Minimizar el impacto de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en el medioambiente y utilizar medidas de compensación para lograr el equilibrio en la atmósfera: esto es Cero Neto, un objetivo clave que debe alcanzarse para 2050. Este es el compromiso de la Alianza Mundial para la Energía Sostenible, en su reciente documento de posición sobre Net Zero/Descarbonization y el Net Zero Pledge.
El objetivo de contrarrestar el calentamiento global y la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos evitando que el aumento de la temperatura supere los 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales se denomina Cero Neto. Este es el compromiso (pledge) que hemos asumido junto con los demás miembros de la Alianza Mundial para la Energía Sostenible y que, recientemente, se ha plasmado en el documento de posición Net Zero/ Decarbonisation, que también fue el tema central de un webcast emitido el 30 de mayo. El objetivo de los miembros industriales de la Alianza es anunciar para finales de 2023 su ambición de alcanzar el objetivo Cero Neto en términos de reducción de emisiones de Alcance 1, Alcance 2 y Alcance 3, con objetivos intermedios en 2030 y 2040.
En primer lugar, reducir drásticamente las emisiones
Para alcanzar el Cero Neto es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases que alteran el clima –los llamados GEI, de los que el CO2 es el principal– mediante la adopción de fuentes de energía renovable y el aumento de la eficiencia energética. Pero como algunas emisiones pueden ser difíciles de eliminar por completo, el concepto Cero Neto también incluye la idea de compensación: esto significa que las emisiones residuales que no pueden reducirse más allá de un cierto límite se compensan mediante la absorción de CO2 de la atmósfera o mediante la inversión en proyectos de reducción de emisiones en otros sectores.
El objetivo final de Cero Neto es, por tanto, alcanzar un equilibrio en el que las emisiones netas de gases de efecto invernadero sean cero, lo que permitirá mitigar el cambio climático y estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera.
El rol del sector energético
Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas), para evitar los peores daños climáticos, las emisiones antropogénicas netas mundiales de CO2 deben disminuir en torno a un 45 % de aquí a 2030 con respecto a los niveles de 2010, hasta alcanzar el nivel Cero Neto para 2050.
Para que esto sea posible, se pide específicamente a las empresas del sector energético que fijen objetivos para alcanzar el Cero Neto en 2040. El sector eléctrico es uno de los principales contribuyentes al nivel global de emisiones mundiales: según datos de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), el sector de generación de electricidad y calor es responsable de casi la mitad de las emisiones globales de CO2 (44 %) y su rápida descarbonización facilitará la de los demás sectores.
En concreto, en el escenario Net Zero 2050 de la AIE, todas las centrales eléctricas de carbón y petróleo deben eliminarse antes de 2040.
A continuación, las empresas deben abordar la cuestión de las emisiones de la cadena de suministro, el llamado Alcance 3. La descarbonización dentro de la cadena de suministro desempeña un papel clave en la consecución del objetivo.
Para alcanzar el Cero Neto en todo el mundo, la mejor solución es la electrificación de los sectores de uso final. Las nuevas redes eléctricas digitalizadas serán las plataformas clave para llevar a cabo este proceso. Las nuevas formas de electrificación aumentarán la demanda en los sectores residencial, del transporte y de la industria, y la digitalización hará que los clientes sean cada vez más activos en el desarrollo de las energías renovables distribuidas y la introducción de flexibilidad en las redes de distribución de electricidad.
Por qué es importante medir el progreso hacia Cero Neto
El uso de indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés) para medir los compromisos de las empresas con Cero Neto, midiendo sus emisiones pero también su progreso en términos de responsabilidad social, es importante por varias razones. En primer lugar, los KPI proporcionan una base objetiva para supervisar el progreso de las empresas hacia los objetivos Cero Neto y, por tanto, también para comparar diferentes desempeños con puntos de referencia precisos, lo que permite evaluar si las medidas adoptadas son eficaces y si la empresa avanza en la dirección correcta.
El sistema de KPI promueve la transparencia y la responsabilidad: las empresas pueden comunicar sus objetivos y logros de forma clara y tangible. De este modo, los inversores, los clientes, todos los demás stakeholders y la sociedad en su conjunto pueden evaluar el impacto real de las empresas en el medioambiente y el clima. Esto también reduce el dumping climático, es decir, la competencia de precios realizada sin respetar las normas de calidad.
Los KPI proporcionan un marco para la toma de decisiones estratégicas. Al medir los resultados y el progreso, las empresas pueden identificar las áreas en las que se necesitan mejoras y realizar ajustes en sus estrategias. Esto les permite asignar recursos de forma más eficaz, identificar oportunidades de mejora basadas en las mejores prácticas del sector –a través de la colaboración y el aprendizaje mutuo entre empresas– y tomar medidas correctivas a tiempo.
Para que el sistema de KPI funcione, es crucial la verificación y certificación de las emisiones por parte de terceros. Los criterios de credibilidad son esenciales para garantizar la integridad medioambiental de la acción climática hacia una economía descarbonizada y para proporcionar comparabilidad y coordinación.
El compromiso Cero Neto de la Alianza Mundial para la Energía Sostenible
Precisamente en la hoja de ruta hacia el Cero Neto trabaja la Alianza Mundial para la Energía Sostenible, de la que también forma parte Enel Green Power. Fundada en 2021, es una asociación mundial independiente abierta a todas las organizaciones que reconocen la urgencia de hacer frente a la emergencia climática según los principios de la «transición justa» y la necesidad de promover e incorporar la sostenibilidad y la responsabilidad social en la industria de las energías renovables. La Alianza reúne a ONG, asociaciones y representantes de la sociedad civil, empresas de servicios, proveedores de materiales y fabricantes de equipos, promotores de proyectos renovables y constructores de sistemas, socios técnicos y tecnológicos y usuarios finales, incluidos los consumidores de energía industriales, comerciales y domésticos.
Las fuentes de energía renovables ya son las soluciones de generación de energía más limpias y sostenibles que existen en la actualidad: la Alianza quiere que lleguen a ser plenamente sostenibles a través de la innovación. Para ello, se ha comprometido a definir normas e indicadores clave de rendimiento para el nuevo diseño, los modelos de negocio y el «final de la vida útil» en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, al tiempo que promueve la financiación y la colaboración internacionales y la nueva legislación necesaria para apoyar y acelerar la descarbonización.