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De acuerdo con el Ministerio de Energía, en el primer mes del año, siete proyectos iniciaron su construcción, los cuales eran todos ERNC y equivalen 31 MW y US$ 74 millones.
Uno de los pocos sectores productivos que ha logrado sortear la desaceleración de la economía local es el energético, el cual ha demostrado dinamismo en medio de un contexto deprimido. Así, al menos, lo avalan diversas cifras.
Según datos del Ministerio de Energía, a enero de 2016, había 56 proyectos en construcción, los que implicaban una capacidad de 4.032 megawatts (MW) y una inversión cercana a los US$ 11.200 millones. Esta cifra significa el doble respecto de las 28 iniciativas que estaban en construcción a marzo de 2014, las que proyectaban una capacidad de 1.949 MW y una inversión de US$ 5.900 millones.
Las últimas licitaciones de suministro, dicen expertos, son el principal factor que explica este incremento. Pero también ha incidido en este proceso que esas iniciativas han sorteado sus respectivos procesos administrativos y judiciales. “Esto refleja que las empresas están haciendo una mejor gestión social”, dice el ministro de Energía, Máximo Pacheco.
Inversiones en generación
“El volumen de proyectos tiene que ver con un cierto retardo que estábamos teniendo en la inversión en generación eléctrica (…) Ahora se han dado mayores facilidades para el ingreso de nuevos inversionistas, a través de facilitar su participación en las licitaciones de suministro”, afirma Hugh Rudnick, académico de la Pontificia Universidad Católica (PUC).
Esta idea es compartida por Ramón Galaz, director de la consultora Valgesta. “El hecho de que se cambiara la ley de licitaciones generó una serie de oportunidades de mercado que pudieron aprovechar muchos desarrolladores que estaban ya con sus proyectos caminando, pero que al existir estos procesos de licitación, apuró esos procesos”, asevera. “El hecho que se licitaran grandes volúmenes de energía a fines de 2014 y 2015, y ahora en abril, que eventualmente podría ser postergada, generó un mercado específico donde pudieron entrar muchos más actores de los que entraban antes, porque las condiciones son mejores”, agrega.
Del total de los proyectos en construcción, cerca de 42% corresponde a Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), dice que “uno de los principales factores que explican el crecimiento de las ERNC son las licitaciones de suministro para distribuidoras, especialmente, la inclusión de bloques horarios en ellas. De esa manera, los proyectos eólicos y solares pueden competir en condiciones de riesgo razonables, en relación con la generación convencional”.
Desde la Asociación de Generadoras tienen una mirada distinta. Rodrigo Solís, director de Estudios y Contenidos de la entidad, sostiene que “el escenario previsto en marzo 2014 sin duda es distinto al previsto hoy, en enero 2016. Muchas cosas han cambiado, desde las perspectivas de demanda por energía eléctrica, hasta las de los precios de los combustibles y de las tecnologías de generación”.
Además, añade, “en este período ha habido un mayor rol del Estado en temas de energía, siendo el promotor de un número importante de reformas y de la participación de nuevas empresas en el sector, lo cual es un factor importante para los inversionistas”.
Las cinco principales centrales por tamaño representan 2.105 MW: Alto Maipo (531 MW), Kelar (517 MW), Cochrane (472 MW), Infraestructura Energética Mejillones U1 (375 MW) y Planta de Concentración Solar Cerro Dominador (210 MW).
El factor no convencional
Al desglosar los 4.032 MW de capacidad que representan los 56 proyectos en construcción, la fuente que predomina, por sí sola, es la térmica (1.364 MW), seguida de la solar (1.168 MW), la hidroelectricidad (964 MW), la eólica (488 MW) y otros ERNC (49 MW).
En este sentido, un factor que ha sido clave para el aumento de los proyectos en construcción es el desarrollo que han tenido las ERNC. En marzo de 2014, de los 28 proyectos en construcción, los ERNC constituían una capacidad de 664 MW, es decir, el 34,07% del total. En tanto, a enero de este año, de las 56 iniciativas en construcción, las ERNC correspondían a 1.705 MW, 42,3% del total.
“Si se analiza la composición de la propiedad de los proyectos actualmente en construcción, puede verse que una gran proporción de sus dueños son empresas que hace dos o tres años no tenían centrales instaladas en Chile”, afirma Finat.
Agrega que “la aprobación a fines de 2013 del aumento de la meta de ERNC a 20% y luego las acertadas políticas aplicadas por el actual gobierno para aumentar la competencia en el sector de generación eléctrica, a lo que se suma la excelente calidad de los recursos renovables del país, han generado las condiciones para atraer una importante cantidad de empresas e inversionistas nuevos para desarrollar proyectos de ERNC en el país”.
Esta visión es complementada por Rudnick. “Hay un desarrollo muy notable en el país que ha sido el de las ERNC, que son de tamaños menores que las centrales eléctricas convencionales. El número de proyectos aumenta considerablemente porque estamos hablando en general de proyectos más pequeños. Eso explicaría el número de proyectos”, señala.
Solís, por su parte, estima que los cambios introducidos a los procesos de licitaciones “han permitido reducir particularmente los riesgos de mercado de las empresas generadoras con tecnología renovable de tipo solar y eólico, permitiéndoles suscribir contratos en estas licitaciones y así viabilizar la construcción de sus proyectos”.
De acuerdo con el Ministerio de Energía, en el primer mes del año, siete proyectos iniciaron su construcción, los cuales eran todos ERNC y equivalen 31 MW y US$ 74 millones.
El rol térmico
La energía en base a tecnología térmica es la que predomina, por sí sola, en las iniciativas en construcción (33,83% del total), lo que abre un debate sobre el rol que juega esta fuente energética en la matriz nacional.
“En Chile sigue siendo más económico generar con energía termoeléctrica cuando no hay energía hidroeléctrica. Sólo con generación ERNC no es suficiente para dar certeza de cumplimiento al consumo. Requerimos generación termoeléctrica”, sostiene Rudnick.
Si bien Galaz destaca que las licitaciones han permitido el ingreso de un gran número de proyectos ERNC, enfatiza que, “al mismo tiempo, el sistema necesita energía de base, que constituye la fuente térmica. Existían proyectos en distintos grados de desarrollo, pero que con todas estas modificaciones legales y las licitaciones permitieron que se concretaran”.
Sin embargo, Finat discrepa de ambos expertos. El director ejecutivo de Acera indica que “la construcción de capacidad de generación debiera hacerse de todas las tecnologías. Debiera haber una matriz que sea balanceada. Además, todos los proyectos térmicos que están en la lista del Ministerio son antiguos, pues obtuvieron sus aprobaciones ambientales hace bastante tiempo”.
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Con Información de la tercera