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Estos recursos, que se asignaron a través del Fondo Sectorial de Sustentabilidad Energética (FSE), en el que participan la Secretaría de Energía (Sener) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), son para la creación de tres Centros Mexicanos de Innovación en Energías Renovables (Cemie’s), tres APPs que agrupan instituciones académicas y empresas nacionales y extranjeras.
“Lo que se busca es llevar a la práctica, a la aplicación, el conocimiento que ya existe, y desde luego ya hay un paquete de proyectos estratégicos para desarrollar las capacidades que tiene México”, señaló en entrevista Luis Torreblanca Rivera, director adjunto de Desarrollo Tecnológico e Innovación del Conacyt. De acuerdo con el funcionario, crearán una estructura que hoy no existe, lo cual no quiere decir nuevos edificios sino una colaboración coordinada entre instituciones ya existentes.
Cada Cemie estará coordinado por una institución (ver la tabla) y consta de dos partes: la conformación de la asociación entre empresas y centros de investigación y “un esquema de trabajo para que la innovación se lleve a la industria”.
El presupuesto asignado al Cemie-Geo, Cemie-Sol y Cemie-Eólica fue de 958.5, 452.8 y 216.3 millones de pesos, respectivamente. El fondo se asignó en diciembre del año pasado, y en los primeros dos meses del 2014 se firmaron los acuerdos interinstitucionales para que arranquen los centros.
Torreblanca Rivera comenta que la diferencia de presupuesto entre los centros se debe a que “cada uno tiene una complejidad distinta. El de geotermia, por ejemplo, es el proyecto más grande”.
Además, dijo, la convocatoria salió en junio del año pasado y fue la comunidad participante la que propuso y determinó los presupuestos. El recurso asignado es para cuatro años, considerando el 2014, pero “si se tiene que invertir más, el fondo estudiaría la propuesta y asignaría más recursos”.
Cada centro está asociado a grupo de empresas, pero esto no quiere decir que se haya cerrado la oportunidad de incorporarse.
DESTACAMOS EN GEOTERMIA
“Esta es la primera vez que se usa este modelo en el que se pretende utilizar la infraestructura existente en el país de manera coordinada y con un apoyo de recursos muy importante”, dice José Romo Jones, investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese, institución líder de Cemie-Geo), quien informó que 25% del presupuesto que se asignó se ocupará para mejorar la infraestructura que ya tienen establecida las instituciones participantes.
Las líneas de investigación que seguirá este centro tienen que ver con el mapeo de recursos y estimación del potencial geotérmico del país, con objeto de contribuir al acervo de información existente en la Gerencia de Proyectos Geotermoeléctricos de la Comisión Federal de Electricidad.
Las otras líneas a seguir son: evaluar y desarrollar técnicas de exploración; trabajar en desarrollos tecnológicos para las etapas de producción (modelos, prototipos, plantas piloto, turbogeneradores, etcétera) y usos directos del calor geotérmico.
Romo comenta que “actualmente México ocupa el cuarto lugar mundial en producción de electricidad a partir de energía geotérmica, detrás de Estados Unidos, Filipinas, Indonesia”.
Los campos de generación mexicanos están ubicados en Cerro Prieto, el principal, localizado en Baja California; Tres Vírgenes, ubicado en los límites entre Baja California y Baja California Sur; Los Azufres, en Michoacán, y Los Húmeros, en Puebla.
En general, la mayoría de los campos geotérmicos que se aprovechan para generar electricidad se asocian a estructuras volcánicas antiguas, en las que todavía hay magma caliente en el subsuelo que sirve como fuente de calor, pero no son volcanes activos.
“En el Cemie-Geo vamos a trabajar estudiando algunas otros sitios parecidos que se encuentran a lo largo de lo que los geólogos llaman Eje Volcánico Transmexicano, el cual cruza transversalmente al país desde Colima hasta el límite entre Puebla y Veracruz”, sostuvo.
Por lo anterior, Romo Jones consideró que “necesitamos potenciar el uso de la geotermia como una alternativa para disminuir el consumo de combustibles fósiles en la generación de electricidad. Necesitamos formar más especialistas a todos niveles para aumentar y renovar los cuadros en el tema, tanto en la academia como en la industria”.
Los países líderes en investigación en geotermia son Estados Unidos, Italia, Islandia, Nueva Zelanda, Japón, Alemania, Francia y México.
EL VIENTO Y SU INCONSTANCIA
Luis Fernández Zayas, director ejecutivo del Instituto de Investigaciones Eléctricas, organismo que lidera el proyecto Cemie-Eólica, señaló que la palabra clave que impulsó la creación de los Cemies es innovación. “Porque queremos tener cada vez más empresas involucradas, algunas las estaremos formulando nosotros mismos”.
En términos generales, las principales líneas de investigación en la parte eólica están relacionadas con el inventario, la medición de los recursos eólicos en los diferentes puntos del país, la definición de cuáles son los equipos más apropiados para convertir la energía del viento en energía eléctrica y cuáles son los requerimientos que tendrán en la red eléctrica para poder utilizar bien esta energía.
El reto principal es que el viento no es constante. “Tenemos un problema grave de estabilidad en la redes a las que se les inyecta energía intermitente (…) las redes no están diseñadas para ese tipo de fuentes de energía y por lo tanto se desestabilizan”, dijo.
México tiene potencial eólico de clase mundial en varias partes del país, en La Rumorosa, en el norte de Baja California; en el estrecho de Oaxaca; en la parte central de México; en regiones de Tamaulipas y en el centro de Zacatecas, por ejemplo. Por eso “una de las intenciones de nuestros grupos es aprovechar con mejor eficiencia vientos más bajos y menos constantes, porque el precio de la producción de energía eléctrica está aumentando continuamente”.
La energía eólica instalada en el mundo creció alrededor de 12.5% en 2013, hasta situarse en 318,137 MW (megavatios), según datos del Global Wind Energy Council (GWEC). China, Estados Unidos, Alemania y España son los primeros productores mundiales. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) en el 2012 México ocupó el lugar 24 a escala mundial capacidad instalada.
Por otro lado, a pesar de ser el segundo país que genera más emisiones de gases contaminantes en el planeta, China se transformó en el mayor productor de turbinas para energía eólica del mundo, desplazando a naciones como España, Alemania o Dinamarca, pioneras en este tipo de producción. Lo anterior se suma al primer lugar alcanzado en 2008 en la fabricación de paneles solares.
EL SOL SALE PARA TODOS
“Hay varias empresas que tienen más de 30 años instalando calentadores solares. Actualmente en todo el país hay personas que han instalado celdas fotovoltaicas en sus casas y empieza a haber plantas fotovoltaicas solares para producir varias decenas de kilo watts solares”, sostuvo Jesús Antonio del Río Portilla, director del Instituto de Energías Renovables de la UNAM (IER-UNAM).
El investigador aseguró que aún no podemos decir que haya una decisión oficial de empezar a desarrollar la energía solar en el país. “En términos de producción de energía eléctrica distribuida y de uso para energía térmica, la sociedad es la que ha iniciado esta forma de uso de energía solar, lo cual es importante, porque quiere decir que somos nosotros (sociedad) los que tomamos la decisión”.
En el mundo España es una potencia por el uso de fotovoltaicos, le sigue Estados Unidos por su aprovechamiento en California y Arizona. Alemania también está presente.
Y también en este tipo de energía el país tiene mucho potencial, sobre todo en el norte del país. “En la parte sur del país también podemos usar energía solar con una menor insolación; sin embargo, la tierra es mucho más cara y hay más presión social en términos del uso de la tierra”, destacó.
Sobre las líneas a seguir dijo que todas son principales. “Vamos a abordar diferentes problemas desde nuevos materiales para celdas fotovoltaicas, nuevos sistemas de refrigeración solar, uso eficiente de los calentadores solares, desalación de agua (…) tenemos múltiples proyectos donde estamos tratando de abordar la mayoría de los problemas de la energía solar en el mundo y en particular en México”.
Añadió que “es la primera vez en México que se está manejando este tipo de inversiones de largo aliento y enfocadas a la innovación, dirigida desde las instituciones de educación. El reto es grande para nosotros. Sabemos que sin el concurso de los empresarios, inversionistas, no vamos a poder hacer que la energía solar tenga aspectos innovadores en el país y de uso corriente (…) en ese sentido esta iniciativa es importante”.
Así, los involucrados en el Cemie-Sol buscarán desarrollar tecnologías novedosas, de valor agregado. “Cuando alguien ha tomado el mercado debemos buscar nuestro nicho y ese nicho es producir tecnología apropiadas para el entorno mexicano, no traídas de otros lados y más en la solar. Dada la latitud en la que estamos podemos competir con otras regiones que no necesariamente tienen el conocimiento que tenemos nosotros”.
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