La intensa labor para concretar las inversiones en el parque eólico de La Herradura, en el norte de Las Tunas, fue destacada por diputados cubanos, quienes visitaron este lugar donde se materializa una de las más importantes obras del país para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía.
Santiago Lajes Choy, presidente de la Comisión de Industria, Construcción y Energía de la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo destacó en Twitter al informar del encuentro de los legisladores con los especialistas y obreros que acometen los trabajos, aún en la difícil situación que se vive por el impacto de la pandemia y la agudización del bloqueo de EE.UU. sobre Cuba.
«Como parte de la alta fiscalización al Miconst, la dirección de la Comisión de Industria, junto a diputados de Las Tunas visitamos la inversión del parque eólico de La Herradura. En medio de la pandemia y en condiciones complejas, allí se trabaja fuerte y se piensa como país», refiere el mensaje del diputado, rector de la Universidad de Camagüey.
La Herradura, un espléndido paraje del litoral del municipio de Jesús Menéndez, al norte de esta oriental provincia, acogerá en realidad a un complejo de parques eólicos La Herradura 1 (LH-1) y La Herradura 2 (LH-2), que en su conjunto cuando estén terminados y sincronizados al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) podrían aportar hasta hasta 101 megawatt-hora.
Según reportó recientemente la ACN, con ello se dejarían de consumir alrededor de 75 mil toneladas de combustibles fósiles en un año, lo que a su vez cancela la expulsión a la atmósfera de considerables volúmenes de CO2, y será un aporte significativo al objetivo anunciado por Cuba para el 2030 de lograr un 24 por ciento de participación de dichas fuentes renovables en la producción de electricidad del país (actualmente apenas alcanza 4,5 por ciento).
Personal de la Empresa Provincial de Construcción y Montaje se encarga de las labores fundamentales, junto con otras entidades de esa provincia y de distintos territorios. El LH-1 tendrá 34 aerogeneradores que cuando se alisten completamente podrán generar 51 megawatt-hora, mientras el LH-2 dispondrá de 14 menos, pero con una mayor potencia, por lo que de conjunto podrá entregar similar cantidad de energía al SEN.
El ingeniero Carlos Manuel Quesada Borges, director de esa entidad, refirió a este medio de prensa lo complejo de fundir las bases y levantar las enormes estructuras, además de otras obras como la subestación eléctrica que transferirá la energía generada.
La cuantía del movimiento de tierra así como el aseguramiento de materiales como hormigón y acero y las propias obras constructivas, casi sin precedentes en ese territorio y el país, le confieren a este proyecto una extraordinaria relevancia en el Programa Nacional de Aprovechamiento de las Fuentes Energéticas Renovables.
Un tercer parque eólico estaría también entre las proyecciones en esa zona para aprovechar la infraestructura creada, y uno más se erigirá en el municipio de Manatí con capital extranjero, según Quesada Borges.
Los estudios realizados especifican que las extensas llanuras y la vegetación baja de la región resultan ideales para aprovechar los vientos alisios que soplan desde el océano Atlántico por la costa norte. Según el Centro Provincial de Meteorología y otras instituciones se confirmó la existencia allí de corrientes de aire sostenidas de aproximadamente 6,8 metros por segundo a más de 50 metros de altura, lo cual demostró la factibilidad de la propuesta.
En LH-1 cada uno de los 34 aerogeneradores tiene una potencia de 1,5 megavatios (MW), sus aerogeneradores tendrán una altura de 65 metros y cuentan con palas de 37 metros. A su vez, cada uno de los 20 equipos de LH-2 dispondrá de casi el doble de potencia (2,5 MW), con una altura de 80 metros y aspas de 54 metros.