EDP y Engie reclaman la subasta de eólica marina en 2025 para cumplir con el PNIEC

Si el Gobierno quiere cumplir con los objetivos de eólica marina a 2030 fijados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la primera subasta tiene que ser lanzada el próximo año, sin más demoras. Ésta es la postura de Ocean Winds, la joint venture participada al 50% por EDP Renovables y Engie.
En un encuentro con la prensa con motivo de una visita al proyecto de eólica marina WindFloat Atlantic -el primer parque flotante semi-sumergible del mundo y que cuenta ya con cuatro años en operación- el director de desarrollo de negocio para España de la compañía, Manuel Fernández, consideró que, a pesar de que ya «hay camino recorrido» para impulsar la apuesta país por esta tecnología, se está «en el límite» para cumplir con los objetivos a 2030, fijados en tres gigavatios (GW) de eólica marina. Y eso «siempre que haya un concurso en 2025».
Este mismo martes, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto, altamente demandado por el sector, por el que se regula la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables ubicadas en el mar, el marco normativo de referencia para desarrollar este tipo de instalaciones.
Posteriormente, otra orden ministerial convocará el concurso, estableciendo el calendario para la subasta y otros elementos, que podrá incluir modificaciones de los parámetros y criterios derivadas del diálogo público celebrado entre promotores y actores afectados.

De esta manera, Fernández estimó que un plazo «razonable» sería que esa orden ministerial para la convocatoria del concurso viera la luz en un plazo de unos seis meses después del real decreto.
Ocean Winds, compañía creada en 2020 y con sede en Madrid, aspira a ser «protagonista en el avance de la eólica marina flotante en España», proclamaron el director de proyectos para España y José Miguel Moreira Pinheiro, ‘country manager’ para el Sur de Europa de la compañía y director del proyecto WindFloat Atlantic. «Manaña tendríamos capacidad para diseñar algo concreto, nuestro y diseñado para la costa en concreto», dijo Fernández.

En este sentido, los dirigentes de la joint venture de EDPR y Engie destacó que para que ese desarrollo de la eólica marina flotante como apuesta país sea una realidad se necesita contar con «la voluntad del Gobierno central y de los gobiernos autonómicos».

«Allí donde haya zona permitida para ello, conexión a la red y una voluntad de los gobiernos de desarrollar proyectos, ahí estaremos», dijo, eso sí, subrayando que «no habrá más proyectos que los que quiera el Gobierno» dentro de esas Zonas de Alto Potencial (Zaper) identificadas en los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM)», en referencia al aluvión de anuncios sobre futuribles proyectos que se han dado.

Además, Fernández aseguró que lo que más sentido tendría sería iniciar con un primer concurso en Canarias, más que uno global, ya que existe «una razón energética y económica» para el desarrollo de la marina flotante.

Posteriormente, tras el arranque en aguas insulares, apostó por seguir avanzando la tecnología en aguas de comunidades como Galicia, Cataluña o Asturias.

Ocean Winds cuenta actualmente en su portfolio con un total de 16 proyectos en ocho países, acumulando una capacidad bruta que supera los 18 GW.
«LA MADUREZ DE LA EÓLICA FLOTANTE DEMOCRATIZARÁ LA ‘OFFSHORE’»

En este sentido, Moreira Pinheiro aventuró que la eólica marina flotante ya es una tecnología que «permite acceder a una serie de países a la eólica marina». «Con la madurez de la flotante se democratizará la offshore, dijo.

Como ejemplo de ello, Ocean Winds presenta el éxito de WindFloat Atlantic, proyecto propiedad al 65,17% de la ‘joint venture’ y en el que también participan Tokyo Gas (21,2%) y Repsol (13,63%), cuyas tres turbinas, que suman una capacidad de más de 25 MW, suministran energía a la red nacional portuguesa desde 2020.
Así, este proyecto pionero cuando se lanzó registra ya una producción total acumulada de 320 gigavatios hora (GWh), proporcionando energía cada año a más de 25.000 hogares, evitando, además, más de 33.000 toneladas de emisiones de CO2 y habiendo creado 1.500 puestos de trabajo directos e indirectos.

Además, durante sus cuatro años de operación, este parque eólico marino flotante ha superado ya con éxito desafíos como olas de hasta 20 metros de altura y ráfagas de viento extremas, asegura la empresa.