Goldwind abre su primera fábrica fuera de China, en Bahía, prometiendo 500 puestos de trabajo e impulsando el sector eólico brasileño.
A medida que la demanda de energía limpia crece exponencialmente, un movimiento importante en el sector eólico promete cambiar las reglas del juego.
La empresa china Goldwind, uno de los mayores fabricantes de aerogeneradores del mundo, inauguró este martes (27) una nueva fábrica en Camaçari, Bahía.
Con capacidad para producir hasta 150 aerogeneradores por año, la unidad promete generar hasta 100 empleos directos y 500 indirectos en toda la cadena de suministro en Brasil. La inversión total en el proyecto es de R$ 100 millones, con la expectativa de captar hasta el 30% del mercado brasileño de aerogeneradores.
Ubicada estratégicamente en el antiguo complejo de General Electric (GE), la nueva fábrica de Goldwind marca la primera unidad de la compañía fuera de China.
La elección de Bahía como sede fue el resultado de un esfuerzo conjunto de las autoridades locales para atraer inversiones en el sector de las energías renovables.
El gobernador Jerônimo Rodrigues destacó que el proyecto no se trata sólo de producir turbinas eólicas, sino que es parte de una política de transición energética para fortalecer la matriz energética brasileña.
Según Cao Zhingang, presidente del grupo Goldwind, la instalación de la fábrica en Camaçari es un hito importante para la empresa:
“Estamos felices de lanzar esta unidad para atender el creciente mercado brasileño de energía limpia. Creemos en el potencial de Brasil y Bahía para convertirse en líderes mundiales en energía renovable”, afirmó Zhingang.
La inauguración de la fábrica se produce en un momento en que Bahía se consolida como el mayor productor de energía eólica de Brasil. Con 342 plantas generadoras en operación comercial, el estado aporta más de 10,123 MW a la capacidad de generación eléctrica instalada en el país.
Estas inversiones, que ya suman R$ 41,79 mil millones, son responsables de la creación de miles de empleos, y se espera que el número de empleos se duplique hasta 2030, a medida que se inicien nuevos proyectos.
La nueva fábrica de Goldwind contribuirá significativamente a este crecimiento. Los aerogeneradores producidos en Camaçari tendrán potencias entre 5,3 y 7,5 MW, superando a los modelos nacionales, que llegan a poco más de 6 MW.
El objetivo de la empresa es captar entre el 25% y el 30% del mercado brasileño, impulsando aún más la producción de energía limpia en el país.
A pesar del optimismo, la llegada de Goldwind a Brasil no está exenta de desafíos. La competencia con otros gigantes del sector eólico, además de las cuestiones logísticas y regulatorias, puede afectar el éxito de la empresa.
Sin embargo, el apoyo gubernamental y el creciente interés en las energías renovables crean un entorno favorable para el desarrollo de este sector.
Según Alexandre Silveira, ministro de Minas y Energía, la instalación de la nueva fábrica es un paso crucial hacia la diversificación de la matriz energética brasileña y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Destacó que Brasil puede convertirse en una referencia mundial en energías limpias y la inversión de Goldwind es una clara demostración de esa posibilidad.
Momento crucial para el sector
Goldwind llega a Brasil en un momento crucial para el sector energético. Con fuertes inversiones y promesas de empleo y crecimiento económico, la empresa está apostando fuerte en el mercado brasileño.
Queda por ver si Brasil podrá consolidarse como líder mundial en energías renovables o si los desafíos internos limitarán el potencial de este nuevo gigante en el escenario de la energía eólica.