El robot Antecursor II funciona únicamente con energía eléctrica renovable.
Iberdrola y Arbórea Intellbird, la tecnológica española creadora de Aracnocóptero y Antecursor I, trabajan en la planta solar Villarino (en Salamanca), que ya opera a pleno rendimiento, con el robot Antecursor II* capaz de gestionar de manera remota y sostenible las plantas fotovoltaicas.
Este novedoso robot opera de forma autónoma en cualquier lugar del mundo gracias a la cobertura satelital de la red ‘Starlink’ y lo hace funcionando únicamente con energía eléctrica renovable.
Arbórea Intellbird, que presta servicio a la inspección digital de palas de aerogeneradores de Iberdrola, fue impulsada a través del programa de start-ups de Iberdrola – PERSEO durante ocho años con el objetivo de promover su desarrollo y consolidarla en el sector. En esta ocasión, la empresa ha ido un paso más allá y ha desarrollado esta nueva plataforma para inspección autónoma de plantas solares.
Esta plataforma permite generar un proceso de inspección en busca de anomalías térmicas, no solo en la parte superior de los paneles, como realizan los drones, sino también, en el caso del Antecursor II, simultáneamente en todas sus estructuras inferiores, tales como presillas, portafusibles, grapas o cableado, que escapan a la vista aérea.
La autonomía de inspección del robot sobrepasa con creces las de cualquier otro sistema, dado que se sitúa por encima de las 30 horas. Esto permite la realización de inspecciones de la infraestructura fotovoltaica, sin requerir de la intervención de operador humano alguno. Lo consigue gracias a un juego de sensores termográficos de alta resolución que toman continuamente miles de mediciones de la instalación cada segundo. Esta gran masa de datos digitales es procesada a bordo mediante un proceso de IA patentado también por Arbórea, basado en una combinación de hardware y software inteligente desarrollado por la empresa. El sistema detecta anomalías, las evalúa en función de las condiciones de la planta y reporta una identificación temprana de posibles puntos calientes, todo ello en tiempo real. El resultado es que los técnicos de la empresa propietaria de la instalación reciben en sus teléfonos móviles un correo con la alerta, la posición de la anomalía y una termografía con los valores de referencia.
Para ello, el robot recorre la instalación de forma continua y regular monitorizando el correcto funcionamiento de los paneles y el circuito eléctrico, procesando abordo la información, detectando anomalías y reportando cualquier valor que pudiera suponer un deterioro de los elementos de forma automática.
El monitorizado remoto continuo de las constantes vitales del robot permite detectar cualquier irregularidad de manera temprana y mantener continuamente actualizados todos los sistemas, por muy remoto que sea el enclave en el que operan.
Además, Antecursor II lleva integrado un sistema de desbroce de la vegetación fabricado en base a materiales aeronáuticos para generar un fino triturado de la vegetación o «mulching» y lo hace de forma limpia y muy silenciosa. Esta gestión vegetal 100% eléctrica evita la contaminación del suelo por aceites o combustibles, las emisiones de gases invernadero, el riesgo de incendio asociado a motores calientes o la rotura de paneles por proyección de piedras desde los sistemas tradicionales de desbroce de disco o filamento. Este corte autónomo continuo fomenta el aumento de especies tapizantes, consiguiendo así un mayor control del polvo, tan pernicioso cuando se deposita sobre los paneles. La generación de una capa de vegetación basal evita la desertificación por escorrentías y favorece el mantenimiento de suelos vivos y por tanto el sostenimiento de la biodiversidad en las plantas fotovoltaicas.
*Los antecursores fueron una tropa de élite creada por César para moverse en avanzada de las legiones romanas y decidir el camino a seguir.