Luminaria combina energía solar y eólica

Disponer de farolas que se alimentan de forma independiente a la red eléctrica puede ser muy útil en determinados casos. Así lo creen Rubén Melendre y Noelia López, autores de un innovador proyecto basado en una luminaria que combina la energía solar y la eólica para abastecerse. La idea, que comenzó como un proyecto fin de carrera, ha obtenido hoy uno de los premios de la primera edición del concurso de Ideas Empresariales promovido por la Universidad de Valladolid en colaboración con el Ministerio de Educación.

Tal y como ha detallado a DiCYT Rubén Melendre, del proyecto fin de carrera se pasó al Programa CREA del Ayuntamiento de Valladolid, lo que ha permitido realizar el estudio de viabilidad de la idea emprendedora. “Nuestro proyecto se basa en la iluminación a través de una nueva tecnología que une energía solar y eólica. En una misma farola utilizamos estos dos tipos de energía y, a través de una batería, la almacenamos y hacemos que la farola funcione de manera autónoma”, asegura el emprendedor, quien añade que podría emplearse en zonas abiertas donde haya gran incidencia solar o de viento.

La idea nace del trabajo de Rubén Melendre y Noelia López en Red Eléctrica. “Surgió en base a una necesidad, y es que hay algunas subestaciones que tienen problemas de abastecimiento porque están en zonas bastante aisladas, sobre todo una zona concreta de Burgos que cuando nieva se queda aislada”. Estas subestaciones necesitan una iluminación perimetral y, en caso de una caída de la red, “lo que hace es alimentarse de la energía que hay en la subestación, que se almacena a través de unas baterías”.

Entonces, “para eliminar todo ese tipo de iluminación y evitar un consumo mayor lo que tratamos es de alimentar la zona perimetral con estas farolas, cuyo abastecimiento energético es independiente, supone un menor coste de instalación y no supone un consumo en caso de emergencia”, precisa el investigador.

El objetivo del proyecto empresarial es realizar estudios de eficiencia energética especializados en este tipo de iluminación, una nueva técnica “que sería un primer paso para la empresa, ya que luego se podrían incluir otra serie de desarrollos de eficiencia energética a partir, por ejemplo, de energía termosolar u otras renovables”, precisa Melendre, estudiante de Ingeniería Técnica Industrial Especialidad en Electricidad.

Innovación en educación

El otro ganador de los premios Ideas Empresariales ha sido Jesús Juárez Polo, estudiante de Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas. Juárez ha proyectado distintos dispositivos educativos para ayudar al desarrollo cognitivo, emocional, social, lingüístico o visual infantil, haciendo hincapié en niños que requieren una educación especial.

“Se trata de aplicaciones baratas de desarrollar que no necesitan una inversión inicial. El IPAD, por ejemplo, es un dispositivo que funciona casi como un juguete para los niños, que lo pueden tocar, tiene sonido y es muy interactivo para ellos, y se puede aprovechar con aplicaciones especiales también para aquellos que tengan dificultades visuales u otras discapacidades”, apunta Juárez.

Los premios Ideas Empresariales tienen como objetivo fomentar el espíritu empresarial entre los jóvenes estudiantes de la Universidad de Valladolid. El premio consiste en una Tablet PC y una subvención por valor de 2.500 euros que será gestionada por la Universidad de Valladolid y estará destinada al análisis y estudio de la viabilidad de ambos proyectos.

Además, los dos alumnos viajarán a Oporto en representación de la Universidad de Valladolid los días 12, 13 y14 de septiembre para participar en la I Escuela de Verano para Jóvenes Emprendedores, organizada por la Universidad Católica de Portugal en el marco del proyecto europeo C-PRO, financiado por el programa ALFA III, y en el que la Fundación General de la Universidad de Valladolid participa como socio. Los premiados tendrán allí la oportunidad de compartir experiencias e intercambiar ideas con otros jóvenes emprendedores de las universidades latinoamericanas socias del proyecto.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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