centro de Investigación Jülich, la fluctuación de energía eólica en la red puede variar en tan sólo 15 minutos. En la práctica, esto quiere decir que de tener una sobre carga de 485 mega vatios se pasa a un faltante de 563 mega vatios en un cuarto de hora. Y aunque la implementación de redes inteligentes es urgente, también lo es un cambio en la dinámica del consumidor. El objetivo es lograr que el uso de electricidad sea más flexible, que el usuario se adapte a la demanda y sobre todo al precio de la energía.

“No se trata de tener solamente una lavadora inteligente que detecte cuándo el precio de la energía no es tan alto para poder lavar y economizar dinero. El desafío está también en la adaptación de las personas a que utilicen sus electrodomésticos no cuando lo deseen, sino cuando haya más energía”, explica Wingerde.

Este cambio de percepción del uso de energía no sólo representaría menores costos al consumidor, sino también evitaría que las redes de electricidad se sobrecargaran con tanta demanda. El poder de decisión no lo tendría entonces el consumidor sino el electrodoméstico inteligente. ¿Será posible este cambio en los alemanes?

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

Autora: Cristina Mendoza Weber. Editor: Pablo Kummetz. www.dw-world.de/dw/article/0,,6248456,00.html