Con la implementación de 24 proyectos
solares, eólicos, geotérmicos y de biomasa, Bolivia busca generar 521
megavatios (MW) de energía limpia para 2025 y consolidarse como el
corazón energético de la región.
El viceministro
de Electricidad y Energías Alternativas, Bismar Canelas, informó que
invertirán mil 559 millones de dólares para esas iniciativas, y de esa
cifra, 14 proyectos son para el Sistema Interconectado Nacional y 10
para sistemas aislados, instalaciones ubicadas en Cochabamba, Potosí,
Oruro, Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni.
Canelas confirmó la terminación de los proyectos de energía eólica Qollpana I (tres MW) y Qollpana II (24 MW) de Cochabamba, el de la Empresa Azucarera San Buenaventura (15 MW)de La Paz, la planta solar de Yunchará (cinco MW)de Tarija, y la de Uyuni (60 MW) en Potosí.
Anunció para este año culminar la primera fase de la planta solar fotovoltaica de Oruro, considerado uno de los proyectos más grandes con 50 MW y, para 2020 la segunda fase, con igual cifra de generación eléctrica.
Por otra parte, el avance del país suramericano en el consumo de electricidad proveniente de fuentes de energías renovables alcanzó el 12 por ciento en 2018, según informó el vicepresidente Álvaro García Linera al rendir cuenta de su gestión a la radio Patria Nueva.
Precisó en aquel momento que para 2025 el 50 por ciento de la población usaría energía eólica o solar, hecho que contribuye a incrementar y fortalecer la economía nacional.
‘Actualmente, con los proyectos de hidrocarburos, litio, alimentos y energía renovable, el país tiene garantía de seguir creciendo y los megaproyectos estarán destinados a la exportación de energía, pero a mediano plazo’, declaró.
Datos del Ministerio de Energía revelaron que el sector consume mil 511 MW de los dos mil 236 de oferta, con un excedente de al menos 700 MW, y prevé incorporar este año alrededor de mil MW, con una inversión de más de 651 millones de dólares.
El presidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), Joaquín Rodríguez, informó en junio pasado que nueve de cada 10 bolivianos hoy disfrutan del servicio eléctrico, gracias a las inversiones con enfoque social por parte del Gobierno.
Rodríguez recordó que en 2006 seis de cada 10 personas recibían ese servicio, considerado un negocio y, con la llegada a la presidencia de Evo Morales, es un derecho humano.
Destacó la estrategia gubernamental de llegar a todas las familias, fundamentalmente a las asentadas en zonas más alejadas, donde las tarifas tienen un beneficio del 25 por ciento para quienes consumen menos de 75 kilovatios hora, cifra estándar en áreas rurales.
‘Tenemos un sistema de transmisión, un sistema eléctrico que tiene las reservas que ya llega a generar excedentes incluso. Estamos muy cómodos y hoy estamos en condiciones de abastecer cualquier demanda sea industrial, proyectos, interconexiones, ampliaciones, cualquier crecimiento, ahí tenemos las condiciones para poder abastecer sin ningún inconveniente’, aseguró.
Agregó que, de apenas lograr sostener la demanda interna del país antes de 2006, actualmente Bolivia tiene grandes posibilidades para la venta de energía eléctrica a países de la región.
BOLIVIA, CORAZÃ’N ENERGÉTICO DE SURAMÉRICA
En varias ocasiones el presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que el país está preparado para convertirse en el centro energético de la región y, para esa condición, prevé generar seis mil MW de excedente en los siguientes años para la exportación.
Morales recordó que al llegar al Gobierno la demanda era alrededor de 700 MW y ahora creció a más de mil 500 gracias a las reuniones de emergencia con empresarios y expertos para acelerar las inversiones en ese sector.
La política gubernamental posibilitó que este año se crearan las condiciones para exportar a Argentina los primeros 120 MW y con Brasil se suscribió en marzo pasado un convenio de estudio, así como el avance de las negociaciones con Perú y Paraguay.
Asimismo, el potencial hidroeléctrico boliviano fue reconocido en marzo pasado por Pedro Luis de Oliveira, superintendente de la empresa brasileña Electrobras, quien manifestó su interés de comprar el excedente como parte del convenio con ENDE para el estudio de interconexión energética entre ambos países.
‘Bolivia tiene un gran potencial hidroeléctrico que con certeza será bueno para exportar una parte de sus excedentes de generación de energía, así como para Brasil será bueno tener la posibilidad de utilizar esos excedentes como ya hacemos con Paraguay’, precisó.
Por otra parte, Gladis Genua, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Bolivia, saludó la implementación de proyectos para la obtención de energías limpias en la nación andino-amazónica durante la inauguración en junio pasado de la hidroeléctrica San José II (Cochabamba) para beneficio de más de 700 mil personas.
La obra entregada por el presidente Morales, y con una capacidad de 69 MW, fue construida con una inversión de más de 287 millones de dólares, de la cual 33 por ciento fue financiado por el BID.
‘Somos un socio estratégico que promueve el desarrollo sostenible de nuestros países miembros a través de proyectos como esta hidroeléctrica que genera energía limpia y mejorará la calidad de vida de más de 700 mil personas e impulsará la actividad industrial y los proyectos de exportación que tiene el país’, destacó Genua en aquel momento.
Las políticas del Gobierno de Bolivia de desarrollar iniciativas para generar energía eléctrica a partir de sus recursos naturales garantizan la demanda nacional y amplían la cobertura, diversifican su matriz energética y representan un ahorro significativo de millones de metros cúbicos de gas natural al utilizar menos las generadoras termoeléctricas.
Consolidarse como el corazón energético de la región es el objetivo de Bolivia, y más si se trata de un corazón amigable con el medio ambiente.
Nara Romero Rams , PL