Esta cifra, que supone el 41 por ciento de la potencia autorizada, contrasta con el 83 por ciento de cumplimiento del Plan Eólico Nacional, el doble del nivel alcanzado en Asturias.
A raíz del nuevo Decreto 43/2008 y considerando los proyectos que se encuentran en fase de solicitud de autorización, AEPA prevé que podrían alcanzarse 1.500 megavatios de potencia instalada en los próximos cinco años.
En los últimos días el Parlamento ha ratificado el Real Decreto de 30 de abril, por el que se adoptan determinadas medidas en el sector energético y se aprueba el bono social, publicado en el BOE el pasado 7 de mayo, mediante el cual el Estado pretende entre otras medidas establecer mecanismos respecto al sistema retributivo de los parques eólicos.
Dentro de este marco se crea el Registro de preasignación de retribución, en el que han de inscribirse las instalaciones que cumplen los requisitos exigidos para beneficiarse del actual marco retributivo, más favorable que la futura legislación anunciada.
Una de las condiciones indispensables es que las centrales dispongan de la preceptiva licencia de obras, por lo que los retrasos acumulados en la tramitación urbanística de la mayoría de los parques eólicos, tanto en la administración regional como en los ayuntamientos, ponen en peligro las inversiones previstas.
La creación del Registro agudiza la problemática existente en las tramitaciones de los parques asturianos, debido a retrasos que van más allá de plazos razonables.
En el momento en el que el Registro de preasignación alcance el objetivo de los 20.155 megavatios señalados en el Plan nacional de Energías Renovables 2005-2010, a las instalaciones eólicas pendientes "les será de aplicación una nueva legislación retributiva más desfavorable que disminuirá larentabilidad de los proyectos, amenazando gravemente su viabilidad".
Este aspecto pone en peligro el desarrollo eólico asturiano, concebido inicialmente de forma unitaria con el fin de minimizar su impacto ambiental en nuestra región.
Gran parte de los parques asturianos previstos corren el riesgo de hallarse en este punto "si la administración autonómica y los ayuntamientos implicados no toman conciencia de la gravedad de la situación y consideran a la energía eólica como un objetivo estratégico y una medida anticrisis dentro de los planes europeos, estatales y regionales", señalan en el comunicado.
Respecto a la repercusión estimada del desarrollo eólico en Asturias, AEPA considera que los 1.500 megavatios posibles alcanzarían los 2.110 millones de euros de inversión, la mitad de la cual recaería directamente sobre el Principado.
Entre los sectores beneficiados por estas inversiones se pueden citar tanto las empresas de obra civil, como las eléctricas, componentes de equipos, empresas de transportes y grúas, y ocupación del sector hostelero.
Cabe destacar que las instalaciones eólicas crearían en torno a 350 puestos de trabajo directos diarios durante la fase de construcción y más de 150 puestos fijos en las tareas de operación y mantenimiento posteriores, además de los puestos de trabajo indirectos correspondientes.
A los beneficios mencionados hay que añadir la importante fuente de financiación económica que supone para los municipios denominados eólicos, gracias a tasas de ocupación, impuestos, licencias de obra, convenios urbanísticos e inversiones en el sector servicios. Y a la mejora de las infraestructuras de las zonas afectadas.
Los 1.500 megavatios acarrearía una retribución a los ayuntamientos de aproximadamente 7,5 millones en concepto de licencias de obra y unas rentas anuales en torno a 15,5 millones derivados de ocupación de terrenos, convenios e impuestos.
A estas cantidades se sumarían alrededor de 3,4 millones de euros al año de rentas a propietarios particulares de terrenos donde se situarían los aerogeneradores.
"Las rentas de la energía eólica suponen una buena oportunidad de diversificación económica y mejora de las condiciones de vida en las zonas rurales, además de contribuir eficazmente a reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero a la atmósfera", sostiene la AEPA en la nota de prensa..
En términos generales, cabe considerar que el aprovechamiento del recurso eólico contribuye a la reducción de emisiones contaminantes, a la diversificación del balance energético y al progreso de la industria por la evolución tecnológica de los equipos utilizados. Sirva como ejemplo el señalar que 1.500 megavatios evitarían la emisión de 1,96 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y la importación de combustibles fósiles por valor de 118 millones de euros.
La Consejería de Industria tiene pendientes 118 solicitudes correspondientes a 37 emplazamientos que suponen 670 megavatios de potencia a instalar adicionales a los ya autorizados. En la actualidad hay ejecutados 13 parques eólicos que suman un total de 350 MW de potencia instalada.
Además existen otros 18 parques con autorización administrativa en base al decreto de 1999 que suman 492 megavatios y otros 49 están pendientes de obtener la declaración de impacto ambiental. La puesta en servicio de estos 19 parques depende de factores como la ejecución de las infraestructuras de evacuación de energía y la minimización del impacto ambiental.
La industria eólica estima que, con el final de la moratoria, los molinos de viento llegarán a sumar 1.300 megavatios de potencia en el plazo de siete años. Según datos de la Consejería de Industria, se calcula también que los parques eólicos en Asturias pueden tener un funcionamiento medio de 2.500 horas anuales.
El levantamiento de la moratoria eólica en Asturias a finales de 2007 supuso el despegue de nuevos parques eólicos en la comarca occidental. Buena prueba de ello son los catorce nuevos proyectos que supondrán, si finalmente prosperan, la instalación de 202 nuevos aerogeneradores.
Los catorce parques que han iniciado su tramitación ocuparán las sierras de los concejos de Taramundi, Villanueva de Oscos, San Martín de Oscos, Vegadeo, San Tirso de Abres, Boal, Pesoz, Illano, Ibias, Valdés y Tineo. Estas nuevas propuestas se suman a otras que ya gestionan estos mismos municipios y otros de la comarca como Villayón o Castropol, que acaba de aprobar inicialmente su primer parque en la sierra de El Candal, con trece torres.
La puesta en marcha de estos nuevos parques está promovida por ocho empresas diferentes: Terranova Energy, Desarrollos Eólicos del Norte, Energías Renovables Españolas, Parque Eólico Sagitario, Promoción y Gestión Virgo, Parque Eólico Casiopea, Promoción y Gestión Cáncer y Parque Eólico Leo.
De todas las propuestas, las más ambiciosas son las de Promoción y Gestión Virgo para Taramundi, Vegadeo y Villanueva de Oscos, y la que promueve Parque Eólico Casiopea S. L. para Illano, Pesoz y San Martín de Oscos. Cada uno de ellos prevé la instalación de 21 torres con 48,3 megavatios de potencia total.
Los nuevos parques se apuntan a la tendencia de apostar por la instalación de menos torres con más potencia. Por ello, estas iniciativas incluyen un número inferior de aerogeneradores, especialmente si se comparan con el parque de La Bobia-San Isidro, donde hoy se levantan 58 torres.
En cuanto a la potencia generada por estos nuevos proyectos eólicos, sumarán en total 378,7 megavatios. La cifra es significativa si se compara con los 280 megavatios que producían los ocho parques eólicos occidentales existentes antes del levantamiento de la moratoria hace un año.
Esto significa que Asturias está cada vez más próxima a completar su máxima potencia eólica, que los promotores cifran en torno a 1.200 o 1.300 megavatios.
Los catorce nuevos proyectos eólicos suman 203 nuevas torres, 21 en los mayores parques, y 5 en el de menor tamaño. Los municipios occidentales en los que estarán ubicados estos nuevos proyectos son: Taramundi, San Tirso de Abres, Vegadeo, San Martín y Villanueva de Oscos, Illano, Pesoz, Boal, Ibias, Valdés y Tineo.
La combinación de la potencia instalada y de esa expectativa de actividad supone que, hacia 2015, los molinos asturianos generarán anualmente en torno a 3.250 gigavatios (millones de kilovatios).
Las empresas invertirán en parques eólicos en Asturias hasta 2015 del orden de 1.000 millones de euros entre proyectos para instalar aerogeneradores en nuevos emplazamientos -la gran mayoría en el occidente asturiano- y ampliaciones o repotenciaciones (sustitución de las máquinas actuales por otras más potentes) de los complejos ya existentes.
La mayor parte de la inversión corresponde al coste de los aerogeneradores, cada vez más potentes. En Asturias ya han comenzado a instalarse torres eólicas de 2 megavatios, de las mayores que para parques convencionales están en el mercado. Esos «gigantes» funcionan ya en el alto de Abara, entre el Franco y Coaña, y están siendo instalados en los complejos que Terranova-Cesa y E.On-Northeolic tienen en obras en Villanueva de Oscos y en Tineo.
Neo Energía, filial de Hidrocantábrico, es ahora la compañía que más rentabiliza los vientos del Occidente, los más favorables para la producción eólica. Neo tiene cinco de los once parques que están en funcionamiento y otros proyectos en tramitación. Otros grandes del sector -Acciona, Iberdrola, Endesa E.On- ya tienen intereses en el negocio eólico regional o están preparando proyectos tras el fin de la moratoria.
En Asturias, varias compañías pertenecen al sector eólico. El caso más relevante es el del Grupo Daniel Alonso, que en 2007 selló una alianza para hacer torres con Gamesa, líder español de la fabricación de aerogeneradores y uno de los principales productores mundiales.
Acabadas las obras, el empleo directo que genera un parque eólico es sustancialmente inferior. Los expertos calculan que se crea un puesto de trabajo por cada 5 megavatios instalados. Si se cumple el plan eólico regional como está previsto, en Asturias la energía del viento daría trabajo de manera estable, para la operación y mantenimiento de los complejos, a unas 260 personas.
Aunque no en todos los casos, el dinero que aportan en impuestos y por otros conceptos los parques de aerogeneración han abierto las puertas de los ayuntamientos a los promotores. Las empresas suelen firmar convenios con las corporaciones locales y abonar un canon cuando instalan los aerogeneradores en montes de utilidad pública.
Los concejos reciben además otros ingresos a través del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). La aportación por el IAE viene a suponer entre 600 y 800 euros al año por cada megavatio instalado.
Las compañías están obligadas a tributar también por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Están calificados como "bienes de características especiales" y su tratamiento fiscal ha registrado una variación de alcance: a raíz de una sentencia reciente, los parques eólicos pueden verse obligados a pagar el triple que ahora por el IBI.
Desde que hace un año se levantara la moratoria de instalación de parques eólicos el Principado ha venido recibiendo solicitudes de nuevas actuaciones, como las citadas 118 que se irán resolviendo en los próximos meses.
La inversión prevista, 1,5 millones de euros por MW instalado, supondrá para los 670 MW a instalar una inversión de más de mil millones.
El Gobierno regional considera factible llegar a 950 MW de potencia instalada en 2012. Estas previsiones suponen que en un plazo de ocho años se habrán multiplicado por tres la capacidad de producir energía eólica.
El objetivo del Plan de Energías Renovables de España es que para el 2010 al menos el 12% de la energía primaria consumida proceda de las fuentes renovables y al menos el 29,4% de la generación eléctrica tenga su origen en estas fuentes.
La patronal eólica considera que el Principado no podrá albergar proyectos de generación de energía eólica marina, conocida también como off shore, hasta dentro de una década una vez que se venzan los condicionantes tecnológicos que limitan las posibilidades del litoral asturiano.
El presidente de la Asociación Eólica de Asturias, Enrique Alvarez Uría, indicó que "a corto plazo no existe ninguna posibilidad de instalación de estas plataformas en Asturias, más adelante si existen zonas que tienen recursos eólicos pero tendría que superarse primero la cuestión relativa al anclaje de estas estructuras".
Alvarez Uría Añadió que "hoy por hoy hay tecnología para sustentar plataformas eólicas marinas a una profundidad de hasta 20 o 25 metros, 30 como máximo en todo caso". La profundidad de la costa regional dificulta la instalación de estas plataformas que se emplazan a una distancia de entre 3 y 10 kilómetros mar adentro.