Hace más de 30 años que gracias a la energía eólica producimos electricidad de forma eficiente y económica, ayudando a que nuestro planeta sea más sostenible, porque la eólica es una fuente de energía limpia, que evita la emisión de gases de efecto invernadero, que reduce el precio de la electricidad, aumenta nuestra independencia energética y preserva el medioambiente.
Por Juan Virgilio Márquez
La eólica significa generación limpia y barata, y es una tecnología que aporta un valor adicional por el conjunto de externalidades positivas: una apuesta por el desarrollo económico y social, por el empleo de calidad, por la generación de riqueza en el territorio, por una cadena de valor completa y competitiva, por un ecosistema de empresas con resiliencia y fortaleza financiera, por liderazgo tecnológico y por un posicionamiento internacional de primera fila.
Pero entre las ventajas de la energía eólica no sólo figura que es una energía inagotable y autóctona que abastece de electricidad a más del 23% de España en la actualidad, sino que es la primera tecnología en el sistema eléctrico peninsular y la primera por potencia instalada. Todo ello, gracias a los más de 29.000 MW que hay instalados en nuestro país repartidos en 1.298 parques eólicos en más de 850 municipios. No se conoce ningún municipio en España que contando con parques eólicos en sus terrenos no haya sufrido un proceso de transformación positivo y de desarrollo evidente.
En el municipio de Paradela (Galicia) convive el desarrollo eólico con la vida rural desde hace años. Fotografía realizada por Álvaro Ybarra Zavala para la serie “El legado que seremos”.
Los parques eólicos, en los municipios donde se sitúan, han permitido desarrollar planes industriales basados en la cadena de valor de la actividad eólica, además de nuevas infraestructuras municipales para la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Por otro lado, los parques eólicos tienden a localizarse en municipios en los que la población es baja (la España vaciada), contribuyendo a fijar población, dado que generan actividad económica y empleo.
Aparte de la creación de empleo y riqueza local derivada de su propia actividad, los parques eólicos coexisten con actividades fundamentales para el desarrollo económico y social del entorno como son la agricultura, la ganadería, la pesca o el turismo, y en ningún caso las sustituyen. En los parques eólicos, solo una parte mínima del total de la superficie es utilizada por los aerogeneradores, por lo que gran parte de la tierra se usa para cultivar o criar rebaños.
El desarrollo eólico es sostenible con el territorio y compatible con el entorno y la protección de la biodiversidad. Para construir un parque eólico es necesario disponer de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positiva. Los estudios de impacto ambiental y los planes de vigilancia ambiental son rigurosos y exigentes, garantizando que se protege la biodiversidad y los entornos naturales. Además, para la instalación de un parque eólico y su posterior funcionamiento es necesario construir pistas o caminos que faciliten el acceso de la maquinaría y el mantenimiento. Estas pistas están perfectamente cuidadas y sirven a los vecinos para acceder a las tierras para su cultivo, uso ganadero, así como para practicar senderismo o ciclismo, entre otras actividades.
Para el presente y futuro del sector eólico, la sociedad y el territorio son nuestros interlocutores fundamentales y nuestro principal objetivo para un desarrollo adecuado, respetuoso y que ofrezca todo tipo de beneficios para la sociedad. Desde hace años, los principales actores del sector eólico llevamos trabajando en seguimientos y puestas en común de soluciones para la implantación de la eólica en el territorio.
«El desarrollo eólico es sostenible con el territorio y compatible con el entorno y la protección de la biodiversidad».
Por ello, es muy importante facilitar espacios de diálogo para informar desde el rigor y la profesionalidad, con colaboración y escucha activa para definir, con los agentes sociales y los territorios, cómo impulsar la energía eólica en nuestro país, a través de la divulgación y sensibilización social sobre su valor diferencial. La instalación de los parques eólicos terrestres y marinos en España se tiene que realizar con un escrupuloso cuidado ambiental y con la sensibilidad hacia las comunidades locales. Las oportunidades que brinda la eólica para los entornos de transición justa son evidentes, constituyendo un proyecto socioeconómico de futuro para sus habitantes.
La actual situación socioeconómica muestra un nuevo paradigma energético de emergencia mundial. La seguridad energética y la reducción de la dependencia energética del exterior son aspectos clave en la política mundial actual, siendo las renovables una solución estructural y urgente. Acelerar el despliegue renovable es prioritario, potenciando su cadena de valor industrial y tecnológica en Europa, donde destaca la eólica como mecanismo de competitividad y protección para los consumidores ya que ayuda a reducir el precio de la electricidad. Para que este desarrollo se produzca, hemos de seguir encontrando un entendimiento con los territorios y sus gentes aumentando la aceptación social de la eólica, desde la corresponsabilidad de todos para luchar contra el cambio climático, cuidar de nuestra economía y potenciar nuestro peso industrial y tecnológico en el ámbito global.
Para ello, el sector eólico ha creado, por ejemplo, la iniciativa “Vientos de futuro”, un movimiento colaborativo que reivindica la importancia de la energía eólica como apuesta de futuro, y que persigue impulsar su desarrollo en España desde la escucha, el diálogo, la reflexión y la divulgación. ‘Vientos de Futuro’ surge con varios compromisos, entre ellos, el de poner en valor la energía eólica para conseguir una transición energética justa y respetuosa con el medio ambiente y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo del entorno rural.
El último informe de Deloitte para la Asociación Empresarial Eólica, el Estudio Macroeconómico del sector eólico en España, pone de manifiesto que las comunidades que han apostado por la instalación de parques eólicos han mejorado su renta per cápita.
Ejemplos perfectos de la convivencia entre la eólica y el entorno rural son diversos pueblos repartidos por el territorio nacional, en los que sus economías se basan -o han basado antiguamente- en la agricultura o ganadería, o en otras industrias, como por ejemplo la minera, pero en los últimos tiempos su otro gran motor económico es la energía eólica. Entre estos ejemplos de municipios destacan Fuendetodos (Zaragoza), Lubián (Zamora), Minuesa (Teruel), Barásoain (Navarra) o Higueruela (Albacete), algunos de ellos distinguidos con el Premio EOLO a la Integración Rural, que otorga anualmente la Asociación Empresarial Eólica.
En definitiva, en España, la eólica forma parte ya de nuestro país, de los paisajes y de la vida de muchos habitantes que conviven con esta tecnología.
Juan Virgilio
Director general de la Asociación Empresarial Eólica