China será líder mundial de las energías renovables

Con el panda como símbolo icónico de las especies en peligro del mundo, World Wide Fund (WWF) guarda un vínculo especial con China a los ojos de muchos. Fue precisamente ese animal el que trajo a WWF a China en 1979 como la primera ONG de medio ambiente en ser invitada al país por el Gobierno, para poner en marcha un programa de protección de los osos panda.

Desde ese programa originario con los pandas y durante sus 30 años de existencia en China, WWF ha expandido su acción a áreas como los recursos hídricos y forestales y el cambio climático.

El WWF cuenta con una relación sólida con el Ministerio de Asuntos civiles y las administraciones provinciales para buscar soluciones duraderas a los problemas medioambientales de China.

Actualmente, con una presencia más que consolidada, cuentan con fuertes vínculos en el país y acreditan una labor de suma importancia que merece ser reconocida.

Su representante en China, Dermot O’Gorman, nos recibe en el parque del Palacio Cultural de los Trabajadores, anexo a la Ciudad Prohibida en Pekín, donde WWF tiene su sede.

Cambio climático

Según nos cuenta Dermot O’Gorman, WWF cuenta en China con dos elementos entorno a los cuales desarrolla su actividad de lucha contra el cambio climático. Primero, se ocupa de analizar en qué aspectos China es más vulnerable a los efectos del calentamiento global y de qué forma adaptarse a ello.

En esta dirección, el año pasado, según nos cuenta su representante, la organización lanzó un estudio para valorar los efectos del fenómeno en la cuenca del Yangtsé y observar qué zonas serían más vulnerables y cómo adaptar las infraestructuras y los cultivos al fenómeno del clima.

El otro elemento central en la acción climática de WWF es la mitigación, con programas para promocionar la creación de ciudades bajas en carbono, con el fin de asegurar que China construye ciudades eficientes en términos de recursos y energía. “Trabajamos en ciudades clave como Shanghai, pero también en ciudades menores como Baoding, que son líderes en promover soluciones bajas en carbono”, explica.

Respecto a las medidas implantadas por el Gobierno chino para combatir los efectos del cambio climático, el representante de WWF cuenta que en 2005 el objetivo de 20 por ciento de eficiencia energética volvió a ponerse en el centro de atención la necesidad de tomar medidas en ese aspecto y sentó las bases para otras medidas tomadas por China con vistas a la Cumbre de Copenhague, donde se comprometió a un objetivo de reducciones del 40-45 por ciento.

“Esto muestra que en los últimos cinco años, la posición del Gobierno chino respecto del cambio climático se ha reforzado constantemente y lo toman muy en serio”, dice.

Respecto a las acciones más urgentes y necesarias que China debería emprender para combatir el cambio climático, O’Gorman sugiere la necesidad de acrecentar las políticas de reducción de CO2 y apoyar aún más a la industria de las energías renovables, como la eólica, donde China fue en 2009 el mayor fabricante de aerogeneradores, y la energía solar térmica y fotovoltaica.

Además, según el representante de WWF, China, por su situación y posición, debe colaborar para llevar a otros países en vías de desarrollo a poner en marcha acciones de reducción de CO2.

Respecto de la crisis vivida por el Panel Científico Intergubernamental de la ONU y las críticas de vertidas contra la ciencia climática, O’Gorman dice: “Seguirá habiendo críticos del cambio climatico, gente que lo ponga en duda, ya que es un debate científico abierto, pero desde WWF estamos convencidos de su relación con la actividad humana”. El representante pide que esas críticas no debiliten el proceso de búsqueda de soluciones.

“Copenhague fue decepcionante, pero esperamos que ese precedente sirva para incentivar un acuerdo mejor en Cancún”, expresa O’ Gorman, quien explica que lo que WWF espera de la próxima cumbre en México es “un mayor compromiso de los países desarrollados para reducir sus emisiones de CO2 y seguir buscando formas de ayudar a los países en vías de desarrollo en temas como carbón y bosques y transferencia de tecnología, así como la promoción del mercado de las energías renovables”.

“La falta de acuerdo en Copenhague puso de manifiesto lo difícil que es llegar a un consenso con el sistema actual de negociaciones, lo que obliga a buscar nuevos mecanismos”, afirma. No obstante, sea cual sea esa nueva metodología para buscar acuerdos, desde WWF piden un mecanismo “que asegure un compromiso firme de reducir las emisiones en los países desarrollados y que sirva de apoyo a los países en vías de desarrollo”.

De cara a Cancún, el presidente mexicano Felipe Calderón sugirió la posibilidad de dar mayor voz a las ONG durante la próxima cumbre climática. “Las ONG han venido dando soluciones innovadoras para luchar contra el cambio climático”, afirma O’Gordon; nos cuenta que WWF está comprometida en los más de 100 países en los que está presente para preparar el camino a la cumbre de Cancún y asesorar a los líderes en la medida de sus posibilidades.

Conciencia medioambiental ciudadana y consumo responsable

Como país en vías de desarrollo, los ciudadanos chinos comienzan a contar con una capacidad de consumo considerable. Sin embargo, la rapidez con la que el desarrollo económico se está llevando a cabo en China impide que la sociedad y todos esos nuevos consumidores adopten una conciencia efectiva sobre la incidencia que sus hábitos de consumo tienen en su entorno.

Según el líder de WWF en China, los problemas ambientales se sitúan en una posición bastante elevada entre las cuestiones más preocupantes para los ciudadanos chinos y esta tendencia se mantiene. No obstante, cuenta que se necesita aumentar el nivel de conciencia ciudadana, pero en muchas ciudades los habitantes toman ya medidas para reducir el consumo de agua y energía.

“El grado de conciencia ciudadana sobre los asuntos medioambientales en un país como China es muy importante, pues estamos hablando de 1.300 millones de personas”, argumenta.

WWF ha venido realizando numerosas campañas educativas a este respecto en los años 90 y en la primera década del siglo XXI en escuelas chinas, incluyendo cuestiones medioambientales en los currículos de dichos centros, para que los estudiantes aprendan lo importante que es el medio ambiente y cómo pueden mejorarlo ellos mismos.

Recientemente, la actividad global ‘La Hora del Planeta’ involucró a más de 100.000 personas en China, que apagaron las luces en apoyo de la eficiencia energética.

También en el evento del año en China, la Expo de Shanghai, WWF cuenta en el parque con un pequeño pabellón desde el que promover los puntos positivos de China en materia medioambiental. Promueve la importancia del desarrollo sostenible y el consumo responsable entre los más de 70 millones de visitantes que se esperan visiten el parque, con el fin de hacer de la Expo un evento lo más verde posible.

La responsabilidad de las empresas

Uno de los problemas medioambientales más acuciantes en un país como China es la falta de concienciación ecológica de las compañías del país. Como explica el representante de WWF, las empresas privadas tienen un papel muy importante a la hora de luchar contra los problemas del medio ambiente. “El Gobierno chino ha empezado a conceder más importancia a este asunto. Las empresas estatales han sido las que han dado los primeros pasos”, explica.

O’Gorman pone el ejemplo de China Mobile, el gigante de las comunicaciones, que ha comenzado a implementar planes integrales de sostenibilidad medioambiental y a buscar de qué forma las telecomunicaciones pueden contribuir a reducir las emisiones de CO2.

“Hay una tendencia a avanzar en este sentido, pero hay que prestarle más atención”, estima, “pero se trata de una cuestión especialmente acuciante entre las empresas pequeñas y de nivel provincial, que deben atenerse más a la legalidad china en materia de medio ambiente”, explica.

Energías renovables

O’Gorman destaca también el papel de China en el campo de las energías limpias: “China se está convirtiendo en el mayor productor de energía eólica del planeta y probablemente en la próxima década veremos a China liderar este campo y el mercado de las exportaciones relacionadas con el sector eólico”.

WWF ha colaborado en la creación del ‘China Renewable Energies Entrepreneurs Club’, asociación de compañías del sector de China e internacionales que busca crear un marco idóneo para el desarrollo de la industria en China, tanto para la exportación como para la producción de energía para consumo interno.

El apoyo gubernamental al sector de las energías renovables es, según O’Gorman, una de las claves para enfrentarse de forma efectiva al calentamiento global. “En China –explica- es algo que se ha venido haciendo con las eólicas durante los últimos 5 años, pero es necesario hacer ese apoyo extensible a otros tipos de energías renovables, como la fotovoltaica, con la vista puesta tanto en el mercado doméstico como en las exportaciones”, afirma.

Las perspectivas, según O’Gorman, son alentadoras. “En China se construyen turbinas eólicas de 1 megavatio cada hora, lo que refleja la velocidad a la que está creciendo la industria eólica en el país”, afirma.

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