La paradoja fotovoltaica: la que menos ingresos genera pero más rebaja la factura de la luz en España

Las renovables reducen el precio de la energía y, esto, necesariamente afecta positivamente a los bolsillos de los consumidores. En este sentido, a más fuentes limpias en el ‘mix’ de generación, menor será el precio de la electricidad. Esto es bueno para los hogares y las empresas, pero arrastra un problema para los promotores de proyectos, sobre todo para los de solar fotovoltaica, debido a que por cada megavatio hora generado, es la tecnología que menos ingresos genera.

Cuando hay mucha producción fotovoltaica, la energía es barata. La fotovoltaica está haciendo así que la industria sea más competitiva y los ciudadanos paguen menos por la energía. Pero, por el apuntamiento que tiene la fotovoltaica, esta tecnología está cobrando precios más bajos por producir electricidad que otras más caras y contaminantes, como los ciclos combinados -hay que matizar que las centrales de gas soportan mayores costes-. La razón es que, en las horas en las que no hay radiación solar y, por tanto, no hay energía fotovoltaica, entran en el mercado otras fuentes con mucho más volumen que marcan, y cobran, precios más altos.

El apuntamiento fotovoltaico se refiere a la relación entre el precio medio del mercado eléctrico y el precio medio de la energía fotovoltaica durante un período de tiempo específico. De este modo, es un indicador esencial para evaluar la conveniencia de vender la electricidad generada por paneles solares en momentos específicos del día. Según datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el precio capturado de la fotovoltaica es un 34% menor que el precio del mercado diario en lo que va de año, ya que cuando entra en el mercado el precio baja de forma muy pronunciada y cuando no está se dispara. De nuevo, la fotovoltaica baja el precio de la electricidad para ciudadanos e industria, pero es la tecnología que menos está cobrando por esa electricidad que brinda al sistema. 

¿Cuál es la fórmula para elevar los ingresos?

De este modo, bajo un escenario de precios eléctricos muy baratos en las horas solares, ¿cuál es la solución para que los proyectos sean rentables al mismo tiempo que se abarata el recibo del consumidor final? El almacenamiento. Desde la asociación fotovoltaica, que cuenta con una representatividad de más de 800 empresas -aproximadamente el 90% de la actividad del sector en España-, defienden que el modelo ideal tendría que encontrar el equilibrio entre fijar un precio barato para las empresas y los ciudadanos gracias a la fotovoltaica pero, al mismo tiempo, que sea lo suficiente atractivo para garantizar la continuidad de las inversiones en nuevas instalaciones. «Tenemos que ir hacia fórmulas que paguen lo justo a la tecnología fotovoltaica sin penalizar el ciudadano y, para ello, el almacenamiento es fundamental, ya que su impulso permitirá dar estabilidad a los precios, limando esos grandes picos que tenemos ahora», señala el director general de UNEF, José Donoso, en conversación con La Información Económica.

En este sentido, cuando los precios estén bajos, la energía se compra para ser almacenada en baterías y venderla posteriormente en momentos más caros, asegurando así una mayor rentabilidad. Además, cuando más almacenamiento haya en el sistema, mayor apuntamiento habrá. Donoso también apuesta por subastas sin exposición a mercado. En su opinión, con esta medida se garantizaría a la industria fotovoltaica una rentabilidad suficiente y al ciudadano que va a pagar un precio más estable, sin los picos que existen ahora. Sin embargo, desde UNEF tampoco quieren caer en el alarmismo. «A pesar de que los ingresos están a la baja y esto pone en riesgo la rentabilidad, los costes también se están desplomando, por lo que todavía serán viables muchos proyectos fotovoltaicos que, a pesar de tener unos ingresos mucho más bajos, también han logrado costes muy reducidos y, por tanto, siguen siendo rentables. Los costes de esta tecnología no han dejado de bajar y ahora los paneles fotovoltaicos pueden llegar a costar 0,10 dólares/W, muy por debajo de los 0,75 dólares/W de 2014 o los 4,53 dólares/W de 2004”, matiza el director técnico de la asociación, Héctor de Lama.

¿Cómo impulsar el almacenamiento?

UNEF trabaja en una alternativa para impulsar el almacenamiento en España, que tanto quebradero de cabeza está trayendo ante la falta de un marco regulatorio que dé con la tecla. Parte del sector reclama la puesta en marcha de los mecanismos de capacidad para lograr un fuerte despliegue de las baterías, pero además la asociación propone que las instalaciones que participen en las próximas subastas del Régimen Económico de Energías Renovables (REER) incluyan almacenamiento obligatoriamente. Para hablar de estas subastas REER con Almacenmiento emplea las siglas REERcA.

Considera que es una forma de que las instalaciones de generación hibridadas con baterías internalicen el riesgo de que el almacenamiento no pueda obtener en los mercados en los que opera una retribución suficiente para cubrir costes y ser rentable. Así, a cambio de una generación un poco más cara para compensar, se logra incorporar almacenamiento adicional que permite reducir vertidos, añadir más renovables al sistema y reducir la participación de tecnologías fósiles en aquellas horas con menos generación renovable.

Antonio Martos Villar. 20minutos.es