Acosados por la recesión y los recortes de subsidios en España, los empresarios de este país apuestan a encontrar en el sol y los vientos latinoamericanos sus futuros lucros con aerogeneradores y paneles de solar fotovoltaica.
En 2009, las firmas de la Asociación Empresarial Eólica, con sede en Madrid, alcanzaron 1.274 megavatios (MW) instalados en América Latina.
La lista la encabeza México (650 MW), seguido de Brasil y Chile. Los planes prevén incursiones en Argentina (700 MW), Perú (110 MW) y Venezuela (100 MW), además de mayores inversiones en México y Brasil.
Las empresas juegan una apuesta a largo plazo, esperando suban en las cotizaciones de los certificados otorgados en el marco del Protocolo de Kioto contra el cambio climático, vigente desde 2005, que deberán formar parte de un nuevo acuerdo internacional para combatir el recalentamiento del clima.
Se trata de un mecanismo de mercado para promover el desarrollo de energías limpias, que no generan gases de efecto invernadero.
España cuenta con un polo industrial eólico. Entre las 240 empresas afiliadas a la asociación, hay desde proveedores de partes hasta fabricantes de aerogeneradores y constructores de parques distribuidos por todo el territorio.
La potencia eólica instalada llega a 19.000 MW en España, y el año pasado abastecía 13,5% de la demanda nacional. Mientras el total de la Unión Europea (UE) asciende a 74.000 MW, equivalentes a una inversión de entre 113 mil y 126 mil millones de dólares.
El objetivo de la UE es que dentro de una década, las fuentes renovables generen 230 mil MW.
Pero las autoridades españolas estudian un nuevo marco regulatorio para el sector energético que incluiría recortes en las primas a las empresas de tecnologías limpias y subsidios a fuentes contaminantes, como el carbón.
En este marco, la energía solar también mira hacia América Latina. Este año, las empresas españolas T-Solar y Solarpack se adjudicaron la producción y venta de 173 gigavatios/hora (GWh) anuales de energía fotovoltaica, licitados por el gobierno de Perú.
El plan comprende cuatro plantas con una potencia individual de 20 MW que deberán estar funcionando antes del 30 de junio de 2012, con una inversión total de 250 millones de dólares. T-Solar promoverá y explotará dos y las restantes estarán a cargo de un consorcio formado por ésta y Solarpack.
El contrato, firmado en marzo con el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergim), establece que las centrales fotovoltaicas se sitúen en las regiones de Tacna, Arequipa y Moquegua, en el extremo sur de Perú.
La gran radiación solar de esa zona, de una media anual de 2.300 kilovatios/ hora por metro cuadrado, fue determinante para elegir a Perú, explicó el director de negocios internacionales de T-Solar, Enrique Barbudo.
Otro elemento atractivo son las condiciones del contrato a 20 años: el sistema eléctrico nacional comprará toda la electricidad generada a un precio de venta garantizado, y con una revisión anual.
Además, la producción de energía peruana se duplicó en los últimos 14 años, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, y se espera que este año la demanda eléctrica crezca 6%.
Solarpack está presente en Chile, Estados Unidos y Francia.
T-Solar se ha extendido a Francia, Italia e India y explora nuevos proyectos en Chile, Brasil y México.
Mientras, en España las incertidumbres sobran hasta que no esté definido el nuevo marco regulatorio, pero todo apunta a que se acabarán los subsidios a las energías limpias, por eso están mirando al sur.
Por Clarinha Glock / La Nación, www.lanacion.cl