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Latinoamérica invirtió 14.000 millones de dólares en energías renovables en 2013.
En el año 2013, la inversión en energías renovables en los 26 países de América Latina y el Caribe ascendió a 14.000 millones de dólares, de los que el 94 por ciento (13.000 millones) correspondieron a Brasil, Chile, Uruguay, México y Perú.
Son datos del Climascopio 2014, que ha evaluado a los 26 países de ALC, desde México en América del Norte, pasando por Trinidad y Tobago en el Caribe, hasta Chile en América del Sur, un conjunto bastante heterogéneo, que va desde Bahamas, con un PIB de sólo 11.500 millones de dólares, hasta la séptima economía más grande del mundo, Brasil, con un PIB de 2,4 billones.
Según el informe, consultado por notimerica.com, ALC es considerada una de las regiones más promisorias para la inversión en energía limpia. Así, desde 2006 a 2013, la región ha atraído un acumulado de 132.000 millones de dólares para biocombustibles, biomasa, geotérmica, energía solar, pequeñas centrales hidroeléctricas (de hasta 50MW) y eólica.
De este total, 93.400 millones se destinaron a la construcción de nuevos proyectos. Los restantes 38.600 millones fueron usados para financiar la adquisición de proyectos. El informe destaca que esta inversión ha producido activos operativos que en 2013 aportaban aproximadamente 92,7 TWh a los 600 millones de habitantes de ALC, lo que representa un 6,4% de la generación total de energía. El Climascopio evalúa y establece un ranking de las naciones, destacando aquellas que más han progresado hasta la fecha y su capacidad para atraer futuras inversiones en energías limpias. En la puntuación general, Brasil obtuvo el primer puesto de ALC, seguido de Chile, Uruguay, México y Perú. El informe explica que las políticas de apoyo de cada país han ayudado a impulsar la ola de financiamientos. Así, tres de ellos -Brasil, Perú y Uruguay-han llevado satisfactoriamente a cabo licitaciones para contratos de suministro eléctrico de proyectos de energía limpia. Chile espera unírseles en 2016. Estas subastas inversas han generado directamente financiamiento para proyectos y contratos. Dos de los países con mayor puntuación: Chile y México también están implementando impuestos sobre las emisiones de CO2 que se aplican mayormente a las centrales eléctricas.
México es el segundo mercado más grande de energías limpias de la región, mientras que Perú fue el primer país en ALC en llevar a cabo una subasta de una tecnología específica de capacidad renovable. Respecto a América Central, el informe señala que las iniciativas impulsadas por políticas tales como subastas y sistemas de primas han ayudado a impulsar la capacidad de las energías limpias.
En este sentido destaca que en 2013, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá atrajeron en conjunto inversiones por 673 millones de dólares para nuevos proyectos, una cifra significativa si se tiene en cuenta que la capacidad instalada es de sólo 12,5GW. Estos países terminaron ubicados relativamente cerca los unos de los otros en el ranking de ALC: Costa Rica (6° puesto) y Nicaragua (8°) lograron estar entre los diez primeros puestos del ranking, mientras que Honduras (11°), El Salvador (12°), Panamá (13°) y Guatemala (14°) no estuvieron lejos de ellos. Por contra, la mayoría de los países caribeños quedó en la mitad inferior del ranking del Climascopio.
La única excepción fue República Dominicana, que ha atraído más inversiones en energía limpia hasta la fecha (232 millones entre 2007 y 2013) que cualquier otro país del Caribe,lo que la ha posicionado entre los diez países mejor ubicados en el ranking latinoamericano (y en el puesto 24 a nivel mundial). Jamaica obtuvo el 18° puesto, seguido por Barbados (19°), Haití (20°), Guyana (21°) y Bahamas (24°). El informe precisa que no todos los países de la región han recibido a las energías limpias con los brazos abiertos y explica que algunos tienen pocos motivos inherentes para hacerlo. Señala al respecto que los países que terminaron últimos en la tabla de ALC tendieron a ser aquellos que cuentan con una gran cantidad de recursos energéticos locales (generalmente, grandes proyectos hidroeléctricos o reservas sustanciales de combustible fósil) y, por consiguiente, tarifas reducidas.
Éstas hacen que a las tecnologías de energía limpia distintas de las grandes centrales hidroeléctricas les resulte arduo competir. Algunos de los países en los que estas tecnologías han cobrado poca importancia hasta la fecha incluyen a Paraguay, que se posicionó 22° entre los países del Climascopio, Trinidad y Tobago (23°), Venezuela (25°) y Surinam (26°). PUNTUACIÓN POR PARÁMETROS Los países de ALC, que obtuvieron una puntuación de 1,07 (sobre 5) colectivamente, fueron ayudados no sólo por el desempeño de Brasil, sino también por países relativamente nuevos en este sector, como Perú, Costa Rica, Nicaragua y Colombia. El Climascopio establece un ranking de países basado en su capacidad pasada, presente y futura de atraer inversiones hacia empresas de energías limpias y proyectos de cada país. En esta tercera edición comprende 54 indicadores. Cada uno ellos entra dentro de uno de los cuatro ‘parámetros’ temáticos. Cada indicador y el parámetro al que pertenece contribuyen al puntaje final de cada país, pero no son valorados de igual manera.
La puntuación mínima es 0 y la máxima es 5. El primer parámetro, ‘Marco Propicio’, incluye un total de 22 indicadores que evalúan las políticas de un país y sus estructuras del sector eléctrico; niveles de penetración de energía limpia; nivel de atractivo tarifario para la implementación de energías limpias, y las expectativas de cuán grande puede llegar a ser el mercado de energía limpia. En este parámetro, Brasil ocupa el primer puesto, con una puntuación de 2,14 y Venezuela el último (0,11 puntos).
Entre los cinco primeros mejor puntuados está también República Dominicana (1,54). En cuanto al segundo parámetro (inversiones en energía limpia y créditospara proyectos relativos al cambio climático) se valió de 14 indicadores y se relaciona con la cantidad de inversiones en energía limpia que atrae un país; la disponibilidad de fondos locales ; el costo total de la deuda y la actividad de microcréditos verdes.
Uruguay (2,03 puntos) se posicionó primero tras un año “ejemplar” en cuanto a financiamientos para nuevos proyectos en el país de tres millones de habitantes. Le siguen Nicaragua, El Salvador, México y Bolivia. En términos absolutos, Brasil, México, Chile y Uruguay obtuvieron las mayores inversiones en energía limpia en 2013. En cuanto al tecer parámetro (negocios de bajas emisiones de carbono y cadenas de valor de energía limpia) evaluó, a través de tres indicadores, la disponibilidad de producción local de equipamiento y otros tipos similares de capacidades que impulsan la implementación de energía limpia.
Brasil, el país más extenso de ALC, también posee el mayor número de segmentos productivos de cadenas de valor por lo que ocupa el primer puesto con una puntuación de 4,41. Le siguen Chile, Argentina, México y Perú. Respecto al cuarto parámetro (actividades de gestión de las emisiones de gases de efecto invernadero), Chile (3,48 puntos), que acaba de aprobar el primer impuesto al carbono en Sudamérica, ocupa el primer puesto. En segundo lugar está Brasil (3,24), y México (3,02).