Uno de los pilares fundamentales para el crecimiento de la energía eólica en nuestro país es la implementación de políticas claras y consistentes que fomenten la inversión y la expansión de parques eólicos (EFE/Archivo/Filip Singer)
La migración hacia fuentes de energía más sostenibles está ganando impulso en América Latina y Argentina se perfila como uno de los líderes en este proceso. Según un informe de Global Energy Monitor, Argentina ocupa el cuarto lugar en producción de energía renovable en la región, con un total de 4,7 gigavatios (GW) provenientes de instalaciones eólicas y solares. El ranking latinoamericano lo lidera Brasil con 27 GW, seguido de México con 20 GW y Chile con 10 GW.
En medio de un panorama global marcado por la urgencia de abordar el cambio climático y avanzar hacia fuentes de energía más sostenibles, la energía eólica es una opción prometedora para países como Argentina, que tienen un importante potencial eólico pero aún no han alcanzado su máximo aprovechamiento. .
Uno de los pilares fundamentales para el crecimiento de la energía eólica en nuestro país es la implementación de políticas claras y consistentes que fomenten la inversión y expansión de parques eólicos. Esto implica establecer marcos regulatorios estables y transparentes que brinden seguridad jurídica a los inversionistas y promuevan la competitividad del sector. Además, es crucial desarrollar mecanismos de financiación accesibles para proyectos eólicos, fomentando la participación del sector privado y promoviendo asociaciones público-privadas que impulsen el desarrollo de infraestructura.
La falta de una red de transmisión adecuada ha sido históricamente un obstáculo para el desarrollo de parques eólicos en Argentina, limitando su capacidad de integrarse a la red eléctrica nacional.
Otro aspecto crucial es el fortalecimiento de las infraestructuras de transmisión eléctrica, especialmente en las regiones con mayor potencial eólico. La falta de una red de transmisión adecuada ha sido históricamente un obstáculo para el desarrollo de parques eólicos en Argentina, limitando su capacidad de integrarse a la red eléctrica nacional. Se necesitan importantes inversiones en la ampliación y modernización de la infraestructura de transmisión, así como en la implementación de tecnologías inteligentes que faciliten la integración de la energía eólica a gran escala.
Asimismo, contribuir a promover la investigación y el desarrollo en el campo de la energía eólica, fomentando la innovación tecnológica y la adaptación de soluciones avanzadas a las condiciones específicas de nuestro país. Esto incluye el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía que mitiguen la intermitencia de la energía eólica y garanticen un suministro energético estable y confiable.
Por último, pero no menos importante, es necesario promover la concienciación y la educación pública sobre los beneficios de la energía eólica y el papel fundamental que desempeña en la transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Esto implica desarrollar programas de capacitación y sensibilización dirigidos a comunidades locales, autoridades gubernamentales y actores clave del sector energético, con el fin de promover una cultura de uso responsable de los recursos naturales y una mayor aceptación social de los proyectos eólicos.
El desafío energético de Argentina requiere un compromiso continuo y colaborativo de todos los sectores de la sociedad para lograr cambios significativos y duraderos. Esto es esencial no sólo para capitalizar el potencial de la energía eólica y otras fuentes de energía renovables, sino también su impacto en la sostenibilidad ambiental, la independencia energética y el desarrollo económico del país. Establecer un marco regulatorio adecuado, mejorar la infraestructura eléctrica, fomentar la innovación tecnológica y promover la conciencia pública son pasos esenciales hacia un futuro más sostenible y próspero para las generaciones futuras.
Esta transición no sólo implica cambios en la forma en que producimos y consumimos energía, sino también en cómo concebimos nuestro papel en la preservación del planeta y la construcción de una sociedad más equitativa y resiliente. La pregunta que debemos hacernos es: ¿seremos meros espectadores o agentes de cambio? Impulsar la acción y la colaboración en este proceso es esencial para garantizar un futuro mejor para todos. Podemos hacerlo.
Por Andrés Gismondi
El autor es Vicepresidente de Negocios de Vestas para el Cono Sur de América Latina y miembro fundador de la Cámara Eólica Argentina.