La expansión de las centrales eólicas y de generación solar fotovoltaica en Brasil están a punto de superar a las centrales hidroeléctricas como principal matriz energética en el país.
Según el Plano Decenal de Energía, que marca las directrices para la expansión del sector eléctrico en el país hasta el año 2027, las hidroeléctricas, que en 2018 representaban el 64 por ciento de la matriz energética brasileña, pasarán a responder por sólo el 51 por ciento en el período, mientras que las fuentes alternativas, principalmente eólicas y solares, deben saltar del 22 por ciento actual al 28 por ciento.
En la década de 1980 y 1990, las centrales hidroeléctricas llegaron a representar cerca del 80 por ciento de la matriz energética brasileña. Si antes la energía necesitaba agua en los reservatorios, ahora depende del viento y del sol, que tienen grandes oscilaciones durante el día.
Debido a ello, el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), el órgano que gestiona la activación de las centrales de generación y el uso de las líneas de transmisión para garantizar el suministro eléctrico en el país, ha diseñado un aplicativo que utiliza los datos de las previsiones de viento que suministran instituciones especializadas para proyectar la generación en las centrales eólicas.
Además, la ONS está finalizando otro aplicativo para tener la previsión sobre la producción en los parques solares, cada vez más presentes en el país, y que debe entrar en funcionamiento dentro de dos años.
«Hay un aumento de la volatilidad. Es un cambio enorme en relación al pasado, cuando la matriz energética era básicamente hidrotérmica», explicó el director general de la ONS, Luiz Eduardo Barata.
Según Barata, con los dos aplicativos, «ya sabremos anticipadamente más o menos qué acciones tienen que ser tomadas en el sistema, de forma a compensar la variación de la generación eólica y solar».
Brasil podría considerarse privilegiado ya que tiene la suerte de disponer de mucho sol y viento en su territorio, lo que hace que sea más fácil que en otros países el poder desarrollar una matriz energética con fuentes renovables.
A pesar de ello, para garantizar el mantenimiento y confiabilidad del sistema a medio y largo plazo, principalmente en momentos de alta demanda, el país sigue usando también gas, carbono y petróleo.
«Brasil tiene un buen problema, que es tener un conjunto muy grande de opciones. A lo largo de los próximos años o décadas, el país tendrá que hacer sus elecciones. Es una búsqueda que todos están haciendo hoy en los mercados de energía del mundo, ningún país tiene una respuesta de cómo hacer esto, es un trabajo en marcha», resaltó Barata.
A medida que las fuentes de energía renovable como las centrales eólicas y solares y las térmicas de gas ganen espacio, las hidroeléctricas cambiarán su función. Actualmente guardan el agua de la época de lluvias, de noviembre a abril, para después vaciarla lentamente en el período seco.
«Dentro de unos 15 años, no tendremos más un régimen como el actual. Los reservatorios pasarán a operar estables, porque habrá en la base las térmicas a gas y la energía solar y la eólica como complementarias», apuntó el director general de la ONS.
La entrada de las fuentes de energía renovable en la matriz energética brasileña supondrá también un descenso en las tarifas para los consumidores. Actualmente, las eólicas suman 15 gigavatios (GW) en operación en el país, mientras que las solares tienen 2 GW, por 100 GW de las hidroeléctricas.
El plano del gobierno hasta 2027 prevé que las centrales eólicas ganen 10 GW adicionales y las solares 5 GW más, mientras que las hidroeléctricas de mayor tamaño podrán crecer poco más de 1 GW.