Turquía alcanza los 18,7 GW de capacidad fotovoltaica

Una de las paradojas del cambio climático provocado por el hombre es que, a medida que calentamos el planeta quemando gasolina, carbón y gas fósil, los veranos se vuelven más calurosos. Estos meses tórridos obligan a la gente a utilizar el aire acondicionado sin parar, lo que requiere quemar más carbón o gas fósil, lo que hace que se caliente más. Es un círculo vicioso.

Turquía está sufriendo olas de calor estivales cada vez mayores, especialmente en la parte occidental del país, lo que genera aumentos dramáticos en el uso de electricidad de los aires acondicionados.

Pero el país también ha demostrado que existe una alternativa a este aumento constante de la temperatura. Según el grupo de expertos en energía Ember, dos tercios del aumento de la demanda de electricidad, causado principalmente por las sofocantes temperaturas del verano de 2024, se satisficieron con nuevas instalaciones solares. La producción energética turca a partir de energía solar aumentó un 40% en el primer semestre de 2024, en comparación con el año anterior.

Al instalar nuevas instalaciones solares, Turquía evitó en 2024 16 gigavatios de electricidad sucia producida por combustibles fósiles. Todos esos combustibles fósiles habrían sido importados, ya que Turquía es pobre en estos recursos, lo que se tradujo en una gran factura de importación. Ese gasto también se evitó.

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Turquía alcanzó 16 gigavatios de capacidad solar instalada este verano, lo que supone el 14% de la capacidad energética instalada del país. Ya ha aumentado a 18,7 gigavatios en diciembre. El gobierno quiere aumentar la capacidad solar a 22,6 gigavatios en los próximos doce meses.

Un poco más de la mitad de la electricidad del país se produce mediante plantas de carbón y gas fósil durante todo el año, pero el gobierno tiene planes de invertir fuertemente en energías renovables para lograr una red eléctrica sin emisiones de carbono durante el próximo poco más de una década. Turquía tiene previsto instalar 89 gigavatios de nueva capacidad solar y eólica para 2035, con planes de invertir 108.000 millones de dólares en la transformación.

La ecologización de la red turca se ve dificultada no sólo por el uso adicional de aire acondicionado en veranos cada vez más calurosos, sino también por la continua expansión de la economía. Es uno de los países de más rápido crecimiento económico del mundo, lo que crea una enorme demanda adicional de electricidad.

Turquía también aspira a generar 14,8 gigavatios de energía eólica para finales del año próximo.

Las ventas de vehículos eléctricos turcos también están aumentando un 39% este año. El país produce el Togg, para el que está buscando más asociaciones chinas, y planea exportarlo a Europa a partir del año próximo. El Togg está ayudando a impulsar las ventas de vehículos eléctricos a nivel nacional y a crear puestos de trabajo locales, lo que demuestra cómo la tecnología ecológica puede ayudar a impulsar la industrialización limpia.

Turquía, miembro de la OTAN, es la 17.ª economía más grande del mundo, lo que la convierte en miembro del G20, con un PIB nominal proyectado para 2024 de 1,3 billones de dólares. Tiene una población de 87 millones, apenas un poco más que la de Alemania.