Iberdrola instalará un nuevo Sistema de Almacenamiento de Energía con Baterías (SAEB) con una potencia 25 MW y capacidad de 50 MWh en la fotovoltaica del Andévalo, primera construida con el Certificado UNEF de Excelencia.
Se trata de una solución innovadora para el almacenamiento e integración de las energías renovables en el sistema. La iniciativa generará más de cien empleos.
La tecnología de almacenamiento a través de baterías permite maximizar el uso de energía fotovoltaica, regulando la frecuencia de red en un milisegundo y proporcionando una capacidad de respaldo en los periodos de mayor consumo.
La central de la Puebla de Guzmán (Huelva) acogerá la construcción de esta nueva batería que, juntos a otros cinco proyectos de la compañía, han sido reconocidos como Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), en su división de energías renovables, hidrógeno verde y almacenamiento (ERHA) y contarán con 37,5 millones de financiación. Además de Andalucía, los proyectos se construirán en Castilla y León, Extremadura y Castilla La Mancha.
Las baterías tendrán tecnología Ion-Litio, la más extendida en la actualidad dada su relación entre prestaciones, madurez tecnológica y coste. Estos sistemas se instalarán como tecnología hibridada junto con fuentes renovables de energía, en este caso con la solar, por lo que la fotovoltaica y la batería compartirán el mismo punto de conexión.
En Castilla y León se instalará una batería en Revilla Vallejera (Burgos), donde la compañía finalizó en 2023 su primera central híbrida eólica y solar de España. Extremadura, por su parte, tendrá dos nuevas baterías, concretamente en la provincia de Cáceres, donde se ubican las centrales fotovoltaicas Campo Arañuelo I y II.
En Castilla-La Mancha, en los municipios de Valverdejo, Alarcón y Olmedilla de Alarcón (Cuenca), donde Iberdrola cuenta con parques solares, se instalarán dos baterías. La sexta batería se construirá en Huelva, en el municipio de Puebla de Guzmán, donde Iberdrola cuenta con la planta fotovoltaica de Andévalo.
Los sistemas de almacenamiento son clave para abordar el reto de la transición energética y están llamados a convertirse en un elemento esencial en el sistema eléctrico al permitir mejorar la calidad del suministro eléctrico, asegurar la estabilidad y fiabilidad de la red e integrar y aprovechar la energía generada por fuentes renovables.
Iberdrola ha asegurado que mantiene su apuesta por el almacenamiento a través de la tecnología hidroeléctrica de bombeo, donde es líder con una potencia de más de 4.000 MW instalados, en proyectos como Cortes-La Muela (Valencia) o Tâmega (Portugal), que con una capacidad instalada de 1.158 MW es la mayor instalación de estas características en Europa.
En noviembre de 2019, Iberdrola inauguró el primer sistema de almacenamiento de energía eléctrica con baterías de ion de litio para redes de distribución en España. El proyecto, «pionero en el país» y situado en Caravaca de la Cruz (Murcia), permite mejorar la calidad de suministro energético del entorno, así como el aprovechamiento de la energía solar generada en la zona.
La batería de Puertollano, con una capacidad de 20 MWh, almacena la producción obtenida de una planta solar cercana para generar el hidrógeno verde de la mayor planta de esta fuente de energía para uso industrial de Europa.
La compañía también cuenta en Abadiño (Vizcaya) con un sistema stand-alone, que permite conectarse directamente a la red y funcionar sin necesidad de estar conectado a una instalación. De este modo, consigue descongestionar la red y almacenar la energía sobrante en momentos de máxima generación para poder utilizarla cuando es más necesaria. En concreto, esta batería está conectada en la evacuación del parque eólico Oiz.
También en País Vasco, Iberdrola cuenta con la primera batería de España que almacena la energía del viento en el parque eólico Elgea-Urkilla.
Tecnología para el medio ambiente
Con los sistemas híbridos, al contar con dos tecnologías capaces de alternarse, se reduce significativamente la dependencia de las condiciones ambientales cambiantes y las limitaciones por la posible falta de recursos como el viento o la incidencia de sol.
Las centrales híbridas utilizan el mismo punto de conexión a la red y comparten infraestructuras, como la subestación y la línea de evacuación de la electricidad producida. Se ubican en terrenos que ya estaban destinados a la generación renovable y permiten contar con caminos e instalaciones comunes para la operación de ambas tecnologías. Todo ello «redunda en un impacto ambiental mucho menor al que hubieran tenido dos plantas independientes».