Investigadores descubren que la fotovoltaica y el olivar pueden coexistir

Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba en España descubrió una forma de que la generación de energía solar fotovoltaica y la producción de cultivos coexistan en la misma tierra sin competir por los recursos.

En un estudio reciente publicado en el Journal of Cleaner Production, los investigadores probaron un modelo que integra colectores solares con plantaciones de olivos en setos. La misión: producir energía solar sin interrumpir la producción de cultivos. En teoría, los paneles solares generarían electricidad mientras los olivos crecen debajo de ellos. Este modelo se conoce como agrivoltaica, una técnica que equilibra la generación de energía solar con la producción de alimentos en la misma tierra.

Los resultados fueron prometedores. Utilizando modelos de simulación, los científicos descubrieron que la combinación de plantas fotovoltaicas con plantaciones de olivos aumentó la productividad general. Los paneles solares proporcionaron sombra y protección contra el viento para los cultivos, lo que aumentó los rendimientos agrícolas. Al mismo tiempo, la evapotranspiración natural de las plantas enfrió los paneles solares, mejorando su eficiencia.

Si la tecnología se comercializa, los agricultores pueden producir simultáneamente energía solar y cultivos sin comprometer ninguno de los dos. Se trata de una estrategia beneficiosa para todos que demuestra cómo se puede optimizar la tierra para múltiples usos.
Aun así, la técnica tiene sus pros y sus contras. La disposición de paneles más densos puede mejorar la producción de energía, pero dificulta el acceso a los equipos agrícolas, lo que significa que los diseños deben adaptarse a paisajes y prácticas agrícolas específicos para que la técnica funcione.

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El uso de la energía agrovoltaica para un uso más eficiente de la tierra puede conservar agua, mejorar la salud del suelo y proteger los cultivos de las condiciones climáticas extremas, mejorando así el suministro general de alimentos. La técnica elimina la necesidad de transportar insumos agrícolas adicionales, lo que reduce las emisiones de carbono.
Los beneficios de la energía agrovoltaica se extienden más allá de la energía y los alimentos. Al reducir la competencia por la tierra, esta tecnología podría reducir la necesidad de despejar más terreno para granjas solares o cultivos, frenando la deforestación y promoviendo la biodiversidad. Utilizada en granjas urbanas, la tecnología podría proporcionar sombra que podría reducir las temperaturas de las ciudades, reduciendo el efecto de isla de calor urbana. Además, la energía solar es mucho más limpia que los combustibles fósiles, lo que reduce la contaminación y mejora los resultados de salud pública.

La energía agrovoltaica es solo una de las muchas tecnologías emergentes que apuntan a garantizar un suministro de alimentos sostenible. Plenty, una startup de tecnología agrícola, creó un sistema de cultivo vertical en interiores que, según afirma, puede producir 350 veces más productos que un acre típico de tierra de cultivo. Agzen, otra startup, creó un sistema de inteligencia artificial que puede monitorear la cantidad de productos químicos aplicados a los cultivos para reducir la contaminación por pesticidas. Los científicos incluso están encontrando nuevas formas de hacer que cultivos como la lechuga y el brócoli sean resistentes a la sequía.
Si bien la técnica agrovoltaica aún está en la fase de investigación, los resultados sugieren que pronto podría usarse en el mundo real. Una vez que avance, la tecnología agrovoltaica podría ayudar pronto a los agricultores de todo el mundo a producir más alimentos y energía, al tiempo que ayuda a que el planeta se mantenga fresco.