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Eso parece. En Europa la Comisión aprueba un plan Energía/Clima para el horizonte 2030 mucho menos ambicioso que el del 2020. El objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero esta muy cerca de lo que se va a obtener de forma tendencial y no representa un esfuerzo adicional significativo. Este se deja para mas tarde, cuando puede que sea demasiado tarde. Ni siquiera se distribuye entre los distintos países el modesto objetivo común del 27% para la participación de las energías renovables en la producción total de energía.
Y mientras tanto, la Administración americana acaba de publicar un detallado informe sobre las consecuencias del cambio climático en Estados Unidos, en el que han participado mas de 300 expertos y científicos. Es la tercera vez que se elabora ese informe, pero es la primera vez que un Presidente sale a defender sus conclusiones .En efecto, lo políticamente relevante es que Obama haya salido haciendo un llamamiento a luchar urgentemente contra los efectos del calentamiento atmosférico y lanzando una campaña política contra los euroescépticos
En su primer mandato, el Presidente Obama fracasó en su empeño de hacer del cambio climático una de sus políticas prioritarias. Pero ahora ha decidido lanzar un gran programa de explicación ,un gran esfuerzo pedagógico liderado por un personaje de la talla de John Podesta, el que fue secretario general de la Casa Blanca con Clinton, para convencer a los americanos de la realidad del cambio climático y de la necesidad de actuar urgentemente para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Razones no le faltan. El informe presenta una lista de las manifestaciones ya visibles del calentamiento climático en EE. UU: oleadas de calor, inundaciones y huracanes cada vez más frecuentes en el noreste, sequías en el sudeste, disminución de los rendimientos agrícolas en las grandes llanuras centrales, glaciares que se funden en Alaska, costas que desaparecen por el aumento del nivel del mar. Parece que Miami corre el riesgo de convertirse en una nueva Venecia e incluso desaparecer bajo las aguas .
El informe que Obama ha hecho suyo, repite, concretándolo para la geografía americana, lo que ya nos han dicho los sabios del panel de las Naciones Unidas (IPCC). Que el calentamiento atmosférico es causado fundamentalmente por la actividad antropogenica ,que es la responsable de las emisiones de CO2. Y que si no se toman las medidas adecuadas, el impacto del calentamiento será para vez más grave para la economía, los ecosistemas y para nuestra forma de vida. Cifrado en miles de millones de dólares, las consecuencias son enormes. Seria de desear y agradecer que en España y en Europa se hiciesen informes de parecida naturaleza.
Los republicanos han contestado acusando a Obama de jugar la carta del miedo y de atemorizar a la población. Creen que las medidas que hay que tomar para hacer frente al problema van a poner en cuestión la competitividad del país. Consideran que no esta firmemente establecido que el cambio climático sea una amenaza real .Lo mismo que dice por aquí el Sr Aznar y decía el Sr Havel, ex Presidente de la República Checa. Parece que hay una estrecha correlación entre la ideología de derechas y el clima-escepticismo, tanto en Europa como en EE.UU.
Es cierto que la aplicación de las medidas necesarias para contener las emisiones de Co2 en Estados Unidos se enfrentan con fuertes resistencias. Un tercio de la electricidad norteamericana se produce por centrales térmicas de carbón. Y una disminución de las emisiones significaría una disminución del empleo en las minas y un aumento del precio de la energía, aunque el carbón americano está siendo sustituido por el sahe gas y sus excedentes exportados a Europa. Curiosamente uno de los resultados inmediatos de la transición energética en Alemania (la ya famosa “energiewende”) es el aumento de la producción eléctrica a base de carbón americano.
En el pasado Obama tuvo que atrasar varias veces su decisión de reducir las emisiones por razones políticas. Las fuerzas a las que se enfrentaba eran demasiado poderosas. Pero esta vez se asegura que no se dejará intimidar por las distintas tácticas utilizadas por los republicanos para retrasar sus decisiones. Y si Obama consigue reducir las emisiones generadas por las centrales de carbón, los Estados Unidos llegarían con una posición más favorable a la conferencia de París 2015.
Es sin duda una buena noticia que Obama se involucre en la lucha contra el cambio climático. Y buena falta hace porque mismo tiempo que la administración americana publica su informe sobre las consecuencias del cambio climático, la OMS publica el suyo sobre la calidad del aire en el mundo y sus consecuencias sobre la salud humana. Según la OMS el límite máximo de concentración de partículas contaminantes en el aire debería ser inferior a 20 microgramos (µg) por metro cúbico . Un limite ampliamente superado para 9 de cada 10 seres humanos. En ciudades de países como Pakistán se superan los 500 µg por metro cúbico. En Pekin están por encima de los 150 y casi todas partes la situación no ha hecho sino empeorar. Especialmente en los países en desarrollo de África y del Sudeste asiático, como consecuencia del uso creciente del coche individual por las clases medias emergentes, de las centrales eléctricas alimentadas por carbón y de su uso sistemático para la calefacción urbana. En el mundo occidental la situación es mucho mejor pero estamos rozando el limite considerado máximo por la OMS.
Por todo ello, la mala calidad del aire es el principal riesgo medioambiental para la salud humana. Fue responsable en el 2012 de la muerte prematura de 3,7 millones de personas en el mundo. Sabemos lo que hay que hacer para hacer frente a este drama silencioso que no hace titulares de los periódicos pero que constituye una grave amenaza para la humanidad.
Por eso están de agradecer que, en estos momentos en que los problemas inmediatos derivados de la crisis económica han debilitado la lucha contra el cambio climático la administración americana parezca dispuesta a tomar el relevo de una Europa debilitada por la crisis. Esperemos que la campana electoral demuestre el interés real que los europeos le damos al problema de la energía y el clima. Las tensiones en nuestra frontera Este y la amenaza que representa para nuestra seguridad energética la actitud de Putin pueden también ayudar a que nos tomemos en serio el binomio energía/clima.
Josep Borrell
Ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, máster en Investigación Operativa por la Universidad de Stanford en Palo Alto (California, EE. UU.), máster en Economía de la Energía por el Instituto Francés del Petróleo en París (Francia), doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid en Madrid (España) y catedrático en excedencia de Matemáticas Empresariales. Trabajó siete años para CEPSA.
Desde su llegada a la política en 1979 ha ocupado diversos cargos:
- Fue concejal en Majadahonda (Madrid).
- Responsable de la política fiscal del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
- En 1982 fue nombrado Secretario de Estado de Presupuesto y Gasto Público del Ministerio de Hacienda.
- Fue Secretario de Estado de Hacienda de 1984 a 1991
- En 1991, Ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente.
Estando el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la oposición, ganó las elecciones primarias del 24 de abril de 1998.
En 2002 fue uno de los representantes del Parlamento Español en la Convención Europea encargada de elaborar el borrador de la Constitución Europea. Borrell participó dentro de ésta en los grupos de trabajo de gobierno económico, Europa social, política exterior y defensa.
De 2004 a 2007 fue Presidente del Parlamento Europeo.
De 2007 a 2009 presidente de la comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo
Desde enero de 2010 hasta junio de 2012 ocupó el cargo de Presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia (Italia).