El viento sopla con tanta fuerza en San Vicente Pacaya, Escuintla, que Concepción Zamora Zardetto y Eugenia Aycinena, 2 empresarias emprendedoras, vieron en él una gran oportunidad para producir electricidad y obtener rentabilidad de una pequeña parte de los 7.840 megavatios de generación potencial que tiene la energía eólica en Guatemala.
Atraídas por la idea de generar electricidad barata para el país, estas 2 empresarias que han trabajado en la exportación de artesanías y proyectos de desarrollo social desde hace más de 25 años, decidieron incursionar en el campo de la generación eléctrica e instalar el primer parque eólico del país con capacidad de 21 megavatios (MW).
La idea empezó a tomar forma en 2006 cuando Zamora y Aycinena descubrieron que un estudio del Ministerio de Energía y Minas y la Solar and Wind Energy Resource Assessment (SWERA) de Naciones Unidas, reveló que uno de los mejores lugares para montar un parque eólico es San Vicente Pacaya, sobre el Cañón de Palín.
Zamora y Aycinena empezaron a estudiar sobre el tema y acudieron a varias ferias en Europa para contactar e interesar a las principales compañías del planeta para montar un parque eólico de clase mundial: la danesa Vestas, el mayor fabricante del mundo de aerogeneradores, la consultora inglesa Garrad Hassan y la española Aries.
Con mucha paciencia, la consultora Aries empezó a realizar los estudios de medición de vientos en San Vicente Pacaya durante 5 años, lo cual arrojó velocidades del viento hasta de 10 a 12 metros por segundo, y un potencial para generar 50,5 gigavatios-hora al año.
Tras evaluar la calidad del viento que es una masa de aire estable y constante que baja del altiplano rumbo al océano Pacífico, Vestas y la consultora Garrad Hassan les aconsejaron que lo mejor para potencializar el parque eólico era instalar 7 turbinas eólicas V90 con una capacidad de 3 MW cada una. Para dar una idea, cada torre mide 80 metros de alto, cada una de las palas mide 45 metros de largo, y el aerogenerador pesa 70 toneladas.
La inversión asciende de 47 millones a 50 millones de dólares, que esperan recuperar en un plazo de 18 años (los aerogeneradores tienen una vida útil mínima de 20 a 25 años).
Los aerogeneradores V90 son los más grandes que existen en el mercado y requieren como mínimo una velocidad de viento de 4 metros por segundo, comenta Zamora. Los 21 MW de capacidad del parque representan el consumo de electricidad de todo Escuintla.
Interesadas en licitación
Zamora y Aycinena han cuidado con cada detalle de su proyecto eólico, y aunque estaban a punto de iniciar la construcción del parque, decidieron dar un plazo de espera para participar en la licitación de 800 megavatios que realiza la Distribuidora de Oriente (Deorsa), Distribuidora de Occidente (Deocsa) y la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) para garantizar el suministro de electricidad del país para los próximos 15 años.
Según las emprendedoras, el parque eólico iniciaría su construcción dentro de 4 meses y estaría listo para operar en menos de un año, empezando a generar energía en 2014. Debido a que es una tecnología nueva, el parque tendrá un período de prueba de un año.
Los beneficios de la energía eólica es que aunque la inversión inicial es alta, el viento es gratis, sus costos son estables en el largo plazo (principalmente mantenimiento) y no dependen de los precios internacionales del petróleo, búnker o carbón para generar.
Además se trata de una energía limpia (no contamina), el parque ahorraría al país 77.891 barriles de petróleo al año y se reduciría unas 33.493 toneladas de C02, por lo que las emprendedoras están analizando vender créditos de carbono a empresas en Europa.
Alexis Batres, www.elperiodico.com.gt