Mejora de la energía eólica en Cataluña

Hoy nos hemos despertado con la noticia de que el Conseller de Política Territorial i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Lluís Recoder, ha decidido reiniciar la tramitación del mapa eólico catalán – de las Zonas de Desarrollo Preferente, ZDPs.. Una buena noticia en el marasmo que mantiene a Cataluña en la cola del estado en cuanto a energías renovables se refiere – ayudando, de paso, a seguir cómodamente en su primera posición como productora de energía nuclear.

Cuando entraron los gobiernos tripartitos, parecía que finalmente se realizaría un cambio hacia un modelo energético más sostenible en Catalunya. Pero ante unas eléctricas que querían mantener las nucleares e impulsar ciclos combinados, y que utilizaban su posición de fuerza como distribuidoras para dificultar el acceso a las redes a nuevos competidores, y de unas plataformas de defensa del territorio que confunden éste con el medio ambiente y que han ido virando hacia unos criterios cada vez más “paisajísticos”, los tripartitos optaron por marcarse un techo muy bajo de potencia eólica instalada para 2015 – solamente 1500 megawatios – y en promover decreto que permitiera alcanzarlos incorporando todas estas reticencias : el Decret 147/2009, de 22 de setembre, pel qual es regulen els procediments administratius aplicables per a la implantació de parcs eòlics i instal·lacions fotovoltaiques a Catalunya.

De la cuadratura del círculo le salieron al gobierno anterior 7 zonas fuera de las cuales se prohíbe la instalación de nuevos parques eólicos de más de 10 MW. Estas zonas se sacaron a concurso público, y de hecho Gas Natural Fenosa (junto con Ecotècnia) se llevó la parte del león. Las ZDP excluyen las zonas rojas del mapa eólico anterior – zonas de incompatibilidad de la energía eólica con la protección de la biodiversidad. Quizás por ello, el gobierno de Montilla entendió que podía saltarse en ellas el trámite de evaluación global estratégica que prescribe la ley. Un craso error no sólo legal, sino estratégico, que llevó a una organización de defensa del territorio a denunciar el decreto ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que lo suspendió cautelarmente por este defecto. Es decir, tras el tripartito la energía eólica en Cataluña queda con más potencia instalada – gracias principalmente al empeño de los promotores – pero con un horizonte incierto.

Es difícil juzgar si el fracaso del tripartito para establecer un marco legal que promueva realmente la energía eólica es fruto de guiños al “territorio” y de la incompetencia o si estamos ante una gestión muy inteligente de quien apostaba por mantener el status quo. En todo caso, desde Greenpeace nos alegramos de que Recoder intente rescatar los restos del naufragio. Pero el buque insignia del tripartito, un Decreto que garantiza la contención de las renovables, es un lastre. Ante el cambio climático que ya se manifiesta, los riesgos de la energía nuclear y, también, la revolución silenciosa de las energías renovables, que ya lideran la renovación del parque eléctrico mundial, lo que necesitamos es… un nuevo barco.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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