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La regulación marcará el comienzo de una transformación radical del sector eléctrico estadounidense, por medio del fomento de energías renovables.
«Ahora estamos generando tres veces más energía eólica y 20 veces más energía solar que en 2008″, ha destacado.
El presidente de Estados Unidos, Obama, ordenó hoy, lunes 3 de agosto de 2015, una marcada reducción en la emisión de gases de efecto invernadero que propalan las centrales eléctricas de Estados Unidos, incluso más allá de lo esperado, pero al mismo tiempo le otorgó a los estados del país más tiempo y más opciones para cumplir con este nuevo mandato.
Los nuevos límites para las emisiones que pueden hacer las plantas de energía propuestos por Obama, una medida que no tiene precedentes, fue dada a conocer por la Casa Blanca y busca hacerle frente a una serie de preocupaciones planteadas tanto por ambientalistas como por la industria energética a través de cuatro millones de comentarios públicos recibidos por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense.
El denominado Plan de Energía Limpia presentado por Obama busca que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de carbono de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005. En su discurso, el mandatario recordó que de esas plantas termoeléctricas procede «aproximadamente un tercio» de la contaminación total por carbono del país y remarcó que su plan es el paso «más importante» tomado jamás en Estados Unidos para combatir el cambio climático.
«Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B», urgió Obama al admitir que ningún país por sí solo puede hacer lo suficiente para frenar el calentamiento global. Por ello, este «Plan de Energía Limpia» complementa el objetivo general con el que Estados Unidos se ha comprometido ante la ONU con miras a la conferencia global sobre cambio climático que se celebrará en diciembre en París.
Esa meta, formalizada en marzo, consiste en que Estados Unidos reducirá para 2025 sus emisiones de efecto invernadero, en total, no solo las procedentes de centrales termoeléctricas, entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005.
La Murray Energy Corporation, empresa dedicada a la explotación de carbón, anunció hoy que demandaría las medidas, y se espera que varios estados y empresas tomen medidas similares.
Mitch McConnell, republicano de Kentucky y líder de la mayoría del Senado, se comprometió a utilizar la legislación para frustrar al presidente. «El presidente Obama le va a propinar un nuevo golpe a la economía y la clase media», dijo McConnell en el Senado.
Algunos de los cambios que Obama hará a la versión final de su plan van más allá de reducir los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Otros cambios tienen que ver con el retrasar la ejecución y cumplimiento de las medidas y eliminar algunas opciones de las que los estados podrían echar mano para mostrar que están reduciendo dichas emisiones, por lo que le será más difícil cumplir con las nuevas regulaciones.
Puede ver la rueda de prensa ofrecida desde la Casa Blanca -en su idioma original- por el presidente Obama en este vínculo.
¿QUIÉNES GANAN Y QUIÉNES PIERDEN?
Los Ecologistas. Para el deleite de los grupos ecologistas, Obama endureció los requisitos para permitir las emisiones de su plan ambiental definitivo. Eso significa que las centrales eléctricas tendrán que cumplir con un nivel más bajo de contaminación por dióxido de carbono. La propuesta original del año pasado fijó el objetivo en un recorte del 30% a nivel nacional para el año 2030, comparado con los niveles de contaminación existentes en 2005. El plan final pide un recorte de 32% en el mismo período de tiempo. Dejó sin cambios el objetivo de reducir las emisiones provenientes de todas las fuentes de contaminación, incluyendo automóviles y camiones. A medida que Estados Unidos se ha comprometido a defender un tratado global sobre el cambio climático, el país se comprometió a reducir sus emisiones de un 26% a un 28% para 2030, comparado con los niveles de 2005.
Estados que están procastinando. Muchas de las críticas dirigidas al plan ambiental de Obama en el último año se centraron en la cantidad de tiempo que los estados tenían disponible para cumplir con estos nuevos objetivos. Los estados técnicamente tienen que presentar sus planes para recortar las emisiones el próximo año, pero no se enfrenta ninguna penalidad si se pide una prórroga de dos años, por lo que se espera que la mayoría de los estados aprovecharan este tiempo. Bajo el plan anterior, el último plazo era el año 2017, pero ahora se extenderá hasta 2018. Anteriormente, los estados tenían hasta 2020 para alcanzar algunos de sus objetivos, pero ahora van a tener dos años más: hasta el 2022.
Energía Renovable. El plan revisado usa más fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, que sustituirán a las plantas eléctricas de carbón. Obama quiere ahora que Estados Unidos sustituya el 28% de su energía con fuentes renovables para 2030, comparado con el 22% de su propuesta inicial. El plan revisado trae un nuevo elemento: la administración tiene la intención de ofrecer créditos a los estados que eleven los porcentajes de generación de energía renovable entre 2020 y 2021, antes de que venza la fecha límite. Los estados que inviertan temprano en la energía eólica y la solar podrán guardar esos créditos para compensar sus ingresos para cuando inicie el cumplimiento de la normatividad en 2022.
ONU REACCIONA
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, alabó hoy el plan del presidente de Obama, para reducir las emisiones de las centrales termoeléctricas y consideró que supone un ejemplo a seguir que ayudará a que otros países se sumen a los esfuerzos para frenar el cambio climático.
La estrategia de Obama supone «una muestra de la determinación de EU para responder al calentamiento global» y constituye «un ejemplo del liderazgo visionario que hace falta para reducir las emisiones y combatir el cambio climático», dijo el portavoz de Ban, Stéphane Dujarric.
El portavoz, en una conferencia de prensa, aseguró que el jefe de las Naciones Unidas aprecia la implicación «personal» del presidente de Estados Unidos en este ámbito. «El liderazgo a través del ejemplo del presidente Obama es esencial para atraer a otros países clave y lograr un acuerdo universal, duradero y significativo en París en diciembre», señaló Dujarric, en referencia a las negociaciones internacionales en curso.