Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), China se dispone a ampliar su capacidad de energía renovable en casi 3.207 GW entre 2024 y 2030, triplicando el crecimiento observado en los seis años anteriores.
Se prevé que las incorporaciones anuales de energía renovable superen los 500 GW en 2030, y la energía solar fotovoltaica (PV) representará el 80 por ciento de este aumento. Este rápido crecimiento ya ha hecho que China supere su objetivo de 2030 de 1.200 GW de capacidad solar fotovoltaica y eólica seis años antes de lo previsto, alcanzando el hito en julio de 2024.
La capacidad de fabricación de energía solar fotovoltaica de China ha aumentado desde 2022, superando significativamente la demanda nacional y mundial. Este exceso de capacidad ha hecho bajar los precios de los módulos, lo que hace que la energía solar fotovoltaica sea más competitiva con los precios de la energía regulada. Si bien esto beneficia el despliegue local, las medidas comerciales están desacelerando el crecimiento en los mercados de exportación, lo que enfatiza aún más la necesidad de un mercado fotovoltaico interno sólido para absorber el exceso de oferta.
Desde la eliminación gradual de los subsidios del gobierno central, China ha hecho la transición a contratos de compra de energía a largo plazo para los desarrolladores de energía eólica y solar fotovoltaica, fijados a precios de electricidad de referencia provinciales definidos en gran medida por la generación de energía a partir de carbón.
A pesar de la interrupción de la política de tarifas de alimentación en 2020, la capacidad solar fotovoltaica de China casi se triplicó hasta alcanzar los 261 GW en 2023. Las nuevas instalaciones solares fotovoltaicas y eólicas terrestres a gran escala tienen ahora costes de generación más bajos que las instalaciones a carbón en la mayoría de las provincias, lo que contribuye a una perspectiva optimista de energía renovable.
El pronóstico de la AIE proyecta que la capacidad renovable variable total de China alcanzará los 4.225 GW en 2030, aunque se espera que la tasa de crecimiento de las incorporaciones de energía solar fotovoltaica se desacelere. El pronóstico se ha revisado al alza en un 24 por ciento a partir de 2023, lo que refleja varias tendencias clave. El exceso de oferta de módulos solares fotovoltaicos ha reducido los costos, y la caída de las tasas de interés desde enero de 2023 ha mejorado aún más la competitividad de la energía solar fotovoltaica frente a la electricidad a base de carbón. Además, las recientes reformas del mercado eléctrico y los sistemas de certificados verdes han permitido a los desarrolladores acceder a precios más atractivos que los ofrecidos por los contratos regulados. En las provincias donde los mercados mayoristas locales comercializan más energía, los precios de la electricidad son más altos, lo que impulsa la rentabilidad de los proyectos renovables. La política piloto de energía fotovoltaica en todo el condado de China, que obliga a que un porcentaje de los tejados estén equipados con paneles fotovoltaicos, junto con el aumento de los precios minoristas de la electricidad en 2023, también ha impulsado un rápido despliegue de la energía solar comercial e industrial.
Sin embargo, la rápida expansión de la energía solar fotovoltaica y eólica terrestre ha creado importantes desafíos de integración en la red. La reducción de la energía solar fotovoltaica y eólica a escala de servicios públicos está aumentando en las provincias del norte y noreste, lo que pone a prueba la economía de los nuevos proyectos. Se espera que las limitaciones de la red de transmisión y los crecientes desafíos de la red de distribución, especialmente con la incorporación de 180 GW de capacidad fotovoltaica comercial y residencial desde 2021, afecten a la viabilidad financiera de los proyectos futuros.
