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WindEurope, la Asociación Eólica Europea (antigua EWEA), ha presentado hoy el informe Making Transition Work en el que se recogen una serie de propuestas para los políticos europeos con las que se garantizarán que la UE cumpla con sus objetivos energéticos y climáticos en las próximas dos décadas. El informe se ha presentado en el marco de la feria WindEurope Summit, organizada por WindEurope y WindEnergy Hamburg, que reunirá en Hamburgo (Alemania) a más de 30.000 profesionales del sector eólico hasta el 29 de septiembre.
Making Transition Work destaca, en primer lugar, que la Unión Europea debería aumentar, al menos, al 30% el objetivo de energías renovables en el consumo final de energía para 2030. En segundo lugar, se necesita una innovación continua para reducir los costes y apoyar la integración de las energías renovables en el sistema energético. En tercer lugar, los mercados eléctricos necesitan más reformas para que se integren más renovables y proporcionar las condiciones necesarias para la inversión. Además, hay que impulsar la electrificación de la calefacción, la climatización y el transporte con la energía para jugar un papel importante en la consecución de los objetivos climáticos y energéticos europeos.
Giles Dickson, consejero delegado de WindEurope, ha indicado que “la energía eólica ya no es secundaria en el mix energético. Es una fuente principal y parte esencial del suministro de electricidad, que ahora es capaz de cubrir hasta el 12% de las necesidades energéticas de Europa. También se ha convertido en una industria madura y significativa, que en la actualidad da empleo a 330.000 personas y exporta tecnología en Europa por valor de miles de millones de euros’’.
“La política europea en materia de energía está siendo menos clara y ambiciosa de lo que era. Sólo 7 de los 28 Estados miembros de la Unión Europea tienen objetivos y políticas en vigor para las energías renovables más allá de 2020’’, ha indicado Dickson, quien afirma que ‘’los mercados eléctricos son disfuncionales y la transición a las subastas ha sido más abrupta de lo que debería haber sido. También se está produciendo una pérdida en la inversión a largo plazo’’.
Las nuevas instalaciones eólicas en Europa se redujeron un 9% en la primera mitad de 2016 y el mercado de nueva energía eólica terrestre se concentra cada vez más en un pequeño número de países. Alemania representa la mitad de las nuevas inversiones, aunque han disminuido, Francia está funcionando bien de momento, Reino Unido ha puesto freno a la eólica terrestre y España está en punto muerto. Además, la mayor parte de países de la zona de Centro Europa y del Este se ha convertido en una zona de exclusión para las inversiones eólicas.
‘’Esta situación no debería de ser así ya que la transición energética significa invertir en nuevas instalaciones renovables. La eólica terrestre no es sólo renovable, sino que es la forma más barata de producir energía en la actualidad. Es cada vez más flexible y no se necesita mucho tiempo para construir’’ afirma Dickson.
Las perspectivas para la energía eólica marina en Europa son más claras ya que se ha invertido por valor de 14.000 millones de euros en la primera mitad de 2016. Además, los costes están disminuyendo rápidamente. El pasado junio, la industria se comprometió a producir a 80 €/MWh en 2025. Desde entonces, dos proyectos ya han llegado a niveles por debajo de esa cifra.
El informe Making Transition Work resume lo que se necesita para cambiar esta situación: una ambiciosa Directiva sobre energías renovables, políticas nacionales que dan señales claras y estables a los inversores, un diseño de mercado apto para las energías renovables, una innovación continua para reducir costes, y el despliegue de las energías renovables para que se integren en el transporte, la calefacción y la climatización.
Para consultar el informe Making Transition Work, pincha aquí.