La semana pasada el Wind Europe Anual Event volvía a Bilbao después de las ediciones de 2019 y 2022. Tercera vez en Bilbao, con un despliegue cada vez más grande en todos los sentidos.
Si por algo ha destacado esta edición de Wind Europe es porque nada ha destacado especialmente, si es que eso es posible (esto ha quedado muy rajoyano).
Aún con todo, dejo un repaso a los puntos más relevantes:
Our wind, our value
Si el año pasado el mensaje estaba centrado en aumentar el volumen (acelerar el permitting, escalar la cadena de suministro, expandir y mejorar la red…) este año la narrativa era otra.
El lema de la edición y el vídeo de presentación que se proyectó durante la opening session lo dejaban claro: Our wind, our value.
Aunque sin demasiadas referencias directas, el mensaje se ha centrado esta vez en defender y proteger la industria eólica europea, realzando el caso de éxito que supone esta industria en el viejo continente y poniendo el valor que genera por encima del precio.
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Sin novedades en la presentación de aerogeneradores
Al igual que el año pasado, no ha habido presentaciones de nuevos modelos de aerogenerador. Enercon prefirió presentar su nueva E-175 EP5 de hasta 7 MW algo antes de la feria y eso es lo más relevante que ha pasado últimamente en cuanto a nuevos productos.
Lo que sí se rumoreaba entre bambalinas es que en Wind Energy Hamburg, el próximo septiembre, alguno de los OEMs occidentales podría presentar un modelo de 8 MW.
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En cada nicho, una oportunidad de negocio
Los niveles de especialización en el sector están alcanzando niveles extraordinarios. Esto provoca que haya un montón de pequeñas (y no tan pequeñas) empresas especializadas en todos los nichos que os podáis imaginar.
Muy interesante también que hubiera una zona de startups, el conocido como Startup Pavilion. Merece la pena echar un ojo a al listado de empresas y ver los algunos de los vídeos de presentación.
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La eólica flotante sigue acaparando buena parte de los focos
La eólica flotante lleva ya un par de años acaparando buena parte de los focos y la verdad es que lo sigue haciendo. Es increíble la cantidad de empresas que hay moviéndose en torno a este sector.
Lo cierto es que la carrera por conseguir una tecnología eólica flotante fiable y competitiva es apasionante y hay muchos actores apostando y colaborando en esta carrera de fondo.
Las conferencias, demasiado políticas
He tenido la oportunidad de asistir a algunas de las conferencias y la verdad es que este año he salido un poco decepcionado. Aunque también creo que buena parte de la culpa ha sido mía, que no he sabido elegir bien.
Las que se supone que son las conferencias de alto nivel, las que tienen a las personalidades más importantes y se celebran en los auditorios más grandes, pecan mucho de discurso político enlatado y están bastante lejos de la realidad del día a día.
En una de las sesiones que tuve la oportunidad de asistir, uno de los ponentes hasta recibió aplausos tras hacer unas declaraciones que un poco políticamente incorrectas (tampoco mucho) y que se salían del discurso esperado. Ese aplauso fue revelador.
Creo realmente que hay muchas conferencias aportan mucho valor, pero si tengo que elegir, personalmente me quedo con las que tratan de temas más cercanos a la realidad del negocio, o con las que tratan sobre tendencias tecnológicas e innovación.
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Los fabricantes chinos sin stand, pero presentes
Los fabricantes de aerogeneradores chinos no tienen stand, pero sí que pude ver algunas personas acreditadas de algunos de los principales fabricantes chinos moviéndose por la feria.
Si no me falla la memoria, pude ver rondando por ahí a gente de Minyang, Envision y Sany. Es lógico pensar que también hubo alguna reunión que otra entre algunos IPPs y ellos.
Por el momento, su incursión en la Europa de la Unión es más que tímida, pero parece claro que lo están intentando.
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Bilbao y el evento
Me apetecía también comentar un poco el papel de Bilbao como sede del evento. Aunque no me toméis muy en serio porque todo son feelings y casi nada datos. Así que permitidme el cuñadeo.
La verdad es que la evolución de la feria en cuanto a dimensiones es notable: se hablaba de 8.000 asistentes en 2019, 10.000 en 2022 y según la organización, han sido 12.000 para este año.
Bilbao, una ciudad de tamaño medio, no parece muy acostumbrada a mover tal cantidad de gente. Y aunque creo que el BEC como recinto sí da la talla, otras infraestructuras de la ciudad coquetean con sus límites de capacidad (hoteles, taxis, etc.). Incluso tuvimos la mala suerte de que hasta el metro dijo que no funcionaba el miércoles a la mañana. Es pura casualidad, pero también un fallo relevante, que no deja buena imagen y que afectó a muchos.
Dicho esto, sinceramente creo que es un lujo, tanto para locales como para visitantes, que Bilbao se convierta en la capital de la eólica europea por 3 días. Realmente creo que es una ciudad genial para visitar (y vivir, aunque mi opinión aquí está totalmente sesgada). Fácil para moverse, bonita, con muchas cosas para visitar y con una gastronomía envidiable.
Espero y confío en que esta no sea la última edición de Wind Europe en Bilbao, aunque en algunos corrillos se rumoreaba que podría serlo. Sería una pena, sin duda. Y sería malo para Windletter
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Reflexiones personales
Ya en lo personal, sinceramente para mí ha sido una edición de lo más gratificante. He podido saludar y poner cara a muchos de vosotros (a los que solo conocía de forma virtual), charlar con muchos amigos y por supuesto, también estar con los patrocinadores Tetrace y Renercycle, que con su apoyo hacen que Windletter sea posible.
Muchos de vosotros habéis conseguido sacarme lo colores (literalmente) varias veces con vuestras buenas palabras hacia esta publicación. La verdad es que esta “fama” efímera (si es que se puede llamar así) es algo a lo que no termino de acostumbrarme.
Pero de verdad que agradezco mucho las buenas palabras, la amabilidad y el feedback que he recibido. Excepto a los que me habéis llamado influencer, a vosotros no os perdono