En los últimos años, China se ha convertido en un líder mundial en materia de energías renovables, estableciendo objetivos determinados y logrando hitos extraordinarios. Mientras el mundo se enfrenta a la urgente necesidad de avanzar hacia fuentes de energía sostenibles, los esfuerzos de China en materia de energías renovables sirven de modelo para otras naciones.
China se fijó el objetivo de descarbonizarse y convertirse en un país líder en materia de energías renovables a principios de la década de 2000, impulsada por una triple combinación de factores: potencial económico, seguridad energética y preocupaciones medioambientales. Consciente de la necesidad de un futuro sostenible, el gobierno chino ha introducido una serie de leyes e incentivos para fomentar el crecimiento de las fuentes de energía renovables.
El 13.º Plan Quinquenal (2016-20) marcó un punto de inflexión crítico en la trayectoria de China en materia de energías renovables al establecer objetivos ambiciosos para la energía eólica, solar e hidroeléctrica. China instaló más de 530 gigavatios (GW) de capacidad de energía renovable a finales de 2020, lo que representa aproximadamente el 30 por ciento de la energía renovable total del mundo. China espera alcanzar la neutralidad de carbono en 2060 y el pico de emisiones de carbono en 2030, impulsada por el impulso de este notable crecimiento.
China ha liderado el mundo en la promoción de la energía renovable, con la energía solar a la cabeza. En 2023, el país tenía una asombrosa capacidad solar instalada de 253 GW, lo que lo convierte en el mayor productor y consumidor de paneles solares del mundo. Los subsidios gubernamentales, los avances tecnológicos y las economías de escala que han reducido el precio de la energía solar han contribuido al crecimiento explosivo de la industria.
La construcción de enormes parques solares, como el Parque Solar del Desierto de Tengger de 1,5 GW, que cubre un área de más de 1.200 kilómetros cuadrados, es un ejemplo de la historia de éxito de la energía solar de China. Para aprovechar al máximo este recurso renovable, el país también ha estado invirtiendo en tecnologías solares de vanguardia, como plantas de desalinización alimentadas con energía solar y parques solares flotantes.
Otro componente esencial de la política de energía renovable de China es la energía eólica. China se ha convertido en el mayor mercado mundial de energía eólica gracias a sus abundantes recursos eólicos, especialmente en las zonas norte y oeste. A finales de 2023, el país había instalado más de 300 GW de capacidad eólica, superando su objetivo de 2020 y estableciendo nuevos récords anuales de instalaciones en el proceso.
Con proyectos como el parque eólico marino Jiangsu Rudong que se suman a la combinación de fuentes de energía renovable de China, el desarrollo de parques eólicos marinos también se ha acelerado. La energía eólica marina es una parte esencial de la transición energética de China, ya que tiene muchos beneficios, como menos conflictos por el uso de la tierra y mayores velocidades del viento.
El panorama energético de China incluye desde hace mucho tiempo la energía hidroeléctrica, que ofrece una fuente de electricidad fiable y baja en carbono. Algunos de los proyectos hidroeléctricos más grandes del mundo, como la presa de las Tres Gargantas de 22,5 GW, se encuentran en China. Aproximadamente el 18 por ciento de la generación total de electricidad de China en 2023 provino de la energía hidroeléctrica.
Aunque la energía hidroeléctrica tiene muchas ventajas, también tiene sus inconvenientes, como los efectos sobre el medio ambiente y el desplazamiento de las comunidades. Es una tarea difícil que exige una planificación cuidadosa y la participación de las partes interesadas para lograr un equilibrio entre estas preocupaciones y la demanda de energía limpia.
La integración de la energía renovable en la red nacional es uno de los principales desafíos que enfrenta el sector de energía renovable de China, a pesar de sus impresionantes logros. Como la energía solar y eólica son intermitentes, se necesitan soluciones avanzadas de gestión de la red y almacenamiento de energía para garantizar un suministro constante y confiable de electricidad.
La conversión de energía a gas, las baterías de iones de litio y el almacenamiento hidroeléctrico por bombeo son tres ejemplos de tecnologías de almacenamiento de energía que son esenciales para enfrentar este desafío. Con la intención de construir 30 GW de capacidad de almacenamiento para 2025, China ha estado haciendo inversiones significativas en almacenamiento de energía. La optimización del uso de la energía renovable y el aumento de la resiliencia de la red también se verán muy facilitados por el desarrollo de redes inteligentes y tecnología digital.
El requisito de eliminar gradualmente las centrales eléctricas de carbón, que todavía representan una parte considerable de la matriz energética de China, presenta otra dificultad. Aunque el país ha avanzado en la reducción del uso de carbón, será necesario un cambio más enérgico hacia el abandono de los combustibles fósiles para alcanzar la neutralidad de carbono. Para evitar perturbaciones económicas y proporcionar una transición justa para los trabajadores de la industria del carbón, este cambio debe gestionarse adecuadamente.
China es líder en energía renovable, lo que tiene efectos significativos en el mercado energético mundial. Como el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, sus acciones son esenciales para cumplir los objetivos climáticos globales. Además de reducir su propia huella de carbono, el país da un ejemplo a seguir para otros países con su dedicación a la energía renovable.
Además, el sector de energía renovable de China es ahora un motor clave tanto de la creación de empleo como de la expansión económica. Hoy, el país lidera el mundo en la exportación de tecnologías de energía renovable, como baterías, turbinas eólicas y paneles solares. China ahora tiene un papel destacado en el sector mundial de energía renovable, lo que le da una influencia considerable en las negociaciones internacionales sobre el clima.
La revolución de la energía renovable en China es una prueba del poder de la innovación tecnológica, la planificación estratégica y el liderazgo visionario. Aunque todavía quedan obstáculos por superar, los éxitos del país en materia de energía hidroeléctrica, eólica y solar demuestran que es posible alcanzar un futuro energético sostenible. China está sirviendo de inspiración a medida que amplía los límites de la energía renovable.
China no sólo está abordando sus problemas medioambientales, sino que también está sentando las bases para un futuro más limpio, más verde y más rico mediante la adopción de energías renovables. Para garantizar una transición fluida hacia un sistema energético sostenible que beneficie a todos, la comunidad internacional debe tomar nota de los esfuerzos de China y ayudar a la causa.