El sistema de almacenamiento promedio funciona solo una vez cada dos días. El mercado eléctrico carece de incentivos para utilizar plenamente su capacidad.
La solución para fomentar el uso de esas baterías podría pasar por nuevas reformas de su mercado eléctrico, según BloombergNEF. «Contar con precios de la electricidad que cambien a distintas horas del día, algo que muchas provincias están probando, podría crear un arbitraje en el comercio de energía que los sistemas de almacenamiento pueden aprovechar» en detrimento de las centrales térmicas.
China es el país con más energía renovable instalada del mundo. Entre esas energías renovables, la fotovoltaica tiene un papel importante. Tanto que está fabricando a marchas forzadas sistemas de almacenamiento de baterías para hacer frente a los momentos de demanda en el que las centrales fotovoltaicas no producen. El problema es que fabrica tantas baterías que al final no se usan.
A largo plazo, sin embargo, generar tanta energía que sólo está disponible durante unas horas al día acabará causando graves problemas en una red diseñada para distribuir la energía en continuo, las 24 horas del día. Para que eso no ocurra, China debe recurrir mucho más a su parque de baterías.
La capacidad china de almacenamiento de energía, un segmento dominado por las baterías de iones de litio, se disparó hasta los 44 GW a finales de junio, que supone un 40% más que a principios de año. Ahí es nada. Esta cifra ya ha superado el objetivo del país para 2025 y ha superado a los coches eléctricos como el mercado de baterías de más rápido crecimiento.
China es un coloso de las energías renovables, tanto en términos de energía solar como eólica. China va camino de alcanzar los 1.200 GW de potencia eólica y solar instalada a finales de 2024, seis años antes del objetivo fijado por el gobierno. La capacidad de generación de energía eléctrica solar instalada en China aumentó un 55,2% en 2023. El país construyó más de 216 GW de energía solar este año, mientras que a finales de 2023 tenía ya instalada más de 609 GW en energía solar.
Con semejante capacidad de generación se necesitan ingentes capacidades de almacenamiento si no se quiere desperdiciar una buena parte de la energía generada. La solución pasa por la fabricación de baterías de almacenamiento.
¿Y cuál es el problema? Los incentivos de las autoridades chinas. China quiere reducir su dependencia de las energías fósiles y fomenta la instalación de las energías renovables vía incentivos y ayudas. Pero para poder operar y optar a las ayudas es preciso que los grandes parques eólicos y solares dispongan de espacios de almacenamiento. Eso hace que sí se construyan parques de baterías, pero no incita a que se usen. Muchas centrales, las tienen por cumplir y nada más.
La idea es que las baterías puedan suplir energía en los picos de demanda o cuando las renovables no producen (de noche, con falta de viento). Sin embargo, con un precio de la energía muy bajo y fijo, en los picos de demanda se tira de centrales térmicas, sobre todo de carbón.
Recordemos que China es el mayor productor e importador de carbón del mundo y tiene más capacidad de producción de carbón en construcción que el resto del mundo. Está construyendo centrales de carbón con capacidad para generar más de 136 GW y tiene otros 255 GW en fase de anuncio o en trámites para obtener permisos.
Pero la capacidad no se utiliza en gran medida. Según la Agencia Nacional de la Energía china (NEA), en la zona abastecida por State Grid Corp. of China, que cubre más del 80% del país, el sistema medio estuvo en uso 390 horas y tuvo 93 ciclos de carga y descarga en los seis primeros meses del año. Esto se traduce en que las baterías funcionaron una vez cada dos días y estuvieron inactivas el 91% del tiempo.