ENERGÍA DIARIO.: ¿Cómo dibujaría el escenario de partida del sector eólico tras la Convención Eólica 2009?
JOSÉ DONOSO.: El punto de partida es, al menos, emocionante. Estamos culminando la primera fase de desarrollo de la energía eólica en España, con casi la totalidad de los 20.155 MW previstos instalados. Nos encontramos ante el momento de rediseño del sector eólico del futuro, con un objetivo claro: los 40.000 MW instalados para el año 2020. Un objetivo que esperamos que el Gobierno mantenga, puesto que el ministro de Industria ha reiterado este dato en diferentes ocasiones.
Por tanto, estamos en el momento en que debemos rediseñar las reglas del juego, al tiempo que rediseñamos el entorno, para focalizar cómo será ese futuro del que estamos hablando. No debemos olvidar que el objetivo previsto equivale a todo lo que hemos hecho hasta la fecha y pasaremos de 20.155 MW a 40.000 MW en tierra, además de otros 5.000 MW offshore.
Por tanto, nos encontramos en un momento excitante y emocionante por ver cómo evolucionará el desarrollo del sector. Pero también estamos ante la responsabilidad de no equivocarnos en el rediseño de estas nuevas reglas, ni por nuestra parte (los responsables sectoriales), ni por la del Ejecutivo, para que la energía eólica siga manteniendo éxito como solución energética en nuestro país.
E.D.: Como bien sabe, la caída de la demanda en el sector eléctrico es ya una realidad, ¿en qué medida está afectando este déficit al mundo eólico? ¿Se están produciendo desconexiones de los parques eólicos como se ha informado por algún medio?
J.D.: Realmente, no existen estas desconexiones. Al menos, no como se informó en algún medio de comunicación. Es rotadamente falso que existan desconexiones por la caída de la demanda eléctrica. Lo que si han existido son desconexiones parciales o puntuales, como la que hubo en noviembre del año pasado a consecuencia de un momento pico y por otras cuestiones.
Asimismo, también ha habido desconexiones puntuales motivadas por los retrasos en las infraestructuras, como es el caso de la línea de Boimente (Lugo) y algunas más. Se trata de paradas coyunturales, por no alcanzar la fecha prevista, pero nunca porque exista una sobrecapacidad instalada eólica que, unido al déficit de demanda, esté produciendo esos cortes. Esa situación no existe.
E.D.: Hasta qué punto la idea de que las diferentes tecnologías "luchen" en el mercado podría afectar a las mismas a medio o largo plazo, teniendo en cuenta que las energías renovables deben ser absorbidas por el sistema.
J.D.: Competencia entre las diferentes tecnologías siempre existe y debe existir. Quien trabaja con una tecnología cree que es la mejor, o al menos es con la que obtiene rentabilidad y objetivos y, por eso, intenta introducirla en el mercado. Sin embargo, al final son los decisores políticos los que, según criterios, convicciones, las orientaciones sociales o su posición, construyen el mapa del mercado energético. Desde luego no hablamos de un mercado de zapatos, sino de un mercado que afecta tanto a las renovables como a cualquier otro tipo de energía, en el que las decisiones tomadas dependen del poder político. Y en el sector energético hay que tener en cuenta que las inversiones son a medio y largo plazo, nunca cortoplacistas.
Lo cierto es que estamos ante una crisis como la actual, coyuntural y derivada de cuestiones que afectan a los mercados financieros, pasará en un tiempo determinado de uno, dos o tres años. Entonces volveremos a una situación de crecimiento, seguramente no tan intensa como la anterior, y países como el nuestro tendrán una recuperación más lenta que otros. Sin embargo, en ese momento, nos encontraremos con la crisis estructural, la crisis precedente a la actual. La crisis por las materias primas y, en particular, por la que produce energía. La emergencia de países como China, India, Brasil o México incrementará, de manera muy importante, la demanda sobre la energía y las materias primas.
Por ello, en nuestro sector no se pueden tomar decisiones cortoplacistas en función de la caída de la demanda eléctrica durante este año en concreto. Si esto fuera así, resultará que cuando vuelva a crecer la demanda, no estaremos en condiciones de atenderla porque necesitaremos, al menos, siete años para recuperar el nivel anterior de las inversiones.
Por todo ello, las decisiones políticas en materia de energía deben hacerse siempre, mirando el largo plazo, atendiendo a razones estructurales más que a la coyuntura. Mal haría el decisor político, si en este momento se deja llevar por unas circunstancias coyunturales para tomar decisiones a largo plazo.
ENERGÍA DIARIO: ¿Cuáles son los efectos del Real Decreto 06/2009? ¿Cuál es el grado de cumplimiento actual del objetivo fijado para la tecnología eólica? ¿Cómo se modifica el papel de las Comunidades Autónomas en la gestión de registro de preasignación?
JOSÉ DONOSO: El Real Decreto ha convulsionado un poco el sector, puesto que ha creado un precedente negativo, al ser la primera vez que el Ministerio de Industria toma una decisión de este tipo sin previa consulta o conversaciones con el sector. Se han cambiado de improviso las reglas del juego, sin que nadie haya tenido tiempo de adaptar sus estrategias y previsiones para afrontar estos cambios. Por este motivo, hemos pedido a la Secretaria de Estado que se aplique con una cierta flexibilidad, puesto que es una ley sobrevenida y puede tener repercusiones económicas, tanto para los grandes, como para los pequeños inversores.
Sin embargo, también consideramos que tiene sus elementos positivos. El 06/2009 abre un registro de preinscripciones con el que se tendrá derecho a la tarifa del R.D. 661/2007 sólo con inscribirse y tener una serie de requisitos cumplidos, sin necesidad de alcanzar la puesta en marcha del parque eólico. El modelo actual introducía posibles distorsiones en función de cuando se finalizara el mismo que en el período límite de aplicación podría introducir problemas de saber cual era la tarifa que iba a tener el parque en concreto. Mediante estas inscripciones se pretenden cubrir los 20.155 MW, que se alcanzarán en mes o mes y medio. En caso de no alcanzar esa cifra, el que primero llegue, es el primero que toma, es decir, “first arrive, first take”, hasta alcanzar el cupo.
Con el 661, la puesta en marcha definitiva del parque se tenía que realizar en el periodo de un año después de que se alcanzara el 85% de los 20.155 MW, arriesgando por tanto inversiones, puesto que si la construcción no estaba terminada en fecha, se pasaría de forma automática a la nueva retribución, lo que hoy en día es desconocido.
Por el contrario, con el nuevo Real Decreto-Ley se arriesgan papeles y se gana en estabilidad, en confianza, porque los inversores saben en qué tarifa están incluidos, borrando la incertidumbre que generaba el 661. Además, al ser un proyecto asegurado retributivamente, la financiación ya no es un problema, puesto que el 06/2009 permite la construcción del parque en 36 meses, aumentando el margen de maniobra en este sentido, algo que se había complicado en la situación actual. Sólo existe un requisito nuevo, el aval de 20.000 euros por megavatio, pero teniendo financiación para el proyecto y su retribución, el aval no debe suponer una barrera.
En cuanto al papel de las Comunidades Autónomas, a pesar de ser un aspecto polémico, tampoco cambia nada. El R.D-Ley 6/2009 mantiene que las autorizaciones administrativas las concedan las Comunidades Autónomas, por lo que siguen siendo llave a la hora de autorizar los proyectos, como ocurre con los puntos de conexión. El único cambio visible será que ahora las Comunidades Autónomas se tendrán que dar prisa en sacar a concurso sus proyectos, porque si la tendencia es que la tarifa sea decreciente como pretende Industria, habrá que correr para sacar las mejores condiciones posibles. En este sentido, también en cierto modo es positivo porque algunas Comunidades han sido más remisas en sus proyectos, llevan años prometiendo la salida a concurso de las mismas y este elemento puede desbloquear su actuación.
E.D.: Reglamentariamente, y una vez alcanzados los objetivos, se prevé la promulgación de un nuevo decreto para la energía eólica. En este sentido ¿se están llevando a cabo conversaciones con la Secretaría de Estado de Energía? ¿Qué tipo de avances puede anticipar?
J.D.: Efectivamente, estamos manteniendo conversaciones con la Secretaría de Estado de Energía y les hemos trasladado la urgencia de aprobar un nuevo Real Decreto, aunque estos primeros acercamientos están en una fase que podemos calificar de preliminar, en la que solamente se están poniendo ideas sobre la mesa y analizando si son o no aplicables. Más o menos en un periodo máximo de dos meses, el sector alcanzará el cupo de los 20.155 MW y será entonces cuando el sector se quedará parado, algo que no nos podemos permitir, puesto que creará un clima de incertidumbre enorme respecto a los proyectos puestos en marcha. Por este motivo, es muy urgente contar con ese nuevo marco regulatorio, para evitar la ralentización del sector. Lo positivo es que la Secretaria de Estado ha comprendido esta urgencia y en su espíritu prevalece la bilateralidad.
Sobre la mesa hemos puesto el objetivo marcado por el Ministro y que el mismo ha repetido en numerosas ocasiones: los 40.000 MW para el año 2020 en tierra, de los que 5.000 MW estarían orientados a la repotenciación. Además habría que sumar otros 5.000 MW para la eólica marina.
E.D.: Hablando del proceso de repotenciación, ¿cuántos MW entrarían en esa fase o serían susceptibles de ser sustituidos?
J.D.: Nosotros consideramos que deberían ser 5.000 MW hasta el año 2020, puesto que su sustitución no va a ser inmediata, porque las instalaciones de partida tienen su propio calendario y ciclo de vida. Los primeros proyectos que se amortizarán van a empezar a ser sustituidos a partir del año 2013. Debemos pensar que existen enclaves con buen recurso eólico, pero cuyos aerogeneradores están obsoletos. Por eso queremos que se realice un Plan Prever para sustituir esos aerogeneradores, a la vez que reducimos el impacto sobre el paisaje y aprovechamos la eficiencia de esos enclaves, en vez de lugares nuevos con menos viento y menos productivos.
E.D.: Respecto a la energía eólica marina, ¿qué desarrollo y posibilidades tiene ahora mismo esta tecnología en España?
J.D.: España no es el país que reúna las mejores condiciones naturales para desarrollar la eólica marica, puesto que esta tecnología necesita vientos regulares y una plataforma continental amplia (esta quizá es la cuestión más compleja). En todo caso, siempre es más caro la instalación de un parque en el mar que en tierra, por lo que para exista una competencia con la eólica de tierra, ésta debe estar muy antropomorfizada.
El paraíso natural para la marina eólica es el Mar del Norte. Contra lo que la gente piensa, el Mar Mediterráneo es un mar muy profundo, mientras que el Mar del Norte tiene una plataforma continental que va desde Escandinavia a las Islas Británicas, prácticamente unida, con lo cual es un mar poco profundo.
A pesar de ello, pensamos que existen emplazamientos en España y estimamos que habrá proyectos para 5.000 MW, estando disponibles los primeros parques entre 2013 y 2014.
E.D.: ¿Cómo valora las relaciones del sector eólico con Red Eléctrica de España sobre todo en lo que se refiere al desarrollo de las infraestructuras y la conexión de los parques? ¿Cuáles son los puntos de mejora?
J.D.: Red Eléctrica de España es nuestro socio indispensable. Necesitamos a REE para poder conectar nuestros parques, por lo que mantenemos con ellos un diálogo permanente.
Entre los puntos de mejora, queremos que se cumpla el plan de infraestructuras aprobado, pero a tiempo, porque sino eso puede generarnos cuellos de botella para el desarrollo sectorial. No estamos pidiendo nada más, sólo que se cumpla la ley, que se cumpla el plan y, a ser posible, que se cumpla el calendario para la interconexión con Francia, de forma que que pase de ser una intención política a ser una realidad. Esto sería muy positivo y nos permitiría desbloquear y facilitar la integración de la potencia de los parques.
E.D.: Háblenos del sector eólico desde el punto de vista internacional, con el "efecto Obama" como telón de fondo. ¿Cuál es la situación de esta industria exportadora y qué papel puede suponer la administración Obama para las empresas españolas?
J.D.: El sector eólico español está internacionalizado de una forma que pocos sectores de la economía española tienen, con un posicionamiento muy fuerte. Hoy en día empresas españolas trabajan desde China a Estados Unidos, desde la fabricación a la exportación de componentes, pasando por la promoción. Hay grandes promotores y fabricantes como Iberdrola, Acciona o Gamesa, pero también tenemos pequeñas y medianas empresas que están yendo a los países del este, a Estados Unidos y están desarrollando parques en Minnesota, Texas o Bulgaria. La acumulación de know how y de capital ha beneficiado el mercado español, que puede ir fuera con esa experiencia e incrementar su actividad sin complejos, lo que nos ha permitido posicionarnos internacionalmente.
Desde luego, el plan Obama presenta unas oportunidades excepcionales para las empresas españolas que están en la "pole position" pero tampoco nos engañemos, no será fácil, nadie nos regala nada y hay que competir fuertemente. Tenemos la ventaja de ser pioneros, de ser los colonos, por lo que aprovechamos el mercado desde el primer momento. Sin embargo ahora hay que ser competitivo. Ahora somos líderes, pero para seguir siéndolo hay que mantener la forma física.
E.D.: En este contexto, ¿cuáles son los países que ofrecen mayores oportunidades de negocio para el sector eólico español?
J.D.: En términos generales sería Europa Occidental, Las empresas españolas tienen una actividad muy activa en Italia, Francia, Portugal, Grecia, incluso en Alemania, Reino Unido y los países del Este. China, con todas sus complejidades también muestra oportunidades muy interesantes. En un segundo apartado y desarrollo temporal, estarían los países de Sudamérica y el Norte de África.
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