Obstáculos para la expansión de las renovables en México

En México, la generación de energía eólica, solar e hidráulica emplea las principales fuentes renovables. ¿Logrará el Gobierno de Sheinbaum aprovechar el enorme potencial y cumplir sus ambiciosas metas energéticas?

A través de una serie de reformas, la presidenta Claudia Sheinbaum busca acelerar la transición energética en México. Su Gobierno se ha comprometido a desarrollar las energías limpias y ampliar sus fuentes a un 38 por ciento hasta 2030. ¿Cuán realistas son estos objetivos gubernamentales?

«Es una meta muy difícil de alcanzar porque, el año pasado, se generó un 23 por ciento de energía a partir de fuentes limpias. Tendrían que crecer en cinco años 15 puntos porcentuales, estamos hablando de inversiones de entre 45.000 millones y 50.000 millones de dólares aproximadamente», explica Oscar Ocampo, Coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

«Es ilusorio, pero no deja de ser importante porque marca una visión, una ruta y un objetivo, que, aunque no se alcance, es importante que sea una prioridad del Gobierno», agrega en entrevista con DW.

Principales fuentes renovables

En México, las energías renovables se utilizan principalmente para producir electricidad, mientras que los combustibles fósiles reinan en el transporte y otras actividades, aclara Juan Manuel Núñez, Coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana.

Con más del 18 por ciento de participación, la generación de energía eléctrica solar, hidroeléctrica y eólica utiliza las principales fuentes renovables en el país, de acuerdo con cifras oficiales. Según la Asociación Mexicana de Energía Eólica, actualmente 71 parques eólicos operan en 15 estados.

«La energía nuclear y la geotermia, aunque representan menos del 5 por ciento combinado, son esenciales para la estabilidad del sistema eléctrico, ya que proporcionan energía continua, a diferencia de la solar y la eólica, que son intermitentes», especifica el Dr. Núñez, en declaraciones a DW.

Hace unas dos décadas, más del 40 por ciento del presupuesto federal dependía de los ingresos petroleros del país, que en el pasado fue uno de los principales productores de este recurso natural a nivel mundial. 

«El Gobierno ha transitado con éxito de depender del petróleo a tener una base fiscal mucho más amplia, sostenida, donde el petróleo juega cada vez un papel más pequeño», dice Oscar Ocampo, del IMCO.

No obstante, el experto señala que el gas natural sigue siendo la base para la generación eléctrica y la actividad industrial: «El 60 por ciento de la electricidad en México se genera a partir de gas natural, que es importado, casi en su totalidad, de Texas», en Estados Unidos. 

Por su parte, Miriam Grunstein, de la consultora Brilliant Energy Consulting, destaca el gran potencial de la energía solar, que actualmente representa alrededor de un siete por ciento del uso de fuentes renovables.

«El potencial solar es avasallador, prácticamente podríamos electrificar a casi todo el país con energía solar, con respaldo de gas natural», dice a DW.

«El sol brilla en México, lo que hace falta urgentemente es infraestructura de transmisión y distribución e instalación de sistemas independientes in situ para que esa energía llegue a las comunidades y localidades que no tienen acceso a la red», observa Grunstein, también académica del Centro para Estados Unidos y México de la Universidad Rice, de Houston, Texas.

«También hay un enorme potencial de biogás. Tenemos la materia prima, pero la infraestructura es insuficiente», añade la experta.

Obstáculos para la expansión de renovables

A juicio de Juan Manuel Núñez, de la Universidad Iberoamericana, los principales obstáculos para la expansión de las energías renovables en México son de naturaleza regulatoria y estructural.

«En lo regulatorio, las políticas han sido contradictorias: primero abrieron el mercado a privados, pero recientemente priorizan a las empresas estatales como la CFE (Comisión Federal de Electricidad) y Pemex, lo que genera incertidumbre y frena nuevas inversiones», observa.

«En lo estructural», prosigue, «la red de transmisión eléctrica es insuficiente para integrar eficientemente la energía renovable, especialmente en regiones con alto potencial eólico y solar. Además, algunos proyectos enfrentan conflictos sociales y ambientales por la falta de consulta previa, lo que genera oposición comunitaria».

Viola Traeder, dw.com