La energía fotovoltaica abandona su papel de energía alternativa para convertirse en una de las tecnologías centrales del mix energético de la próxima década, gracias a su competitividad.
Con motivo del Día del Sol, que se celebra el 21 de junio con el objetivo de promocionar y apoyar las fuentes de energía renovable, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha analizado el aprovechamiento que se hace de la energía del astro en nuestro país.
A pesar de ser uno de los países con más horas de sol, en 2018 en España únicamente se instalaron 261,7 MW, muy por detrás de otros países de la Unión Europea que, solamente el año pasado, instalaron 3 GW (Alemania), 1.64 GW (Turquía) y 1.5 GW (Países Bajos); y muy lejos del top 5 de países con mayor potencia fotovoltaica que, solo en 2018, instalaron 44 GW (China), 10.6 GW (USA), 8.3 GW (India), 6.6 GW (Japón) y 5.3 GW (Australia).
Sin embargo, es en los últimos tres años cuando este tipo de energía ha experimentado un fuerte crecimiento. Según datos registrados por UNEF, en 2018 en España se incrementó un 94% la potencia fotovoltaica instalada con respecto a 2017 (pasando de 135 MW a 261,7 MW) y un 145% si comparamos 2017 con 2016 (cuando se pasó de instalar 55 MW a 135 MW).
Esta tendencia alcista continúa creciendo y, si miramos al futuro, los datos son muy positivos. Así, UNEF prevé que para finales de este 2019 se habrán instalado en España más de 4.000 MW de nueva potencia fotovoltaica en grandes plantas, lo que supone un fuerte impulso para este tipo de energía renovable tras muchos años de parón. Además, UNEF prevé la instalación de 400 MW de autoconsumo, lo que duplicaría lo que se instaló de autoconsumo en 2018 (235 MW).
A nivel global, los datos también son muy positivos, pues en 2018 se consiguió por primera vez alcanzar los 100 GW nuevos instalados en un mismo año, llegando a la cifra de 509.3 GW instalados en todo el mundo.
Si miramos a 2030, horizonte del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se prevé la instalación de un promedio de 3 GW de nueva potencia fotovoltaica al año desde 2021, para llegar a un total de 28.000 MW de nueva potencia fotovoltaica instalada, lo que supondrá una inversión de 28.000 millones de euros.
Además, la electricidad procedente de energías renovables es cada vez más competitiva. En concreto, la energía fotovoltaica ha reducido sus costes hasta un 95% en la última década, convirtiéndose en una tecnología madura. Además, según cálculos de UNEF, la inversión de una instalación industrial de 50kW de potencia se puede recuperar en 5 años. De esta forma, la tecnología solar fotovoltaica ya es más barata que las fuentes de energía convencionales (nuclear, gas, carbón) y se ha convertido en la tecnología central para la transición energética.
Por último, y gracias al nuevo marco de libre mercado establecido por la actual regulación, que no supone cargos ni subvenciones al autoconsumo, la generación distribuida (autoconsumo) va a tener un peso cada vez más importante gracias al desarrollo del autoconsumo compartido, la integración de la fotovoltaica en la edificación, la transición hacia la movilidad sostenible, la penetración cada vez mayor de las baterías para almacenar energía y la digitalización de los procesos.
En estos momentos las dos reformas clave para el progreso del sector son, por un lado, el establecimiento de un nuevo marco regulatorio para la concesión de los puntos de conexión de forma que todos los actores tengan acceso a la misma información y oportunidades y estos se otorguen de forma transparente.
La otra reforma necesaria es el conseguir que la estructura de la tarifa eléctrica acompañe el proceso de transición ecológica enviando la señal de precio adecuada a los consumidores, para ello es necesario revertir el incremento de la tarifa de potencia realizado por el Gobierno anterior, de forma que este término no supere más del 25% de la estructura de una tarifa media. Este diseño de la tarifa es fundamental para la eficiencia eléctrica, el autoconsumo y la implantación del coche eléctrico.
Si conseguimos un desarrollo estable y continuado del sector fotovoltaico este no se va a convertir solo en un elemento para disponer de una energía limpia y barata sino también una fuente de crecimiento económico y empleo.