“Dejemos hablar al viento”, decía el gran poeta estadounidense Ezra Pound. Y el viento habló. Los augurios lanzados desde las oficinas gubernamentales sobre el desarrollo de la energía eólica en la provincia comienzan a materializarse. Esta semana, la empresa alemana Sowitec, que opera en buena parte de Europa y ahora pretende abrir mercados en América Latina, presentó un estudio de factibilidad sobre dos áreas licitadas en la provincia, una en Zapala y otra en Arroyito. El resultado es alentador: la velocidad promedio de los vientos supera ampliamente los 7,5 metros por segundo, el número que convierte en viable una inversión de este tipo. El desafío ahora no es menor: conseguir capitales, que suelen ser esquivos a proyectos de largo plazo.
Uno de los máximos representantes de la firma en América Latina, Lucas Casabonne, aseguró a E&E que “Neuquén tiene mucho potencial eólico” y destacó varias de las ventajas que ofrece la provincia para este tipo de emprendimientos, más allá de la calidad de sus vientos.
“La zona históricamente se dedicó a la energía, y tiene muy buena infraestructura y experiencia en la materia. Los tendidos son excelentes y la posibilidad de conectarse a ellos es muy concreta. En la parte logística, hay grandes empresas que se dedican al tema y las podemos aprovechar”, explicó en un español claro, pero con resabios anglosajones.
Si bien las energías renovables son un concepto nuevo para la provincia y el país, Casabonne cree que “con el crecimiento de la industria irá aumentando el know how en la materia”.
“Muéstrame el dinero”, gritaba un enfurecido Jerry Manguire en el film protagonizado por Tom Cruise. La frase viene al caso porque lo más complicado de estos desarrollos, justamente, es el financiamiento. Abocados a ese tema, e incluso pensando en autofinanciarse gracias a su sociedad con un banco europeo, desde Sowitec creen que el mercado empezó a mirar con otros ojos a las energías renovables. En su caso, esperan invertir 340 millones de dólares en el desarrollo de ambas áreas.
“Estos proyectos son viables. Es cierto que compiten con otras inversiones a menor plazo, pero será nuestra tarea demostrar que es muy rentable invertir en un parque eólico. De hecho, la rentabilidad que puede obtenerse en Argentina es mayor que la de otros proyectos que ya se están realizando en América Latina”, resaltó el directivo.
La libertad de la empresa para disponer de la energía que genere le permitirá además poder armar contratos de venta convenientes. A su vez, la venta está prácticamente asegurada en un sistema que está al borde de sus capacidades y ávido de energía. ¿Quién pondrá el dinero? Esa es la otra pregunta. En Argentina existen pocos planes de financiamiento de energías alternativas, por lo que no son tenidos en cuenta en el plan de negocios de Sowitec.
“En volumen no son muchas las entidades que presten, pero existen y están atentas. No sólo en el mercado internacional sino en el local”, detalló Casabonne. Una reciente encuesta realizada a referentes del sector respalda su opinión y destaca cierto optimismo por estos desarrollos.
Claro que, de los papeles a la realidad, hay un largo trecho. La buena situación económica de Argentina en general y de Neuquén en particular, permite disipar ciertas dudas. “Vemos en el país varios proyectos en fase de realización y el ambiente de inversiones es muy favorable”, explicó.
Sobre el Estado neuquino, destacó el trabajo que desde la Provincia se realizó con la licitación de las áreas, a cargo de la Agencia de Desarrollo de Inversiones (ADI-Nqn). En total fueron 14, de las cuales estas dos son las más avanzadas. “Hay un pensamiento de win-win”, concluyó. Si el proyecto se realiza como está estipulado, los primeros aerogeneradores estarán funcionando para fines de 2013. Recién ahí se verá qué tanto ganó cada parte en esta relación.
El verde de un árbol, el verde del dólar. El Protocolo de Kyoto, un acuerdo para reducir las emisiones de carbono que incluye a todos los países industrializados menos a Estados Unidos y China, creó un mecanismo de compensación para las empresas que invierten en energías amigables con el ambiente.
Se lo conoce como bono de carbono o más popularmente como bono verde. Se trata de un papel que emiten estas compañías, una vez acreditado su carácter de reductor de gases de efecto invernadero, y que deben comprar otras empresas para aumentar su cupo de emisión de dióxido de carbono.
Desde Sowitec, Casabonne detalla que los ingresos de este origen no son para nada marginales. “Los proyectos que realizamos están pensados para cumplir estas metas y a menudo esos fondos determinan la viabilidad”, señaló. “Son importantes y los tomamos en cuenta”, remarcó. Por sus características, cualquiera de las empresas que invierta en Neuquén podrá acceder a este tipo de financiación.
La consultora KPMG International publicó recientemente una encuesta a 121 referentes de empresas nacionales e internacionales que operan en el país. El 63% de ellos consideró que el desarrollo eólico será el que más se dará en Argentina en el largo plazo. Pocos creen, sin embargo, que se cumpla con la ley 26.190, que estableció que en 2016 un 8% de la energía eléctrica sea producida a través de recursos renovables. Sólo el 36% se mostró optimista, mientras que el resto fue más cauto.
El capítulo que sorprende es el del financiamiento. Ante la pregunta sobre las fuentes de las que depende sus compañías para fondear inversiones renovables, el 54% respondió que lo hace a través de bancos, seguido por el 22% que mencionó fondos de la casa matriz. Nadie, en cambio, menciona los subsidios del Estado, aunque el 37% cree que aumentarán.
Roberto Aguirre, www.lmneuquen.com.ar