El 30 de abril finalizó el plazo para que los Estados miembros de la UE presenten sus proyectos de planes de recuperación y resiliencia (PVR) a la Comisión de la UE para su aprobación. La aprobación de la Comisión es necesaria para que los Estados miembros accedan a su parte del Fondo de Recuperación y Resiliencia de la UE de 673.000 millones de euros, la pieza central del Plan de Recuperación de la UE posterior al COVID. Casi la mitad de la UE27 no ha presentado sus planes a tiempo.
Los Estados miembros de la UE tenían hasta el 30 de abril para presentar sus planes nacionales de recuperación y resiliencia (PVR) a la Comisión de la UE. Estos Planes destinan fondos de recuperación a sectores y proyectos prioritarios y deben detallar reformas que faciliten la recuperación económica. La Comisión ha hecho hincapié en que la transición verde debe ocupar un lugar central en los RRP: al menos el 37% de todo el gasto del Fondo de Recuperación y Resiliencia (RRF) debe estar relacionado con el clima.
La energía eólica está perfectamente posicionada para ayudar a impulsar la recuperación económica en Europa. La energía eólica es barata y escalable, y puede ayudar a que la recuperación de Europa sea resistente y sostenible. Los RRP pueden desempeñar un papel crucial en el apoyo a las inversiones en energía eólica, especialmente en la infraestructura de apoyo necesaria para la expansión de la energía eólica. WindEurope ha estado instando a los gobiernos a que asignen fondos de RRP para redes eléctricas, infraestructura de hidrógeno renovable e investigación e innovación, p. en tecnología eólica marina flotante y reciclaje de palas.
Los puertos y las carreteras son otras áreas clave para la inversión estratégica. Para lograr la expansión proyectada de la energía eólica marina, Europa necesita invertir 6.500 millones de euros en su infraestructura portuaria durante los próximos 10 años. Los PVP ofrecen una oportunidad ideal para tales inversiones.
WindEurope también alentó a los gobiernos a otorgar préstamos y garantías para eliminar el riesgo de proyectos de energía eólica de vanguardia, expandir y modernizar su capacidad de fabricación, apoyar las exportaciones y facilitar los acuerdos corporativos de compra de energía renovable.
La Comisión de la UE tiene ahora dos meses (hasta el 30 de junio) para aprobar los proyectos de planes. Este tiempo debe utilizarse de manera productiva para garantizar que los PVR respalden realmente el tipo de inversiones que generarán la transición verde y digital, y respaldarán el empleo y la competitividad en las industrias verdes de Europa. Como parte de eso, los dos meses deberían permitir el escrutinio de los RRP por parte del Parlamento Europeo y la sociedad civil.
A pesar de la urgencia de la recuperación económica, el FRR se diseñó como una estrategia de crecimiento a mediano plazo, no solo como un estímulo contracíclico. Los 673.000 millones de euros determinarán en gran medida el destino del Acuerdo Verde de la UE. Las inversiones en infraestructura fósil socavarían el objetivo a largo plazo de Europa de neutralidad climática para 2050.
La aprobación de los RRP también brinda a la Comisión una oportunidad sin precedentes para impulsar reformas concretas y el tipo adecuado de gasto público para acelerar el desarrollo de las energías renovables en toda la UE.
Esto debería significar condicionar la aprobación de los planes a las reformas necesarias para acelerar el desarrollo de las energías renovables, como la relajación de la ley polaca de distancia de «10 horas», que actualmente prohíbe la instalación de turbinas eólicas en más del 99% del territorio polaco.
La Comisión también debería esforzarse más para cumplir con su buque insignia ‘Power Up’: entregar 200 GW de capacidad adicional de energía renovable para 2025. En el caso de España, por ejemplo, esto significa apoyar proyectos eólicos marinos flotantes a gran escala en Canarias y otros lugares.
A veces, la Comisión tendrá que ser firme: por ejemplo, los borradores anteriores del RRP rumano asignan demasiado gasto a la infraestructura de gas natural y no lo suficiente a las redes eléctricas. Esto no servirá. El gobierno rumano debe cambiar de rumbo.
Las limitaciones en materia de permisos siguen siendo un obstáculo importante para la expansión de las energías renovables prevista en el RRF, y la Comisión debería aprovechar la oportunidad para desafiarlas. P.ej. en Italia, ninguno de los 9 GW de proyectos eólicos presentados desde 2017 ha recibido sus permisos de construcción y funcionamiento. En España, solo 100 MW de los 5 GW de proyectos con permisos en Galicia en 2020 obtuvieron el visto bueno final en su Evaluación de Impacto Ambiental. En Finlandia puede llevar más de cuatro años regularizar la zonificación. La Comisión podría resolver muchas de estas deficiencias insistiendo en reformas sencillas.
Hay puntos brillantes: Polonia planea gastar 437 millones de euros para desarrollar infraestructura portuaria para respaldar el despliegue de 2,6 GW de energía eólica marina para 2026. España propone 1.600 millones de euros para hidrógeno renovable. Bulgaria ofrece 260 millones de euros para la modernización y digitalización de su operador de sistema de transmisión de electricidad. Y Bélgica ha destinado 100 millones de euros para una isla de energía eólica en el Mar del Norte.
Hasta ahora, solo 14 de los 27 Estados miembros de la UE han presentado sus PVP: Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, España, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Austria, Polonia, Portugal, Eslovenia y Eslovaquia. Los demás Estados miembros deberían presentar sus planes lo antes posible para evitar retrasos en el pago del RRF.