Según la plataforma proambiental Clean Technica, el sector de generación de electricidad de Zimbabue se enfrenta a una infraestructura envejecida, a retos medioambientales y a una transición lenta hacia las energías renovables.
Con una capacidad instalada de casi 3.000 MW, la Zimbabwe Power Company (ZPC) se enfrenta a importantes obstáculos, entre ellos, plantas térmicas poco fiables, escasez de agua para la energía hidroeléctrica y un sector de productores independientes de energía (IPP) lento.
Las principales plantas térmicas de la ZPC, en particular las seis unidades a carbón de Hwange con una capacidad combinada de 920 MW, sufren averías frecuentes. Se están realizando esfuerzos de rehabilitación para restaurar estas unidades a plena capacidad y añadir otras nuevas, con planes para las unidades 9 y 10. Sin embargo, las plantas a carbón más pequeñas de Harare, Munyati y Bulawayo, cada una capaz de generar unos 80 MW, han sido desmanteladas porque ya no es económicamente viable su funcionamiento.
Recientemente, Hwange recibió un impulso con la puesta en servicio de dos nuevas unidades alimentadas con carbón (unidades 7 y 8) que agregaron 600 MW a la red, lo que proporcionó un alivio muy necesario en medio de la escasez crónica de energía de Zimbabwe.
Mientras tanto, la central hidroeléctrica de la presa Kariba, tradicionalmente un contribuyente confiable con una capacidad de 1.050 MW, actualmente genera solo 100 MW debido a los bajos niveles de agua causados ??por sequías recurrentes. Esta es la tercera vez en cinco años que la escasez de lluvias ha afectado gravemente la producción de la planta, lo que subraya la creciente amenaza del cambio climático para la seguridad energética de la región.
Zimbabwe ha otorgado más de 100 licencias para proyectos de energía renovable, incluidos solar y eólico, pero menos del 4% de la electricidad del país es generada actualmente por IPP. La incertidumbre financiera, impulsada por la moneda volátil de Zimbabwe y las presiones inflacionarias en las últimas dos décadas, ha obstaculizado el progreso. Los promotores han tenido dificultades para conseguir financiación, en particular para los contratos de compraventa de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés), y un caso judicial histórico ha reforzado recientemente los desafíos de operar en el entorno monetario de Zimbabwe.
A pesar de estos obstáculos, el sector solar a gran escala de Zimbabwe está mostrando signos de impulso. Centragrid completó recientemente una planta de energía solar de 25 MW en Nyabira, a unos 35 km de Harare, que ahora suministra electricidad a la red nacional. El proyecto se financió con el apoyo de los fondos de pensiones locales, incluido NSSA, y la firma de inversiones Old Mutual, lo que marca un hito importante como la segunda instalación solar más grande del país.
La más grande es la planta solar de 35 MW de Zimplats cerca de Selous, parte de un proyecto más grande de 185 MW cuyo costo se estima en 201 millones de dólares. La primera fase, con un costo de 37 millones de dólares, está operativa, y la segunda fase, una planta de 45 MW, ya está en marcha.
Planta solar de 25 MW en Nyabira. Imagen cortesía de Centragrid.
Otros proyectos importantes en trámite incluyen una planta solar de 36 MW para el fabricante de cemento PPC, un proyecto solar de 100 MW para el productor de ferrocromo Afrochine y otra instalación de 100 MW para la nueva planta de Dinson Steel en Manhize. En conjunto, se espera que estas iniciativas agreguen más de 450 MW de capacidad solar a escala de servicios públicos en los próximos años.
El camino de Zimbabwe hacia la energía renovable ha estado plagado de desafíos, pero los éxitos recientes en el desarrollo solar ofrecen un rayo de esperanza. Las partes interesadas están pidiendo una transición acelerada para diversificar la combinación energética del país, reducir la dependencia de las antiguas plantas de carbón y mitigar el impacto de las sequías inducidas por el cambio climático.
Si bien la revolución de la energía renovable de Zimbabwe aún está en sus primeras etapas, el progreso realizado por desarrolladores como Centragrid y Zimplats indica un posible punto de inflexión. A medida que el sector continúa ganando terreno, el futuro del panorama energético de Zimbabwe podría cambiar hacia un modelo más sostenible y resiliente.