Hasta el pasado año el sector eólico ha atravesado momentos de tensión con motivo de los diversos cambios regulatorios que se han producido, como poco cada cuatro años, pero en ningún momento se había visto afectado su desarrollo, una senda de crecimiento que podemos calificar de sólida, ordenada y coherente hasta la aparición en el BOE del 7 de mayo de 2009 del RDL 6/2009 con el que, junto a otros asuntos, como medidas para atajar el déficit de tarifa del sector eléctrico o la creación de la tarifa social, se creaba un Registro de Pre-Asignación para el Régimen Especial.
Por primera vez, en los últimos quince años, se aprobaba una norma de la que el sector eólico no había tenido conocimiento previo.
El sector eólico se encuentra de repente con una legislación sobrevenida y unas reglas del juego que no son las que conocía cuando concibió y desarrolló sus iniciativas.
Al error de pedir documentos donde antes se requería la realidad de un parque eólico construido y los aerogeneradores funcionando, se añadieron dos agravantes: el Ministerio de Industria tardó ocho meses en dar respuesta a la avalancha de proyectos eólicos presentados y la ausencia de una normativa alternativa futura para aquellos que queden fuera del Registro.
Esa larga espera resultó nefasta para el sector eólica, especialmente para la industria de aerogeneradores, que vio como, además de suspenderse una buena parte de los pedidos existentes, no entraba ninguno nuevo hasta conocer la decisión de Industria.
Diez mil puestos de trabajo se perdieron entre empleos directos e indirectos en un sector que, hasta la creación del Registro de Pre- Asignación, era un ejemplo de creación de empleo pese a la crisis financiera.
Desde el pasado mes de septiembre la Asociación Empresarial Eólica ha venido reclamando, a los responsables de la política energética del Gobierno, una rectificación para evitar un daño definitivo a la industria eólica con el cierre y deslocalización de sus instalaciones, convencidos de que la energía eólica tiene un largo recorrido en nuestro país.
El año de los hitos
La otra cara de la moneda la constituye el crecimiento del parque eólico con 2.459 MW nuevos, su consolidación como tercera tecnología del sistema por su aportación del 14,4%, incremento que se plasma en algunos hitos alcanzados en cobertura de la demanda entre los que destacan la punta de 54,47% en la madrugada del 30 de diciembre o el 44,9% de la demanda atendida por la eólica en una jornada; dos ejemplos entre otros tantos datos positivos que tenían lugar el pasado año.
La contribución en términos de generación al sistema eléctrico español a lo largo de 2009 es más que signifi cativa y ya solo está por detrás de las centrales de ciclo combinado y de las nucleares, superando a esta última tecnología en los dos últimos meses del año.
Por otra parte, los hitos conseguidos en los últimos meses suponen la caída de ciertas barreras a la integración de la eólica en la red. Más allá de las cifras, lo importante es que, frente al escepticismo general e incluso a la negativa tajante que apenas hace seis años expresaban los entonces responsables de la operación del sistema, los límites a la integración de la eólica pueden superarse.
El trabajo realizado en estos años conjuntamente por el Operador del Sistema y el sector —canalizado a través de la Asociación Empresarial Eólica—, ha dado como fruto el derribar esas barreras que ayer parecían infranqueables. Con un notable esfuerzo por ambas partes, la mayoría de los aerogeneradores se han adaptado a la red, se han creado los centros de control, se ha mejorado la predicción, etcétera.
En el horizonte aparecen nuevos retos que superar como evitar los recortes de producción en las horas valle cuando la rigidez de otras tecnologías y la necesidad del Operador de contar con un mínimo de generación térmica deja fuera a parte de la generación eólica, un problema en el que ya se está trabajando con iniciativas como la implantación de los vehículos eléctricos (AEE lidera el proyecto REVE, Regulación Eólica con Vehículo Eléctrico), el incremento de la potencia de bombeo, la interconexión con Francia y, como sería deseable, una mayor gestión de la demanda para modificar la actual curva diaria en el consumo.