En los últimos tiempos se está hablando, y mucho, acerca de las energías alternativas, vinculadas fundamentalmente a los parques eólicos, y que tiene su origen en los planes del Gobierno Regional de Cantabria en esta materia. Y como casi siempre, este tipo de debates, más o menos públicos y publicados, aclaran poco o nada el panorama, ya que de manera indefectible surgen ‘carpas’, del estanque de la demagogia, con la finalidad de enturbiar no ya el medioambiente, sino el ambiente social en su totalidad, creando una visión catastrófica, apocalíptica, alejada de la realidad y carente de todo rigor, no ya científico, sino simplemente intelectual.
A priori, parece extraño que quienes vituperan la implantación de parques eólicos digan defender, con entusiasmo, y al mismo tiempo, las energías renovables, lo que recuerda aquel viejo adagio de Todo por el pueblo, pero sin el pueblo. Y la verdad es que a estas alturas, uno ya está muy harto de esos ‘mártires’ empeñados en salvarnos una y otra vez, de no se sabe muy bien el que, dado que solo ellos son los elegidos por ‘la providencia’ para abrir los ojos a las pobres gentes engañadas por seres malignos, carentes de escrúpulos y cuya finalidad última consiste en hacer la vida imposible a la raza humana en su conjunto, destruyendo, en esta ocasión, sólo el paisaje.
Todas estas mentes bienpensantes deberían saber que la energía eólica consiste en la energía cinética generada por efecto de las corrientes de aire, que se transforma en electricidad y contribuye al desarrollo de la sociedad. Por otra parte, la energía eólica es un recurso abundante, renovable, limpio y que contribuye a la disminución de los gases de efecto invernadero que están contribuyendo al cambio climático, dado que remplaza centrales termoeléctricas, que se nutren de combustibles fósiles, cada vez más escasos y altamente contaminantes.
La energía proveniente de estas centrales eólicas tiene su origen en el movimiento de las masas de aire, que se desplazan de las áreas de altas presiones atmosféricas hacia las áreas de baja presión, con velocidades proporcionales al gradiente de presión. Los vientos son generados por el calentamiento de la superficie terrestre por parte del sol, por esto es importante conocer las variaciones diurnas, nocturnas y estacionales de los vientos, así como su velocidad máxima y, en consecuencia, la instalación o no de aerogeneradores, dependerá, en todo caso, de un estudio técnico, científico y medioambiental y no sólo de recreaciones informáticas, más o menos apañadas o pseudo científicas.
Por otra parte, la energía eólica no es nueva en España. Ya a finales de 2007 estaba instalada en territorio nacional una capacidad de 13.467 megavatios, es decir el 16% de la energía que se consumía en el país, y en 2008 se alcanzó el máximo de producción de energía diaria, es decir el 24% de la demanda nacional. Todo ello supone una potencia superior a la generada por las seis centrales nucleares españolas, que juntas suponen ocho reactores que producen 7.742,32 megavatios.
Pero lo más curioso es que mientras en Cantabria, y en especial en Santander, surge una fuerte campaña anti aerogeneradores, basada en hipótesis irreales y tremendistas, en Galicia, que ya produce 1.827 megavatios mediante este sistema de aerogeneradores (datos de 2007), la Conselleria de Economía e Industria, del nuevo gobierno gallego, se ha comprometido a la aprobación de un anteproyecto de ley, a finales de este mismo año, que supone, un adelanto de dos años en el plazo fijado para la autorización de la instalación de parques eólicos, que generarán, una potencia de 6.500 megavatios en Galicia a finales de 2010.
Para lograr este adelanto en la implantación de este sistema de obtención de energía, el Gobierno Gallego, ha derogado el decreto 242/2007 del anterior Gobierno bipartito, con la finalidad, de que se tramite cuanto antes la normativa autonómica que posibilite la instalación de parques eólicos en Galicia. Y la pregunta que surge entonces es ¿Por qué lo que es bueno para Galicia no es bueno para Santander y Cantabria? ¿será porque quien "corta la cinta" no es al que por "derecho divino", según algunos, le corresponde?
En definitiva, los cántabros, los santanderinos, no debemos ser menos que los gallegos, castellano-leoneses, (que ya producen 1.523 megavatios mediante energía eólica, y cuyos aerogeneradores, son bien visibles desde la espectacular y maravillosa tierra de Campoo, concretamente desde el Castillo de Argüeso), y demás ciudadanos españoles, que apuestan por la implantación de Planes Eólicos y que representan una oportunidad de desarrollo industrial y económico de sus territorios, y que, en el caso de Cantabria, suponen la generación de varios miles de puestos de trabajo y una inversión en la implantación de aerogeneradores de 2.000 millones de euros, lo que supone, riqueza, trabajo, medioambiente más limpio, cumplir con los acuerdos de Kioto y con lo establecido en la Cumbre de Goteborg.
El resto, demagogia, pseudo ciencia, mucho photoshop, alarmismo interesado y muchas, muchas ganas de marear la perdiz; pero las medias-verdades, las mentiras completas, el insulto, la descalificación, el descrédito interesado y el matar al mensajero, no pueden ni deben parar el progreso y el desarrollo medioambiental y económico de esta maravillosa tierra que es Cantabria y Santander, en la que algunos hemos nacido y a la que amamos profundamente y de la que nos sentimos tremendamente orgullosos, y a la que no vamos a renunciar, les guste o no a los que han hecho del inmovilismo un arte.
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El portavoz del PSOE en el Parlamento, Francisco Fernández Mañanes, ha afirmado que el PP no tiene legitimidad para "abanderar" la defensa del medio ambiente frente al desarrollo eólico impulsado por el Gobierno, que, según ha dicho, se está llevando a cabo con transparencia y seguirá la normativa.
Ha recordado que en el año 2000 el PP, cuando ocupaba el Gobierno regional, aprobó ya un decreto para el desarrollo eólico de Cantabria, que, según ha explicado, apostaba por la "liberalidad" en la ubicación de parques, de forma que esa cuestión se dejaba a la elección de las empresas.
Fernández Mañanes ha remarcado que en ese momento "no hubo ningún criterio ambiental ni paisajístico" a la hora de impulsar ese decreto o seleccionar las ubicaciones, y un año después el PP aprobó una moratoria para ese desarrollo.
Según este diputado, como contrapartida, el Gobierno actual ha puesto fin a esa moratoria con un desarrollo eólico basado en un estudio de la Universidad de Cantabria sobre la idoneidad de las ubicaciones, que ha ido descartando las zonas que son "sensibles" desde el punto de vista del medio ambiente.
Fernández Mañanes ha apostillado que, como consecuencia de esa iniciativa del PP en el año 2000, ahora en Cantabria hay un parque eólico en funcionamiento en Soba mientras que otros cuatro estarán en obras en los próximos meses.
El portavoz ha insistido en que el desarrollo eólico en Cantabria se está impulsando por el Gobierno de PRC y PSOE "con plena transparencia" y de acuerdo con la normativa urbanística y ambiental de la comunidad autónoma.
Ha recalcado que toda la documentación y los trámites que se han seguido están a disposición de los ciudadanos y de los ayuntamientos afectados y ha subrayado que el Gobierno está "abierto al diálogo" sobre esta cuestión.
Sin embargo, el portavoz del PSOE cree que al PP le gustaría que el Ejecutivo "estuviera callado" y no hiciera nada, algo que, a su juicio, supondría una "grave irresponsabilidad" y una "barbaridad", ya que el desarrollo de energías renovables es hoy "una obligación" y "una oportunidad".
"El desarrollo eólico es una pieza clave", ha señalado Fernández Mañanes, que ha apuntado que Cantabria es, junto a Madrid, la comunidad que menos desarrollo eólico tiene. El portavoz socialista ha insistido en que el Ejecutivo de PRC y PSOE no está "improvisando nada" en este sentido, sino que más bien en la comunidad autónoma se ha "llegado tarde" a una realidad que se ha impuesto en los países más desarrollados, como Estados Unidos y Alemania, y en España.
Fernández Mañanes ha hecho hincapié en que tras la llegada de PRC y PSOE al Gobierno el patrimonio cultural y ambiental de Cantabria está "más protegido que nunca", con iniciativas como el Plan de Ordenación del Litoral (POL), que el PP fue "incapaz" de aprobar cuando estuvo en el Gobierno, sin poner así freno a "desmanes urbanísticos y ambientales" que han acabado con sentencias judiciales.
Cree, además, que "a estas alturas", cuando los parques eólicos se han desarrollado ya en 16 de las 17 comunidades españolas y están presentes en muchos países, se puede decir que el desarrollo de esta energía "no ha causado graves consecuencias" para el patrimonio ambiental y paisajístico.
Ha incidido en la importancia de impulsar la energía eólica, que supondrá una inversión de 2.000 millones de euros y la creación de puestos de trabajo cualificados.
El consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, aseguró que la Consejería de Medio Ambiente defenderá los interés ambientales de Cantabria con mano férrea, con todos los instrumentos del ordenamiento jurídico.
De esta forma, salió al paso de las críticas de la diputada del PP Isabel Urrutia, que le ha acusado de dejar "indefenso" el territorio cántabro e "instigar" a los municipios a "mercadear" con él para la instalación de parques eólicos.
Frente a ello, el consejero reiteró que el desarrollo eólico regional estará sometido a "los más estrictos controles, gracias a un proceso de evaluación ambiental garantista" y criticó que el PP "trate de apropiarse de la preocupación legítima de algunos colectivos ciudadanos con fines estrictamente políticos, recurriendo a la manipulación y la mentira".
Para Martín, el desarrollo eólico regional discurrirá "por el camino de la más estricta legalidad, ya que todos los proyectos de instalación de aerogeneradores pasarán por la correspondiente evaluación de impacto ambiental, que tendrá en cuenta los efectos conjuntos de los mismos".
"Se trata de un proceso garantista y participativo durante el que cualquier ciudadano, colectivo o administración podrá acceder a los proyectos de las empresas adjudicatarias y presentar cuantas alegaciones estime oportunas", apostilló el consejero, y resaltó que "quien afirma que los proyectos de parques eólicos no serán sometidos a un exhaustivo análisis de impacto, miente".
En un comunicado, Martín consideró "clave" que los ciudadanos conozcan que el concurso convocado por el Gobierno de Cantabria ha tenido como objeto la asignación de potencias, es decir, "que de su resultado no se deriva la autorización de instalación de un solo aerogenerador, sino que faculta a las empresas adjudicatarias a presentar sus proyectos y ubicaciones deseadas que, en ese preciso momento, deberán superar los trámites ambientales correspondientes y someterse a examen público, lo que podría traducirse en una reducción del número de aerogeneradores inicialmente contemplado".
"Por tanto, a día de hoy, sólo pueden efectuarse estimaciones de impacto visual posible que, tal y como muestra la infografía elaborada por la Universidad de Cantabria, estarán muy por debajo de la capacidad de carga del entorno de la Bahía de Santander y, por extensión, del conjunto de los paisajes cántabros", agregó.
Martín afirmó que "si la pregunta es si los aerogeneradores van a verse desde diversos puntos de Cantabria, la respuesta es sí, pero en una escala que nada tiene que ver con las imágenes falaces y carentes de fundamento con las que el PP intenta confundir a la opinión pública con fines políticos".
En este sentido, el consejero de Medio Ambiente acusó al PP de actuar con "un egoísmo infinito al tratar de privar a los cántabros de una oportunidad de desarrollo socioeconómico sostenible sin precedentes, mediante una campaña de mentiras en la que no duda en poner en tela de juicio la honestidad de la Universidad de Cantabria (UC) y la valía profesional y personal de los autores de un informe riguroso, cuya sola existencia y puesta a disposición del ciudadano desmonta la mentira de la falta de criterio y transparencia del Ejecutivo".
En palabras de Martín, la UC "es un referente para nuestra sociedad, que contribuye al bienestar y desarrollo de Cantabria en términos sociales, culturales y económicos, por encima y más allá de colores políticos; y precisamente, su independencia y capacidad de resistirse a sus presiones es lo que parece molestar a la dirección del PP cántabro".
A su juicio, la postura del PP "no es de extrañar, a la vista de sus intentos de apropiarse de la preocupación legítima y respetable de varios colectivos ciudadanos en una búsqueda desesperada de réditos partidistas".
Por lo que respecta a los beneficios ambientales directos del desarrollo eólico, Francisco Martín aseguró que "se está ante un deber de solidaridad intergeneracional en la lucha contra el cambio climático, que no puede incumplirse al amparo de perspectivas cortoplacistas y que nos viene dado, a su vez, por nuestros compromisos internacionales de reducción de emisiones de CO2".
"Las afecciones visuales generadas por la instalación de parques eólicos son complemente reversibles y, cuando el desarrollo tecnológico en materia energética alcance el umbral que los convierta en un recurso superado, su desmantelamiento se efectuará con escasísimos o nulos costes ambientales", sentenció.
En palabras de Martín, el desarrollo eólico regional dará a Cantabria "el impulso necesario para alcanzar el cambio hacia un modelo productivo de valor añadido, inspirado por principios sostenibles y fundamentado en los empleos de calidad, la innovación y la seguridad, y competitividad en materia energética".
Este nuevo modelo, según dijo, "se traducirá en la inversión directa de 2.000 millones de euros y centenares más adicionales, gracias a la diligencia del Ejecutivo, que incluyó en las bases del concurso de asignación de potencia la obligatoriedad de que los adjudicatarios ejecuten inversiones en I+D+i y proyectos industriales en nuestra región, además de planes de implantación socioeconómica en las áreas de instalación de los parques, que tendrán como resultado una importantísima creación de empleo".
Además, las inversiones directas e indirectas se acompañan de ingresos complementarios para ayuntamientos y juntas vecinales, en concepto de tributos, convenios de colaboración y cesión de uso del suelo.
A este respecto, puso el ejemplo del parque eólico de Cañoneras (Soba), que reporta 110.000 euros al año a la Junta Vecinal titular de los terrenos, además de suponer una cantidad anual adicional para el Consistorio sobano de 80.000 euros.
De esta forma, "se brinda una oportunidad de mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos que viven en nuestras áreas rurales, compatible con la preservación del patrimonio natural, paisajístico y cultural, contemplada de forma estricta en los criterios de zonificación, de acceso público en www.genercan.es/genercan/plan_eolico/ampliar.php", apuntó.
Curioso esta oposición en quienes con tanto ardor defienden la continuidad de la central nuclear de Garoña o deben tener presente el Prestige, y se alejan de las posiciones de una derecha moderna y razonable.
Claro que con tanto "primo" escéptico ante el cambio climático, no extraña que hayan perdido dos elecciones generales. Esperemos que se tomen una tila, que los molinos no contaminan ni explotan, y se integran en el paisaje, como en La Mancha o en Holanda. Para muchos es una visión de sostenibilidad, empleo y paz, porque no requieren sangre por petróleo, ni emiten CO2, ni generan residuos radiactivos para la eternidad.
Siempre que se intenta desarrollar la eólica en alguna región, se desata la reacción de quienes prefieren Garoña, los residuos radiactivos y el CO2. La biodiversidad no se conservará sin frenar el cambio climático.
El Plan Eólico de Cantabria es un trabajo riguroso, que puede contribuir a crear empresas eólicas en la región, generar empleo y tejido industrial y reducir las emisiones de CO2. La histeria desatada es similar a la de otros lugares, y no se la debería prestar mucha atención. Los mismos que nunca se preocuparon por los impactos ambientales de las centrales nucleares y las termoeléctricas de carbón, y sólo les interesa el "paisaje" para frenar la eólica, mientras llenan el territorio de urbanizaciones y campos de golf.
El consejero de Industria y Desarrollo Tecnológico del Gobierno de Cantabria, Juan José Sota, rechazó las afirmaciones del PP sobre el titular de Medio Ambiente, Francisco Martín, a quien la oposición acusa de dejar ‘indefenso’ el territorio de la región e ‘instigar’ a los municipios a ‘vender y mercadear’ con el paisaje para la instalación de parques eólicos.
Frente a ello, Sota defendió la conducta ‘intachable’ de Martín y aseguró que los ‘populares’ están ‘mintiendo’ y ‘exagerando’ en relación al desarrollo eólico.
‘Me merece muy poco respeto la opinión del Partido Popular’, zanjó el consejero, para responder a preguntas de los medios sobre las declaraciones realizadas esta mañana por la diputada del PP Isabel Urrutia.
‘Urrutia puede decir lo que quiera’, comentó Sota, al tiempo que recordó que las leyes en materia de protección del medio ambiente están ‘para cumplir’.
En este sentido, aseguró que el Ejecutivo regional tiene ‘antecedentes’ sobre la ‘defensa’ del medio ambiente. Entre ello, mencionó el Plan de Ordenación del Litoral (POL), un ‘justificante claro’ de la preservación del territorio y el paisaje.
Tras indicar que los actuales parques eólicos ‘provienen de la etapa del PP’ en el Gobierno, el consejero de Industria insistió en que ‘quien dirige todo esto es el alcalde de Santander’, Íñigo de la Serna. Aseguró a este respecto que el regidor de la capital cántabra pone a sus asesores jurídicos ‘a disposición’ de otros ayuntamientos para realizar ‘maniobras’ y ‘recurrir’ el proyecto promovido por el Ejecutivo.
Con todo ello, Juan José Sota incidió en la conducta de Martín y ‘su defensa del medio ambiente’. Aspectos que también resaltó el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Javier López Marcano, quien destacó del titular de Medio Ambiente su ‘valiosísima’ formación y su ‘correcto’ comportamiento, ya que es ‘quien más sabe de respeto al medio ambiente y al medio natural’.
El desarrollo eólico proyectado por el Gobierno cántabro prevé generar una potencia de unos 1.500 megavatios y propiciar una inversión directa de alrededor de 2.000 millones de euros.
El concurso de parques eólicos, que se convocó en junio, dividió Cantabria en siete zonas susceptibles de acoger parques eólicos. Según el Gobierno, la superficie total apta para ubicar estas instalaciones sólo supone un 2 por ciento del territorio de Cantabria (10.500 hectáreas), determinada en función de los estudios previos de la Universidad de Cantabria y excluyendo zonas como las amparadas por el Plan de Ordenación del Litoral (POL) y los espacios protegidos, entre otras.
El Ejecutivo defiende el impulso de la energía eólica, no sólo por tratarse de una energía limpia y renovable sin residuos ni emisiones de CO2, sino también por las implicaciones económicas y de desarrollo que puede suponer para la región.
La energía eólica se traduce en importantes aportaciones económicas a los municipios donde se implantan los parques, generación de empleo especializado en las localidades del entorno y desarrollo del tejido industrial de Cantabria.
Además de las inversiones directas, calculadas en unos 2.000 millones de euros, se calcula que el desarrollo eólico generará inversiones indirectas en el desarrollo industrial de Cantabria y en fomento de I+D+i por importe de otros 1.000 millones de euros.
El Plan Eólico de Cantabria prevé 1.500 megavatios para 2011 y trata de recuperar el tiempo perdido con el Plan Eólico, lo que ha desatado la histeria de algún sector conservador del PP local (que diferencia con el PP de Castilla y León y otras regiones donde el PP gobierna), quizás molesto por no poder gestionar 2.000 millones de euros.
El potencial eólico de Cantabria asciende a un total de 3.500 megavatios, según refleja el ‘Estudio del recurso eólico de Cantabria’. Este informe fue elaborado en septiembre de 2005 por Meteosim S.L., ubicada en el Parque Científico de Barcelona, y su autor principal fue José Vidal Pérez.
Se trata de un estudio, encargado por la Dirección General de Industria, utilizando el sistema MesoMap, con el que se crearon los mapas de viento medio, las horas equivalentes para una máquina estándar y las zonas de implantación eólica.
El consejero de Medio Ambiente del Gobierno cántabro, Francisco Martín, ha acusado al Partido Popular de intentar jalear a las masas en contra del plan de desarrollo eólico que impulsa el Gobierno regional.
En este sentido, denunció que el PP está dando "carta de naturaleza y credibilidad" a una infografía que "cualquier niño" puede hacer en un ordenador con ‘photoshop’.
Para Martín, el PP está "abanderando una política de demagogia", e incluso "llamando a la rebelión social" contra este plan, mediante un debate en el que se está "ocultando la realidad" a la sociedad, dijo al ser preguntado en rueda de prensa por la polémica suscitada por este proyecto, especialmente en relación con la visibilidad de los aerogeneradores.
"No se ve, como ellos (el PP) quieren hacer creer a la sociedad", aseguró el consejero, quien señaló que los estudios realizados por la Universidad de Cantabria son "más que claros" a este respecto, y destacó que las zonas donde se están colocando los aerogeneradores en esas infografías "no están dentro de concurso eólico".
En este sentido, explicó que los aerogeneradores más próximos a la bahía de Santander están en Lunada, que "casi ningún día se ve", y "aunque se vea, estamos hablando de 20 kilómetros en línea recta", recalcó.
Martín también acusó al PP de hacer creer a la sociedad que "no va a haber evaluación ambiental, o poco menos", cuando, como en cualquier proyecto, ésta "está asociada a la ley y nadie se la puede saltar" y además la Consejería de Medio Ambiente "está para velar" porque "todo" se haga con "el menor impacto ambiental posible".
El consejero señaló que "tocará evaluar" los proyectos de los aerogeneradores cuando los concesionarios hayan hecho una propuesta sobre "dónde quieren colocarlos", y recalcó que se han restringido las zonas dónde estos pueden instalarse "al 2 por ciento" del territorio de la comunidad autónoma.
Señaló que estas zonas "potencialmente aptas" están definidas en el "detallado" estudio realizado por la UC "bajo el prisma de la visibilidad, por supuesto", y otros aspectos como que exista viento suficiente, su proximidad a líneas de evacuación y comunicación, y otros. Destacó además que "ni un sólo metro cuadrado que sale a concurso corresponde a ningún espacio con ninguna figura de protección".
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, en el estudio de la UC "quedan unas manchas pequeñas", centradas fundamentalmente en el Sur de Cantabria y que "no alcanzan ni el 2%" de la región, reiteró.
Frente a ello, contrapuso la infografía "plagada de aerogeneradores" utilizada por el PP, que "no es cierta" y que "no tiene ninguna carta de credibilidad", reiteró.
A juicio de Martín, es "un ejercicio de irresponsabilidad" enfrentarse a una política de "modernidad y de futuro" como es el desarrollo de las energías renovables, sobre las que "hay un consenso general", y que van a constituir un nuevo modelo económico en Cantabria.
Destacó que se trata de energías "sin ningún tgipo de afección" en el territorio, lo que permitiría que si "dentro de 30 años" se considera oportuno desmontar los aerogeneradores, podrá hacerse "sin ningún impacto".
Junto a ello, recordó que el plan eólico va a suponer una inversión inicial de más de 2.000 millones de euros para colocar a Cantabria en un "puesto importante" en este tipo de energías. En suma "es una garantía de futuro", subrayó el consejero, por lo que pidió "responsabilidad" a la hora de abordar este asunto.
La estrategia ambiental para el aprovechamiento de la energía eólica en Cantabria propone medidas de compensación ambiental y social con las que mitigar el impacto de los molinos sobre el paisaje.
Según el Grupo Sodercan se aboga por adoptar una estrategia que incluya medidas tanto de mitigación como de compensación que reduzcan los impactos al mínimo posible.
Así, en el plano ambiental se proponen medidas que no sólo eviten el daño ambiental, sino además obtener un bien "de la misma naturaleza y superior" al daño causado, de forma que, finalmente, el balance ambiental en conjunto sería positivo.
Como ejemplo, se sugiere la reimplantación de 1000 metros cuadrados de brezal en el entorno de un parque en el que se hubieran visto afectados 100 metros cuadrados de dicha formación vegetal, es decir, en una proporción de diez a uno.
De esta forma, se valora que no se tendría una pérdida de 100 metros, sino una ganancia de 900 metros cuadrados de brezal. Se obtendría, por tanto, además de un beneficio energético, un beneficio ambiental como consecuencia de la implantación de la actividad.
Además de la compensación meramente ambiental, es también aconsejable poner en práctica medidas de compensación con un significado social para los pobladores del entorno.
Estas medidas pueden incluir ayudas para la mejora o regeneración de pastizales o de áreas forestales, el diseño de las pistas de acceso a los parques de modo que sirvan también a los habitantes de la zona para acceder a sus propiedades, o bien para que cumplan además funciones de cortafuegos, etc.
La estrategia ambiental precisa que para que estas medidas funcionen se deben establecer, durante el proceso de concurso y de concesión de los parques, las obligaciones de los concesionarios sobre medidas de mitigación y de compensación de impactos.
Además, se estima que, en general, el coste de esas medidas será muy reducido en comparación con la inversión necesaria para la construcción y operación de los parques.
El informe incide en que la implantación de medidas de compensación es relativamente sencilla en el caso de que se vean afectadas unidades de vegetación, mientras que las medidas de mitigación de impactos visuales, cuando sean físicamente viables, son también de aplicación sencilla y costes reducidos.
Frente a esto, se considera que las dificultades pueden ser mayores si se trata de compensar efectos sobre aves o quirópteros, ya que las medidas encaminadas a aumentar el número de individuos o a extender sus áreas de distribución pueden presentar dificultades técnicas en el caso de ciertas especies.
En este punto, se recomienda que la compensación incluya la financiación de estudios que permitan conocer mejor el estado, distribución y comportamiento de las especies de aves u otras potencialmente afectadas, para así poder establecer estrategias de protección o de expansión más adecuadas.
En cualquier caso, la estrategia señala que una acción decidida en este sentido contribuiría de manera notable a mejorar la sostenibilidad de este tipo de actividad y a eliminar lo que podría ser uno de sus principales inconvenientes y motivos de oposición social, tanto en Cantabria como en otros lugares.
Por tanto, se afirma que se deben prever los mecanismos necesarios para llevar a cabo, por parte de la propia administración regional o bien por parte de un equipo independiente designado por ésta, el seguimiento y auditoría del proceso de diseño e instalación de cada parque, y también de la puesta en práctica de las medidas de compensación que procedan, con el fin de asegurarse de que la actividad se implanta de acuerdo con lo establecido, y que las medidas previstas son eficaces.
Los costes del citado seguimiento deberían sufragarse por parte de las empresas concesionarias, si bien el control del mismo debería corresponder a la administración regional. Las adjudicaciones que se hagan deberían incluir como condición que, caso de que la auditoría ponga de manifiesto que se produce una afección grave a una especie u otro elemento sensible y que no es posible la mitigación o compensación, se tendría que eliminar o desplazar algunos de los generadores u otras estructuras ya instalados.
Este seguimiento permitiría asegurarse de que la implantación de los parques se hace de forma sostenible, mejorar la imagen de las empresas y del sector en general y, por tanto, facilitar su aceptación por parte de la sociedad.
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La energía eólica en Cantabria – El plan eólico de Cantabria por Antonio Cendrero Uceda
Antonio Cendrero Uceda es catedrático de Geodinámica Externa de la Universidad de Cantabria y académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y responsable del equipo de la UC.
Según las noticias que me han llegado, en las últimas semanas se ha producido bastante polémica sobre las previsiones del Plan Eólico del Gobierno de Cantabria. Aunque me encuentro desde hace meses fuera de España y, por tanto, no he podido seguir los detalles de esa polémica, como responsable del equipo de la Universidad de Cantabria que realizó el estudio de identificación de los lugares potencialmente favorables para acoger los futuros parques eólicos, creo conveniente comunicar algunas reflexiones.
El estudio citado, realizado por encargo de la Consejería de Industria y de GENERCAN y para el que se formalizó el correspondiente convenio con la UC, tenía por objetivo identificar las zonas de potencial aprovechamiento de la energía eólica con un impacto ambiental mínimo. Conviene tener presente lo de ‘mínimo’, ya que el impacto ‘cero’ no existe, ni para esta ni para ninguna actividad humana. Se trata, por tanto, de buscar emplazamientos que permitan llevar a cabo la actividad con afecciones limitadas, ambiental y socialmente aceptables.
Como es lógico un estudio técnico de este tipo no es ni debe ser una prescripción que determine las decisiones finales. Es únicamente uno entre los distintos elementos de juicio que los responsables tienen a su disposición. Sin conocer las decisiones que tomará el Gobierno de Cantabria, me parece oportuno explicar el procedimiento seguido y los resultados obtenidos. Como coordinador del estudio, asumo la totalidad del contenido de los trabajos realizados por los diferentes equipos que contribuyeron al mismo y, por supuesto, la responsabilidad correspondiente, pero acepto como algo natural que otras personas tengan criterios distintos, porque toda evaluación se realiza desde una selección de criterios que siempre será debatible.
Se partió de un estudio preexistente, proporcionado por GENERCAN, en el que se identificaban las zonas con recurso eólico aprovechable. A continuación se descartaron todas aquellas en donde pudiera haber afecciones negativas a los siguientes elementos: calidad del suelo, Directiva Hábitat (incluyendo LICs y ZEPAs), red Natura 2000, formaciones vegetales de interés, turberas, árboles singulares, área de protección del Oso Pardo, áreas incluidas en el convenio Ramsar, espacios naturales protegidos, Plan de Ordenación del Litoral, perímetros de exclusión alrededor de núcleos de población y vías de comunicación, patrimonio arqueológico, histórico y geológico, aves, otras especies sensibles (catálogo de la Consejería de Biodiversidad).
En concreto, el estudio relativo a las aves, realizado por la Sociedad Española de Ornitología, ha tenido en cuenta las Áreas de Importancia para las Aves (IBA), los collados que son zonas de paso y las áreas de distribución de 7 especies muy significativas. Todas las áreas en las que, por parte de los grupos de expertos, se ha considerado que podría haber impactos no deseables sobre un elemento fueron eliminadas.
Con la mayoría de los elementos del medio, los que pueden decir si los impactos son aceptables o no son los especialistas correspondientes, y así lo han hecho. En el caso del paisaje la situación es diferente, ya que se trata de un problema de percepción cualitativa y sensorial que afecta a todo el mundo, muy influido por las apreciaciones subjetivas, y la opinión de los ‘especialistas’ no tiene por qué ser la que la sociedad considere más aceptable. Por ello, en el trabajo se ha acudido a proporcionar elementos de juicio para la decisión, que incluyen aspectos cuantitativos y de percepción.
Para cada polígono se ha determinado el «área de visibilidad máxima», o superficie de Cantabria desde la cual se podría ver, sea cual sea la distancia, un generador situado en el punto más alto de dicho polígono. Igualmente se ha determinado la superficie de visibilidad, número de generadores que se verían desde cada punto, número de personas residentes y km de carreteras de distinto tipo en dicha superficie, dentro de un radio de 8 km. Esto se ha hecho como mera orientación, para disposiciones hipotéticas de ‘molinos’ en los posibles parques. Por último, con el fin de abordar los aspectos de percepción, se han hecho simulaciones que permiten ver, de manera virtual y desde distintos puntos de vista, los despliegues hipotéticos citados.
Para esos despliegues se han hecho también simulaciones de barreras visuales (arbolado) que han servido para poner de manifiesto que en unos casos la mitigación de los impactos visuales es posible y en otros no. Lógicamente, los proyectos finales que presenten las empresas serán diferentes, y a partir de ellos se podrá definir con precisión su posible impacto visual. Lo que no hace el estudio es decir si un cierto impacto visual es o no aceptable. Simplemente lo mide y lo muestra. Ha de ser la sociedad, a través de sus órganos representativos o por el medio que se determine, quien diga lo que considera aceptable.
En conjunto, se han identificado 38 polígonos potencialmente aptos, con una superficie equivalente al 2% del territorio de Cantabria y al 6% de las zonas con recurso eólico aprovechable, lo que muestra que se ha sido muy riguroso con los criterios de exclusión. Para cada uno de esos polígonos se han indicado los pros y los contras que presentan y se han hecho recomendaciones a tener en cuenta al diseñar y ejecutar los parques.
En el trabajo se ha insistido en que lo que se delimitan son zonas potencialmente aptas, a falta de definir con exactitud el número, características y lugares de emplazamiento de los generadores e instalaciones complementarias en cada parque, así como el trazado y naturaleza de las pistas de acceso. Sin dicha definición, que ha de hacerse al diseñar por parte de las empresas los proyectos, es imposible evaluar con precisión los distintos impactos. Simulaciones como las que han aparecido en la prensa, o como las muchas que el propio equipo de trabajo ha realizado, son simplemente suposiciones apriorísticas para hacerse una primera idea.
Desde hace casi 40 años he dedicado la mayor parte de mi actividad académica a trabajos que han tenido como eje conductor la protección, conservación y uso sostenible del medio. Me considero claramente un ‘ambientalista’, pero procuro abordar el tema desde una perspectiva científica, basada en datos y razonamientos. Mi participación en organismos nacionales e internacionales sobre el Cambio Global me ha llevado al convencimiento de la importancia que tiene el que, en el plazo más corto posible, seamos capaces de sustituir los combustibles fósiles por otras fuentes de energía, preferiblemente renovables y no contaminantes (pero, no nos engañemos, nunca con impacto cero), y también de reducir nuestro consumo de energía. Personalmente creo que la apuesta por las energías renovables es acertada. Permiten aprovechar una fuente de energía que no se agota, no contaminan y son totalmente reversibles. En el futuro se pueden desmontar dejando una huella prácticamente nula en el medio.
Una última aclaración. Ni estoy ni he estado nunca ligado a ningún partido. No estoy «al servicio del gobierno» ni «a sueldo de las empresas eléctricas». Cuando la Consejería de Industria me pidió que coordinara este trabajo, dije desde el primer momento que lo haría, pero que quedara claro que yo no cobraría ni un euro, precisamente para mantener mi independencia, entre otros ante la propia Consejería. El que se suscite polémica en relación con temas como este es bueno y democráticamente saludable. Eso sí, conviene hacerlo contemplando las distintas variables implicadas, sin dogmatismos, sin pensar que uno tiene la verdad absoluta y que representa en exclusiva el sentir de la sociedad.
www.gruposodercan.es/archivos/documentos_contenidos/1050_13.EstrategiaAmbiental.pdf
www.genercan.es/genercan/plan_eolico/ampliar.php
www.genercan.es/genercan/plan_eolico/ampliar.php